Una mezcla de jugadores del primer y del segundo equipo le sirven al almeriense para estrenarse con triunfo en Águilas
Creatividad en la mediapunta, velocidad y poco manoseo
PABLO LAYNEZ ÁGUILAS (MURCIA)
Once titular que mostró de salida el equipo almeriense
Con tan solo diez días de entrenamiento, pero con mucha carga física en sus piernas, los futbolistas del Almería dirigidos por Francisco disputaron ayer el primer encuentro amistoso de la pretemporada. Fue un simple test, del que pocas conclusiones se pueden sacar, puesto que el Águilas, un rival habitual en los bolos veraniegos, es de Tercera División, categoría inferior hasta para el filial rojiblanco.
Está claro que el resultado es lo de menos, que la victoria es un mero indicador del diferencial existente entre murcianos y almerienses, pero además de para desestresar la musculatura y tener la primera prueba de contacto, el partido sirvió para que Francisco deje claro que la filosofía que le ha llevado al primer equipo va a ser la que guíe al Almería en su regreso a Primera. El técnico almeriense, si por algo se caracteriza, además de por su educación y su buen trato hacia los demás, es porque sus equipos son sacrificados en el trabajo defensivo y llegan con facilidad a la meta contraria. No obstante, Francisco fue atacante y el gol fue su mejor compañero.
El Águilas exigió poco, por lo que el míster pudo hacer dos onces diferentes y matizados. Quizás lo mejor fue ver la gran evolución que han dado jugadores que han pasado o siguen en el filial y con los que Francisco va a contar si su rendimiento es el adecuado. La ilusión que tienen jugadores como Abel Molinero, Azeez o Raúl García es la mejor competencia para unos compañeros que ayer demostraron que van asimilando los conceptos que de ellos quiere Francisco. El almeriense pide sacar el balón jugado, pero sin complicarse la vida ni eternizarse en el pase, quiere velocidad y movilidad en ataque y exige sacrificio tanto a los laterales para llegar arriba como a los atacantes para presionar y recuperar en la zona ancha.
Quizás lo más destacado de la primera parte fue ver a Dubarbier en el lateral subir constantemente por la izquierda, a Azeez madurar al lado de Corona, a Jonathan y Abel con ganas de comerse el mundo, a Rubén adquirir responsabilidades en los lanzamientos y a Óscar Díaz jugar mucho de espaldas, crear espacios con sus movimientos y buscar el cabeceo, aunque no llegó a ninguno franco. Su presión provocó una indecisión en la defensa aguileña, que acabó en penalti por mano de Gil. Rubén Suárez lo transformó. Poco después, las bandas demostraron que siguen siendo auténticos puñales y una llegada de Rafita acabó con un pase de la muerte a Jonathan, que transformó a placer.
En la segunda parte, Francisco cambió el once al completo. Sergio, Raúl García y Trujillo, tres que han pasado por el B, acompañaron a Marcelo Silva en defensa, Tébar se puso de pivote e hizo jugar al equipo al primer toque, Kiu y Rodri volvieron loca con su movilidad y sus constantes desmarques a la zaga local y la velocidad de Aleix sigue siendo la mejor carta de presentación de la banda derecha rojiblanca. Por la izquierda, formada por Raúl García y Samu, llegó el 0-3. Tras un pase interior tirado a la espalda de la defensa, de los que habrá muchos si el equipo está fino físicamente, el gallego se presentó solo ante el meta y lo batió de vaselina. Tomo I, el Almería progresa adecuadamente.
El Almería de Francisco, tomo I
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