Rapidez para seguir a paso de tortuga (1-1)
Tercer resbalón ante un rival directo por problemas habituales: falta de contundencia atrás y ocasiones muy claras falladas. Inexplicable que el árbitro no viera el puñetazo al balón de Campabadal en el área.
EFE, ALMERÍA | DIARIO DE ALMERÍA
Si el partido de ayer ya se planteaba complicado por la necesidad de lograr la primera victoria y no meterse en el mismo círculo vicioso de la pasada temporada, más aún se iba a complicar la cosa cuando a Francisco le comunicaban que ni Azeez ni Thievy estaban en Almería el día y la hora pactada, y, por supuesto, Jonathan llegaba destrozado físicamente después de la paliza de tanto transbordo aéreo. Así, de buenas a primeras, el conjunto rojiblanco se contagiaba hasta las trancas por el virus FIFA y tenía los medicamentos justos para enfrentarse a una complicada jornada, que iba a marcar el devenir de este comienzo.
La Copa de África todavía no ha comenzado y Francisco se ha encontrado de buenas a primeras sin el fichaje estrella de la presente campaña, Thievy, y sin uno de sus titulares indiscutibles, Jonathan. Pese a los importantes contratiempos de última hora, el Almería quiso plantarles cara y el técnico apostó por el debutante Silva en el once y llamó al jovencísimo Gaspar, que ya ha tenido sus primeros minutos en el filial y se le nota desparpajo, para completar la convocatoria. Ante un rival directo por la permanencia como el Córdoba no se podían dar más facilidades que las que exige el guión y los anticuerpos rojiblancos tenían que multiplicarse para que el virus no afectara a los órganos vitales.
La presión y las ganas con las que salieron del vestuario los rojiblancos fueron loables. El Córdoba trataba de tocar el balón, pero lo perdía rápido gracias a que el Almería quería y podía morder. Sin necesidad de largas triangulaciones ni de jugadas muy elaboradas, iba a caer el 1-0. Primero la tuvo Hemed, que remachó alto un centro de Trujillo tras un saque de esquina. Poco después, el balón sí que se iba a alojar en las mallas. Ataque que comienza por la izquierda, buen cambio de banda para que Ximo Navarro ponga un perfecto centro al segundo palo. Ahí Edgar, con el interior de su bota, consigue ese tanto que tanto necesitaba tanto él como el equipo.
Sin embargo, las carencias atrás son grandes. Un equipo que ya tenía problemas enormes la temporada pasada y que en ésta encima se ha debilitado, lo nota en exceso. Por eso llegó el empate sin tiempo para disfrutar del enorme manjar que podía haber significado adelantarse en el marcador. Cartabia recogió el balón en la derecha, nadie tuvo contundencia para robarle el balón y terminó batiendo a Rubén de tiro cruzado. Verticalidad y rapidez sí, pero no a costa de ser tan sumamente endebles.
Tal y como ocurrió en el partido de presentación, la aglomeración de jugadores en el centro del campo cordobesista ahogó al equipo de Francisco, incapaz de salir con el balón jugado. Había kilómetros y kilómetros entre la defensa y el resto del equipo. Verza y Thomas no podían superar la primera línea visitante y, como es normal, las salidas de Trujillo o Dos Santos acababan con balón a ninguna parte. Cuando Soriano bajaba porque veía el desaguisado o un pase en largo salía como es debido, la sensación de peligro pasaba de la meta de Rubén a la de Juan Carlos. Haavenar, en una jugada bien trenzada por el Córdoba, la tuvo de cabeza; Soriano, después de un contragolpe de libro, también pudo marcar. Velocidad contra posesión y dos defensas que estaban sufriendo demasiado en la primera parte. El descanso llegaba con una jugada que escenificaba lo que ha sido el diseño del equipo: falta lanzada por Cartabia, la barrera sale, se abre, se parte y el balón que llega con mucho peligro a la meta rojiblanca. Por suerte, Rubén estaba bien colocado.
La segunda parte comenzó con una de esas jugadas que demuestran que además de contra su humildad y su particular política de fichajes, el Almería tendrá que vérselas también contra el colectivo arbitral. Silva seguía ganándose por méritos propios el papel de mejor hombre del partido, saca un centro medido a la cabeza Edgar y el puño al aire de Campabadal evita el gol. Lo vio toda Almería en el estadio y toda España en la televisión, a excepción del colegiado. Y justo después, amarilla a Silva por simular un penalti. Lástima que los líniers no puedan sancionar a sus compañeros como hacen ellos con los jugadores que se equivocan.
Como en la primera parte, los de Francisco salieron llenos de vitalidad y comenzaron su concurso de cada fin de semana: fallar goles cantados. Primero a Hemed se le fue un control tras plantarse solo ante Juan Carlos y después Edgar, con toda la portería para él, no es capaz de rematar un balón botando en el área chica. El guión comenzaba a ser conocido y poco a poco irían acabándose las fuerzas.
Ferrer metió a Ghilas, un mundialista que nada más salir tuvo el gol en sus botas; Francisco probó con Quique, un jugador procedente de Segunda B, que entró por el jugador que traía de cabeza a la maltrecha defensa visitante: Silva. Hasta las diferencias con un recién ascendido son grandes. Con el Córdoba satisfecho con el punto y el Almería sin nadie que supiera coger el timón, era el momento para un arreón de casta, para un balón parado o para que te cogieran a la contra. A falta de cinco minutos, Gaspar iba a ser el tercer debutante. Por mucha confianza que haya en la plantilla y por mucho control económico que ejerza la Liga, si el equipo tiene depender de un niño de 16 años y 277 días para ganar, es que algo chirría.
Rapidez para seguir a paso de tortuga (1-1)
La UD Almería no pasa del empate en casa en su choque ante el Córdoba. Edgar Méndez marcó para los rojiblancos al inicio de la primera mitad y Cartabia empató pocos minutos después.
EFE, ALMERÍA | DIARIO DE ALMERÍA
Fue casi una huida hacia delante en un partido en el que el Almería sólo estuvo bien en los comienzos de cada parte, pero impreciso ante el marco rival. Édgar anunció otro partido, pero Cartabia devolvió el duelo a la realidad, al sufrimiento, porque tampoco el Córdoba enseñó cosas mejores. El choque comenzó intenso por parte de ambos equipos. Los rojiblancos algo más afortunados de cara a gol, aprovechando la segunda llegada franca para adelantarse en el marcador, tras una buena acción que acabó con un centro de Ximo Navarro y que Édgar mandó a la red tras haber avisado antes, aunque no contundentemente.
El Córdoba tuvo idéntico comportamiento. Se hizo dueño del balón en el inicio de la primera parte y empujó hacia el marco defendido por Rubén. Las imprecisiones en defensa de los rojiblancos provocaron incertidumbre y la falta de contundencia, el empate, en el minuto 20, por medio de Fede Cartabia, que hizo y deshizo en el área sin que nadie despejara el peligro. A partir de ahí, los dos equipos carecieron de profundidad. Aun así, el Almería estuvo cerca del gol en el 34, con un robo de balón de Thomas, centro de Wellington y remate de Soriano.
Sin embargo, fue como un oasis en un desierto sin llegadas. El Córdoba, también perdido, se lo jugó a la carta del balón parado. Su única ocasión fue un disparo de Fede Cartabia que detuvo Rubén antes del descanso. La segunda parte, en su inicio, deparó un Almería más intenso, con más presencia arriba, pero con idéntico resultado cara al gol. Actividad protagonizada por Wellington Silva y Hemed, que protagonizaron la primera en un centro del brasileño que remató el segundo, pero encimado por Íñigo López, que rechazó el cabezazo, en el 46.
El Córdoba no esperó para enseñar que quería ganar el partido. Lo hizo a la contra ante un Almería impreciso en el pase, con muchas pérdidas que el rival se dispuso a aprovecharlas. Borja, en el 54, y Ghilas, en el 61, estuvieron cerca, pero les faltó precisión en el remate, tal y como le sucedió posteriormente a Soriano, que mandó un centro al larguero en el 73.
Con el partido entrando en su recta final, los dos equipos lo siguieron intentando, pero la falta de una propuesta futbolística que no estuviera ceñida a la casualidad impidió que el marcador se moviera, aunque Ghilas pudo marcar en el descuento para el Córdoba.
UD Almería: Rubén; Ximo Navarro, Trujillo, Mauro dos Santos, Dubarbier; Verza, Thomas; Wellington Silva (Quique González, m. 64), Fernando Soriano (Teerasil Dangda, m. 75), Édgar, y Hemed (Gaspar, m. 84).
Córdoba CF: Juan Carlos; Campabadal (Pantic, m. 68), Iñigo López, Deivid, Castro; López Garai, Rossi; Fede Cartabia, Borja García (Abel, m. 75), Fidel, y Mike Havenaar (Ghilas, m. 59).
Goles: 1-0, m. 11: Édgar. 1-1, m. 20: Fede Cartabia.
Árbitro: Fernando Teixeira Vitienes, del colegio cántabro. Amonestó a Fernando Soriano (m. 43), Wellington Silva (m. 47), Thomas (m. 55) y Édgar (m. 82), de la UD Almería, y a Deivid (m. 40), Pantic (m. 68), Rossi (m. 83) y Fede Cartabia (m. 86), del Córdoba CF.
Incidencias: Partido correspondiente a la tercera jornada del Campeonato de Liga de Primera División, Liga BBVA, celebrado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, con 10.682 espectadores.
Reparto de puntos (1-1)

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