Un Almería intermitente en su juego recibe a un Mallorca 'nuevo' con las dudas del novedoso planteamiento por el cambio de entrenador
JUANJO AGUILERA | ALMERÍA 11 diciembre 2016
Miguel Ángel Corona se antoja como titular para hoy. / J. J. A.
La de este mediodía es una de esas citas a ciegas que cada cierto tiempo tiene la UD Almería. Lo es por muchos aspectos, el principal viene motivado por su comportamiento intermitente que alterna las buenas citas en casa con timoratas 'exhibiciones' lejos de casa que no dan para conseguir lo apetecido. Por ejemplo, el del pasado sábado en Los Pajaritos, donde fue a cazar dos de un tiro y pasó que ahora 'los pájaros se tiran a las escopetas'. Ni siquiera hubo oportunidades claras para haber conquistado algo positivo en tierras castellano-leonesas. Lo de la continuidad en cuanto a ese flirteo futbolístico no sólo se refiere a esa necesidad de encontrar las buenas sensaciones y sí al hecho de tener que hacerlo, como anunciaba aquella frase circense, 'más difícil todavía'. La UD Almería, como ya ha pasado durante dos ocasiones esta temporada, deberá 'ligar' con un 'desconocido', un Mallorca con 'nuevo' padre y que seguro no se lo va a poner nada fácil para conseguir la citada y esperada conquista.
El equipo bermellón estrena técnico en el banquillo. Con la llegada del donostiarra Javier Olaizola al cargo de entrenador, tras la destitución del gallego Fernando Vázquez, seguro que tratará de ser diferente para evitar la 'caída libre' a la que parece estar sujeto de un tiempo a esta parte. Cierto es que ha tenido momentos buenos, pero sin demasiada continuidad, lo que situó a su técnico siempre pisando 'cristales' y al borde del precipicio hasta que el varapalo de su último encuentro frente al Real Valladolid perdido por 0-3 en el Iberostar Estadio, tras conquistar un punto en tres jornadas, provocó su despedida. Con Olaizola se vislumbran cambios -así lo dijo el propio técnico el viernes, hasta la pasada semana unido al trabajo del filial bermellón-, pero no serán muchos. Sí que es cierto que, en el fondo, será un rival diferente al que por ejemplo, sin irse a los extremos de esas últimas citas, fue capaz de superar al Córdoba, en el Nuevo Arcángel, claro que también fue en medio de esa crisis que atravesaba el equipo cordobesista.
La conquista
A la UD Almería le toca llevar a cabo esa conquista, por más que el sistema y puede que algunos de esos jugadores sean distintos o que, incluso, el comportamiento, en cuanto a intensidad, agresividad y todas esas cosas buenas que se destapan con un cambio de técnico, supongan un incremento en las posibilidades de triunfo. De todas formas, al fútbol siempre se ha jugado con paciencia, que no es 'pachorra' -así se le llama a la forma de comportarse de los almerienses y el Almería, no hay que olvidarlo, es un equipo asentado en esta tierra-. El viernes llegó a decir Fernando Soriano que el equipo mallorquinista se ha caracterizado, con su fútbol, a obligar a sus rivales, cuando estos han actuado como locales, a tener mucha paciencia para tratar de doblegar al cuadro balear y, en cierto modo, las prisas nunca son buenas.
La paciencia es una virtud, en este caso es como, a través de las 'vueltas' a las que se verá sometido el equipo para tratar de marcar, deberá actuar el cuadro rojiblanco para llevar a cabo la conquista. Conocer, en cada pase, los defectos y las virtudes es la forma más idónea de alcanzar el objetivo perseguido y obligado. Algo que no debe olvidarse. El logro hará menos ciega una cita que dura 90 minutos, aunque el conocimiento, la forma de comportarse, sea preferible lograrlo bastante antes de que se cumpla el horario final del 'cortejo' que lleve a la conquista de los tres puntos en juego.
Con qué
Fernando Soriano, como expresó el pasado viernes en sala de prensa, tiene claro cómo afrontar la cita. El maño dijo entonces que lo principal iba a ser la forma de actuar propia, estar lo más cerca posible a una forma ya ideada de jugar, más que a la obligación de adaptarse a lo que pretenda plantear el rival. Lo que sucede es que lo mismo hay dudas sobre un aspecto importante para plasmar esas intenciones. Hasta esta mañana no se ha sabido con qué 18 jugadores planearía, entre anoche y esta mañana, el asalto de los tres puntos.
Hay puestos que parecen seguros y que se refieren a jugadores como Casto, que ocupará la portería; Quique González, que será el que esté en la punta de ataque; Nano, en el carril zurdo -amenazado de perderse el partido del próximo domingo en Anduva si ve una amarilla-, y puede que algunos más. La ausencia de Joaquín Fernández, por la sanción al cumplir ciclo de cinco amarillas, provoca que el equipo vuelva a la dupla de los primeros partidos de Liga, en la que Ángel Trujillo y Jorge Morcillo ocuparon el centro de la zaga, lo que confirmaría la presencia de Ximo Navarro en el carril derecho.
De todas formas, el estado renqueante del valenciano, que ayer entrenó con normalidad, puede hacer que el lateral granadino deje su vacante en el lateral diestro y que Isidro acuda para tapar esa posición. Sin Fran Vélez, lesionado, José Ángel podría actuar como lo hizo en la segunda parte en Soria para que Miguel Ángel Corona y Pozo formen en la zona ancha, con Antonio Puertas y Fidel, en las bandas. Aún así, la apuesta personal del técnico, el senegalés Pape Diamanka, recuperado tras cumplir sanción en Soria, también podría darle opciones de jugar en lugar del mediocentro talaverano.
Sea como fuere, la crisis de gol que padece el equipo rojiblanco, del propio con dos partidos sin ver puerta -los dos a domicilio- y la escasez de oportunidades suponen un déficit 'inadmisible' para un equipo que debe sumar triunfos como sea para no verse obligado a seguir sufriendo, estado anímico y real que no desaparecerá mientras no se encadenen victorias en casa y fuera, pero lo de casa es ahora más obligado, si cabe, que hacerlo fuera porque una derrota frente al conjunto mallorquinista sería una hipoteca a un alto coste para los rojiblancos.
Necesidad
Enfrente estará un rival obligado a ganar. Con un punto más que los rojiblancos, el cuadro insular necesita evolucionar en la clasificación, ser más fiable en su forma de actuar, pese a que sólo en dos jornadas, de las 17 que se llevan disputadas, ha estado en zona de descenso, pero en las cuatro últimas ha ido acercándose a la situación delicada, a un punto de zona de descenso.
El cuadro mallorquinista afrontará el partido ante el Almería con la necesidad urgente de puntuar para alejarse de la zona de descenso y con la novedad del estreno en el banquillo del técnico Javier Olaizola, que esta semana ha sustituido a Fernando Vázquez.
Olaizola dirigía hasta ahora al filial mallorquinista, que milita en Segunda B, y ha sido el elegido por la directiva para intentar enmendar el rumbo de la nave. Vázquez ha dejado al Mallorca empatado a puntos (19) con el equipo que marca la frontera del descenso, el Mirandés, y con cuatro triunfos, seis derrotas y siete empates en diecisiete jornadas.
Olaizola, que ha anunciado cambios con respecto al 'once' que la jornada pasada perdió 0-3 en el Iberostar Estadio ante el Real Valladolid, ha exigido la máxima entrega, compromiso y actitud a la plantilla para escalar posiciones en la tabla.
El entrenador vasco no podrá contar con el hasta ahora portero titular Roberto Santamaría, que este sábado ha recaído de una lesión muscular, y bajo los palos estará Jesús Cabrero.
Recupera, en cambio, al central Antonio Raíllo, que cumplió ante el Real Valladolid el partido de sanción impuesto por el Comité de Competición.
Cita a ciegas
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