PABLO LAYNEZ / DIARIO DE ALMERÍA
Ortiz celebra su único gol en Primera ante el Xerez.Mañana domingo se echará el telón sobre el Estadio de los Juegos Mediterráneos después de 76 partidos ligueros disputados en las últimas cuatro temporadas en la Primera División Española. El Valencia fue el primero en visitarlo un 1 de octubre de 2007 y el Real Mallorca tendrá que el honor de ser el último. El coliseum rojiblanco ha vivido jornadas de gloria durante las tres primeras temporadas, que cada cual guarda con mucho cariño en su mente. Aunque las sensaciones ahora mismo digan lo contrario, las pésimas actuaciones de esta última campaña no pueden emborronar los grandes momentos vividos.
Los números almerienses en el Mediterráneo muestran la gran regularidad que fue capaz de mantener el equipo en las tres temporadas pasadas cuando actuaba como local: 30 victorias, 25 empates y 20 derrotas. Las estadísticas goleadoras son muy similares, pero la endeblez defensiva de este año ha decantado negativamente la balanza. En cuatro temporadas, la afición almeriense ha celebrado un total de 90 goles [con Álvaro Negredo como gran héroe, seguido muy de lejos por Uche y Piatti] y se ha lamentado en 101 ocasiones.
En lo que se refiere a rivales, Osasuna siempre ha sido la víctima preferida de los almerienses. Pese a que los rojiblancos tan sólo han puntuado una vez en Pamplona, la visita rojilla ha sido sinónimo de victoria: 2-0 en los tres primeros años y 3-2 en éste último. En el apartado contrario, Barcelona y Racing nunca se han marchado del Mediterráneo con el rabo entre las piernas. Los santanderinos vencieron el primer año [0-1] y empataron los tres siguientes [1-1, 2-2 y 1-1], mientras que los barceloneses cosecharon dos empates [2-2 en la temporada 2007-08 y 09-10] y dos victorias [0-2 y un sonrojante 0-8]. Ni en Copa del Rey, donde el Mediterráneo esta temporada ha albergado unas históricas semifinales después de tres años cayendo en primera y segunda ronda, los culés han caído en tierras almerienses: 0-3.
Precisamente fue el equipo de Pep Guardiola el que afloró las vergüenzas del Mediterráneo con el 0-8, resultado que no se conseguía desde la temporada 195-9-60 cuando Las Palmas lo sufrió a manos del propio Barcelona. Esta misma campaña también se vivió la otra jornada más triste del Almería en Primera, cuando el meta Aranzubía salvó de cabeza un punto para el Deportivo de La Coruña. Era un domingo 20 de febrero y aquel tanto comenzó a cavar la tumba de los rojiblancos.
De las muchas que han vivido, todos los aficionados almerienses coinciden en que la más gloriosa se vivió tres años y ocho días antes del encuentro ante los coruñeses, un 2 de febrero de 2008. El Almería de Unai Emery recibía a un Real Madrid al que tuvo contras las cuerdas en el Bernabéu, pero al que el ínclito Álvarez Izquierdo se encargó de echarle una mano. Las más de veinte mil almas que había en las gradas del Estadio de los Juegos Mediterráneos hicieron retumbar a la ciudad de Almería debido al énfasis con el que cantaron aquellos dos goles de Juanito y Álvaro Negredo. El conjunto rojiblanco, que se iba a convertir aquel año en el segundo mejor debutante de la historia de la Liga Española y de esa temporada en el ámbito europeo, sólo superado por la Juventus de Turín, tocó el cielo en la noche de aquel sábado. El Mediterráneo, por aquel entonces, era un estadio que provocaba respeto.
Tres campañas después, una vez que Emery, Arconada, Hugo Sánchez, Lillo, Oltra y Olabe han desfilado por el coliseum almeriense, el Mediterráneo ha perdido su carácter de fortaleza. El estadio concebido para el 2005 ha sido un chollo para todos los rivales, excepto para Osasuna y Espanyol, que han conseguido puntuar. Mañana domingo 15 de mayo a partir de las 21:00, los aficionados almerienses verán en el Mediterráneo el último partido de Primera ante el Mallorca. ¿Despedida con victoria?
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