La afición se subió hasta a las farolas para ver a la AD derrotar al Betis
J.L. Bretones | Diario de Almería
Espectacular imagen del Fondo Norte del Franco Navarro, donde no cabía un alfiler.
Quienes vivimos aquella jornada hace 35 años la tenemos tan fresca en nuestra memoria como los partidos ante la Ponferradina o el Girona de la UD. Aquello fue la épica que condujo a Primera a un equipo pensado para mantenerse en Segunda si había suerte. Fue el 27 de mayo de 1979. Se jugaba la 35ª jornada de Liga (faltaban aún tres) entre la AD Almería, que ocupaba la quinta plaza con 41 puntos, y el Real Betis, el Eurobetis de la pasada temporada, que había jugado la extinta Recopa de Europa, pero que por causas extradeportivas se veía en Segunda División, segundo clasificado con 42 puntos.
Ni el más optimista de los aficionados podía pensar a principios de temporada que ambos se estarían jugando el ascenso a estas alturas; o que la humilde AD pudiese ganarle a un equipo plagado de internacionales. Fíjense qué alineación presentó León Lasa: Esnaola; Bizcocho, Cobo, Peruena, Gordillo; López, Ortega, Cardeñosa; García Soriano (Megido 80'), Hugo Cabezas y Anzarda (Pozo 74'). El mismo equipo prácticamente que dos años antes ganó la Copa del Rey ante el Athletic Club.
Maguregui, siempre prudente, opuso un once más defensivo que de costumbre: César; Paniagua, Piñero, Óscar López, Maxi: Zunzunegui, Garay (Jeromo 50'), Martínez; Rojas, Rolón y Rozas (Abarca 84'). Eran David contra Goliat, un equipo de Segunda B contra otro de Primera. Pitó Benavente Garasa que dejó a ambos equipos con diez al expulsar a López y Martínez por agresión mutua a los 70 minutos.
Más de 20.000 espectadores en gradas, pasillos, techo del Fondo Norte e incluso farolas fueron testigos en directo de una de las tres jornadas más gloriosas del fútbol almeriense. Y es que, además de emoción, tuvo un componente épico increíble. La primera parte fue de dominio alterno, ambos equipos se tenían bastante respeto. Tras la reanudación vinieron los goles. El Betis se adelantó a los 4 minutos en jugada personal de Ortega que batió por bajo a César. Entonces Maguregui se dio cuenta de que se podía jugar de otra forma y sacó al maestro Jeromo.
El Betis reculó, se vio ganador y contemporizó en exceso con el 0-1. Fue su perdición. Al cuarto de hora Martínez es derribado en el área y Benavente señala penalti. El especialista Jeromo acababa de salir pero enfrente tenía a Esnaola, auténtico parapenatis. Lanzó Jeromo raso, pegado al palo y engañó a Esnaola. Era el 1-1.
El resultado parecía satisfacer más al Betis que el Almería que se lanzó a tumba abierta por el partido. Las ocasiones se sucedían en la puerta bética pero sin que llegase el gol. Y éste llegó cuando ya nadie lo esperaba. Era el minuto 92. Zunzunegui penetra por la banda, centra raso y Abarca en plancha y de cabeza logra el milagro. Increíble aquel 2-1 que hizo enloquecer al Franco Navarro. Cinco minutos más prolongó Benavente Garasa pero ya nada cambió. El Almería se aupó al segundo lugar y el ascenso a Primera ya era mucho más que un sueño imposible.
Aquel 'llenazo' de Primera

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