El Almería toma tierra en Sabadell
Desarbolados en la Nova Creu Alta (3-0)
Carreras le gana la partida a Gracia esperando y golpeando mientras el Almería intentaba infructuosamente adueñarse del balón
Aníbal, autor de los tres goles, héroe de un equipo que en las tres primeras jornadas no había visto puerta
PACO GREGORIO / DIARIO DE ALMERÍA
Aníbal remata sin oposición en el punto de penalti para hacer el segundo tanto
Hay veces, y en el mundo del fútbol suele ser un axioma, que confluye un equipo con una trayectoria primorosa con otro calamitoso y ambos se intercambian los papeles. Algo parecido ocurrió ayer en la Nova Creu Alta. El Sabadell no había ganado ninguno de sus tres partidos ni marcado un gol, mientras el Almería se presentaba como colíder y pleno de puntos en su casillero.
Los rojiblancos demostraron su condición durante el primer cuarto de hora sin ritmo ni convencimiento alguno, ofreciéndole a los locales una posibilidad de hacer daño que no desaprovecharon. Javi Gracia, fiel a su estilo atrevido, mantuvo un once muy ofensivo con Ulloa y Charles en posiciones de ataque junto a llegadores como Aarón, Aleix Vidal o el propio Corona.
La apuesta por el talaverano de inicio en lugar de Casquero no venía sino a corroborar el planteamiento del técnico pamplonica y Lluis Carreras se tenía bien estudiada la lección. Los arlequinados aguantaron los timoratos envites visitantes de los primeros compases y luego sequitaron el dominio con dos saques de esquina consecutivos sin peligro alguno y un centro al área que generó el pánico al chocar Esteban en su salida y rozar el gol Hidalgo.
Los blanquiazules, a base de probar a la novedosa zaga unionista con la obligada preseancia del canterano Trujillo junto a Mejía por la sanción de Pellerano y la lesión de Marcelo Silva, encontraron pronto la fórmula para penetrar en ella como cuchillo en mantequilla.
El flanco débil elegido no fue el eje, sino el carril zurdo. Por allí percutía el recuperado Lanzarote, sin duda el jugador local con más clase, quien planteó una partida de damas con Christian. El lateral santanderino, superior en físico pero inferior en distancias cortas, sufrió la habilidad del catalán en la jugada del 1-0.
Dos amagos de cintura bastaron para eludir al rojiblanco y sacar un centro con marchamo de gol al segundo palo, donde Eneko esperaba para asistir a Aníbal, que únicamente tuvo que fusilar a placer a Esteban.
El tanto desconcertó aún más si cabía a la defensa almeriense y el veterano Mejía dio muestras de nerviosismo en la acción siguiente, cuando por un despiste estuvo a punto de regalarle el segundo tanto de la tarde a Moha.
En pleno vendaval de juego arlequinado, Ramírez se sacó un latigazo que obligaba a Esteban a emplearse a fondo para despejar la bola. El asedio se concretó con el 2-0 poco después con idénticos protagonistas. Lanzarote ejecutó una falta lateral y Aníbal aprovechó sus centímetros para marcar de cabeza sin oposición.
Del naufragio colectivo únicamente se salvaba Aarón, que lo intentó en el primer minuto con un derechazo que salía lamiendo la escuadra y probó de nuevo fortuna en la recta final del primer tiempo con otro disparo repelido esta vez por Nauzet, sin olvidar el gran trabajo defensivo desarrollado por el ilicitano.
Inopinadamente, fue junto con Aleix quien pagó el pato al descanso. Gracia apostó por variar las bandas dando entrada a Jonathan y Soriano. El maño, como era de esperar, aportó equilibrio en el centro del campo, mientras que el burkinés taponó las subidas por el costado izquierdo del Almería.
El atrevido doble cambio, con todo, resultó igualmente infructuoso cuando Aníbal lograba su particular triplete a los cinco minutos de la reanudación tras aprovechar un rechace en el área de Esteban. El equipo que no había metido un gol en 270 minutos sumaba tres ante el colíder en apenas 52, cosas del fútbol.
Con todo, y tal vez sea lo más loable, el Almería nunca le perdió la cara al partido y siempre buscó el tanto que lo metiera en el partido. Cerca estuvo el brasileño Charles en un cabezazo perfecto a centro de Christian que Nauzet le desbarataba con un paradón.
Luego Gracia se entretuvo en corregir lo que tal vez pensara que debiera haber dejado intacto de inicio. Metió a Casquero por Corona, mientras que Aleix acreditó no estar plenamente restablecido de su esofaguitis al vérsele sin su habitual chispa.
Y aún pudo haber sido peor de haber decretado González Fuertes un claro penalti de Casquero sobre un rival a falta de un cuarto de hora para el final. Un borrón en el inmaculado inicio liguero no debería hacer saltar las alarmas y nada mejor que eliminar al Murcia el martes en Copa para olvidar este mal trago.
Desarbolados en la Nova Creu Alta (3-0)
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