martes, 17 de marzo de 2015
Objetivo Levante
Rubén Martínez recibió ayer el alta médica y los cálculos indican que podrá estar para recibir al cuadro de Lucas Alcaraz el 4 de abril
JORDI FOLQUÉ | IDEAL ALMERÍA
Rubén Martínez está viviendo un calvario desde que cayera lesionado el 17 de diciembre. Un calvario que debe acabarse el próximo 4 de abril. Es la fecha en la que la UDA recibe en el Estadio de los Juegos Mediterráneos al Levante (20.00 horas). Una cita marcada en rojo en el calendario particular del portero gallego. Ayer vivió otra que hacía tiempo que estaba esperando. Recibió el alta médica. Ahora falta que, en caso de no haber ningún contratiempo más, poder tener el alta competitiva. Será en ese momento cuando ya esté a disposición de Juan Ignacio Martínez. Aunque parezca que queda mucho para entrar de nuevo en una convocatoria, lo cierto es que tras jugar este próximo sábado en el Nuevo San Mamés (22.00 horas), el parón liguero por los partidos de las selecciones nacionales hace que le quede solamente un partido que perderse antes de su regreso a una lista de 18 jugadores para disputar un encuentro oficial del campeonato liguero.
Han sido, en total y sin contar el próximo encuentro ante el Athletic de Bilbao, 11 los partidos ligueros en los que la UDA no ha podido contar con el concurso de Rubén Martínez. En un principio se dijo que la lesión (luxación del codo derecho) sería entre 6 y 8 semanas. Esa fue la información facilitada por el club. Diversas fuentes apuntaron a IDEAL que sería más tiempo de baja. Como al final así ha sido.
Tres meses en los que el Almería ha tenido un gran riesgo. Que, finalmente, no ha tenido mayores consecuencias porque Julián Cuesta no ha tenido ningún percance. El plantel se quedó con solamente un portero con ficha de la primera plantilla. En todo este tiempo, el suplente ha sido Yeray que, curiosamente, lo era también del filial. El motivo de no poder contar con el titular del 'B', la condición de extracomunitario (argentino) de Gianfranco.
De ahí que Juan Ignacio Martínez, que conocía a Rubén de su etapa en el Cartagena, pidiera a la directiva un refuerzo para la portería. Lo consideraba prioritario. Nadie había visto jugar en un partido oficial a Julián Cuesta con la UDA y, además, el posible sustituto era el suplente del filial. El club, por su parte, comenzó a ser reacio a este fichaje. Finalmente pasó el mercado de enero y no se fichó a nadie para que cubriese la baja temporal de Rubén. Sobre todo por las grandes actuaciones que ha tenido el granadino a lo largo de todo este tiempo.
Relevo
La lesión de Rubén se produjo en el momento más crítico de la temporada para el Almería. Su último partido fue ante el Real Madrid. Cuatro goles encajados en el choque dirigido por Miguel Rivera. El entrenador malagueño ejerció de interino entre el cese de Francisco (tras perder 5-2 ante el Eibar) y la llegada de Juan Ignacio Martínez. Nueve goles en dos partidos que provocaron que sus números pasasen de bastante buenos a 'normales' para un equipo que ya pisaba puestos de descenso.
Cuando parecía que, pese al cambio de inquilino en el banquillo, seguiría como portero titular, la lesión en el campo principal del Estadio de los Juegos Mediterráneos abrió la puerta de la titularidad a Julián Cuesta por completo.
Una circunstancia que ha aprovechado a la perfección el ex Sevilla y que ha dejado en el olvido todo el temor existente por el periodo de baja del ex Rayo Vallecano. Ahora la duda será si Juan Ignacio Martínez sigue confiando en el espigado cancerbero granadino o le devuelve el puesto de inicio a Rubén Martínez. Algo que comenzará a saberse con la visita del Levante de Lucas Alcaraz.
Dificultades
Las ocho semanas, como tope máximo, que se habían marcado para la recuperación de Rubén iban pasando sin tener noticias. El gallego realizaba largas sesiones de fisioterapia y mantenía la forma con gimnasio. Pero le costaba encontrar el punto justo de flexibilidad en la zona dañada. Algo que es crucial para un portero y no tener riesgo de ninguna otra recaída.
Tras varias semanas, Rubén pasó a ejercitarse en el césped del anexo. El trabajo de los fisios continuaba. Pero ya el encargado de estar supervisando su trabajo pasó a ser Ángel Férez. El preparador de porteros tenía que hacer un doble entrenamiento. Primero con el propio Rubén para que fuese recuperando la confianza en tirarse al suelo sin pensar en una nueva lesión. Por otra parte, el entreno habitual del grupo con Julián Cuesta, Yeray y el tercer guardameta que subiera. Bien Gianfranco, pese a no poder jugar sí para aumentar el nivel, o Casita (juvenil).
Objetivo Levante
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