El año del descenso se sumaban los mismos puntos y el presidente le dio un toque al tolosarra
P. GREGORIO | DIARIO DE ALMERÍA
Juanma Lillo, en su etapa en el banquillo rojiblanco
De las cuatro temporadas precedentes de la UD Almería en Primera, la única equiparable en cuanto a un arranque similar fue la 2010-2011, que acabó con el descenso de categoría. Juanma Lillo estaba al frente del equipo y tras sumar dos puntos en cuatro jornadas Alfonso García le mandó un serio toque de atención que el técnico tolosarra interpretó entonces como que ya tenía el "tiro dado".
Curiosamente fue tras caer en el Estadio Mediterráneo por 0-1 frente al Levante, siguiente rival de los de Francisco este sábado (18:00) en la quinta jornada del campeonato. Como si de un bucle temporal se tratase la historia parece volver a repetirse, si bien las malas sensaciones que emanaba el equipo entonces nada tienen que ver con las vibraciones positivas, sobre todo en el aspecto ofensivo, que ha dejado el plantel de Francisco.
Pese a la advertencia del máximo accionista, Lillo aguantó hasta la duodécima jornada, coincidiendo con la visita del Barça en el mes de noviembre. En la previa puso paños calientes recordando que ya estaba sentenciado y el posterior resultado, un sonrojante 0-8 ante el cuadro azulgrana, le privó de comerse el turrón.
Tres temporadas después el presidente ha ganado en paciencia y tras apostar por un proyecto joven es de suponer que los nervios no empiecen a aparecer antes de lo deseable.
Lillo ya tenía 'el tiro dado' tras la cuarta jornada

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