sábado, 8 de junio de 2013

Hoy no hay amigos


El Almería juega esta tarde para ser de Primera y, para ello, necesita vencer en El Madrigal. Gracia se lleva a todos. Uche llega a la cita
PABLO LAYNEZ | DIARIO DE ALMERÍA

Cuando hoy lean estas líneas bien irán de camino a Villarreal, bien notarán cierta soledad porque su hijo, su vecino o su amigo se han despertado de madrugada para tratar de vivir in situ un día que esperan que sea histórico, inolvidable. Es lo que tiene la pasión por un deporte como el fútbol, el cansancio o la incomodidad de un viaje que ni se planterían hacer por su cuenta y riesgo puede ser el viaje a la felicidad.

Para un buen aficionado, aquel que esta noche no ha dormido de los nervios, no existe el dolor cuando de animar a su Almería se trata. Uno puede ser optimista, pesimista o realista, pero lo cierto es que los rojiblancos tienen sus opciones de ascenso intactas y todo dependerá de que a los de Gracia les salga su partido, de que el balón quiera entrar más veces en la meta de Juan Carlos que en la de Esteban. Pese a la bravuconada de Marcelino al comienzo de la semana, hoy no hay equipo bueno ni equipo menos bueno, el favoritismo no te hace salir con ventaja en el marcador. Quien sea mejor sobre el césped, quien verdaderamente merezca ganar la final de las finales de Segunda, acompañará al Elche por la vía rápida. El otro no saldrá perdedor absoluto, tendrá una segunda oportunidad en la promoción.

Hay una cosa cierta, al Villarreal le valen dos resultados y al Almería una. Pero la presión no sabe de estadísticas, se ceba con quien tiene la obligación y ésta se la autocargó Marcelino, un entrenador resentido con el Almería, al calentar de manera innecesaria la previa. Los rojiblancos no tienen nada que perder, no pueden especular con el resultado y son conscientes de que tan bueno es un 0-2 como la clásica victoria en el minuto 90 con penalti injusto. El Madrigal, un estadio que otrora recibió a los grandes del panorama europeo, rugirá para animar a los suyos, pero quién sabe si esos cánticos no se convierten en dudas propiciadas por el juego almeriense. Además, si en algún momento decae el ánimo, más de dos mil aficionados rojiblancos jalearán a sus jugadores y les recordarán que sí se puede, que Almería no les ha fallado y en cada pase, cada disparo y cada parada está el espíritu de un hincha almeriense que se ha metido más de mil kilómetros entre pecho y espalda para alcanzar la gloria.

Tras el entrenamiento de ayer, Gracia decidió convocar a todo el equipo y a Chumbi y Raúl García del B. En principio, el técnico rojiblanco tiene a su once de confianza de las últimas jornadas disponibles, aquel que le ha hecho no conformarse con la promoción y buscar hoy el alirón. Quizás las únicas dudas puedan estar en la derecha, lateral y extremo. Puestos a especular, Rafita aportaría más trabajo defensivo que Gunino para cerrar el caudal ofensivo amarillo por banda. Metros más adelante, la fuerza con la que ha vuelto Jonathan puede convertirse en ese factor sorpresa que cargue al ataque almeriense de mordiente. Posiblemente ni Gracia lo tenga claro.

Por parte rival, Marcelino sigue sin poder contar con Javier Farinós, Chechu Dorado y Hernán Pérez, todos ellos lesionados de larga duración. A ellos se suman cuatro jugadores convocados por sus selecciones: Javier Aquino, Moi Gómez, Pablo Íñiguez y Diego Mariño. Sin embargo, Ikechukwu Uche se ha recuperado de sus molestias físicas y cuenta con opciones de poder jugar y el centrocampista Héctor Canteros regresa tras sanción. Al fin y al cabo, once contra once
Hoy no hay amigos

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