Todos trabajaron bien y tuvieron como premio final un buen partidillo a medio campo
Juan Lozano [ La Voz de Almería ]
La puntualidad fue total. El calor no faltó a la cita y hasta algunos valientes aficionados pasaban por el Anexo tras renovar el abono. El sol caía de plano sobre el recinto mientras Francisco hablaba con sus jugadores sobre lo que les esperaba en la última sesión de la semana.
Empezó el calentamiento con las temidas vueltas al campo que tanto cargan las piernas y tras ponerse a punto las máquinas empezaron a realizar las pruebas físicas. Mucho trabajo para el jugador de campo mientras los porteros se ponían los guantes y comenzaban a machacarse a las órdenes de, Ángel Férez, que se mostró implacable con: Julián Cuesta, Rubén y Gianfranco. Todos ellos con la nueva ropa de faena y en un estado de forma envidiable después de solo tres jornadas de trabajo.
Francisco no tuvo mucha faena y se limitaba a contemplar el trabajo de sus ayudantes reservando la garganta para el tiempo de balón y la ración táctica que no faltaría a lo largo de la mañana bajo el sol. Tras la hidratación los jugadores se iban repartiendo y los porteros respiraban.
Todos están bien
Cuando se colocaron las porterías a medio campo y los balones llegaban al césped a los profesionales les cambiaba la cara. Había ganas de tocar el cuero y combinar con los nuevos compañeros. Francisco y Jaime se colocaron en sus puestos de control y empezaron a llegar las jugadas bonitas y hasta los goles por la presencia en las áreas de forma permanente de jugadores. La pelota corría a una velocidad ideal y se notaba que los más viejos del lugar se entendían a las mil maravillas mientras que a los nuevos se les iba notando la falta de adaptación al ahora su nuevo grupo de trabajo.
Haciendo grupo
Cuando se acabó la dura sesión matinal se notaba en el ambiente que algo bueno está pasando. Los de toda la vida hacen piña con los de la pasada temporada y los que llegan son bien recibidos. Hasta Teerasil parece un Corona y Ximo un Soriano. No puede tener queja Francisco de sus chicos que se entregaron bajo el sol y salieron tan amigos: felices.
Francisco sube el pistón y pone a jugar al grupo. Los porteros se machacan
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