jueves, 20 de diciembre de 2012

UD Almería: Dolor en lo intangible

Esteban afirma que «el orgullo me duele, pero no por lo de Elche, sin por las dos derrotas seguidas»
JUANJO AGUILERA | IDEAL ALMERÍA

Elche, el partido que la UD disputó en el Martínez Valero, no se ha olvidado. Sigue revoloteando en el ambiente. El hecho de que los rojiblancos se vuelvan a ver las caras el viernes con un equipo casi a imagen y semejanza del ilicitano –sigue siendo en alto porcentaje lo que dejó Bordalás, que ahora es el técnico alfarero–, reaviva las ‘ascuas’ de un partido ‘caliente’. Esteban quiere pasar página. Considera que hablar solo reaviva la indignación. Prefiere conjugar otro verbo, el verbo ganar. Éste conlleva efectos reparadores. Repara el ánimo, que viene del alma, también el orgullo. Éste anda dolido, pero no por la derrota en Elche –jugando como se hizo se perderán pocos partidos, a no ser que aparezcan árbitros como el del domingo–, sino porque aquella significó el segundo tropiezo consecutivo. Ganar es el objetivo para que la cabeza no ‘se estanque’ dando vueltas a unas vacaciones en las que se necesita que otro aspecto ‘intangible’, el de la mente, descanse.
Enfrente, como queda dicho, un equipo que vestirá de amarillo pero que tiene similitudes con el líder, un equipo con el que se jugó en octubre, en Copa, pero que no será el del torneo copero.
Elche
Lo del Martínez Valero parece que colea para todos, menos para la plantilla. «Todo esto ya pasó», señaló el cancerbero rojiblanco. «A nosotros no nos van a dar nada, ni nos van a quitar nada. Vamos a pensar en lo que viene, que es el Alcorcón, y gastar las energías en ese partido. Si empezamos a revolver otra vez con lo del Elche, igual al descanso con todo lo que había sucedido el equipo no empezó con la misma intensidad de la primera parte, no me gustaría que sirviese de justificación. Más motivo todavía para ganar, para dar un puñetazo en la mesa y decir aquí estamos, nos hemos repuesto a dos derrotas, a un arbitraje que no ha estado afortunado. Aquí estamos, en la lucha y capaces, y con la firmeza de estar aquí arriba», aseguró.
Pero por tal y como sucedieron los ‘hechos’ hay aspectos que mejorar y no solo hablan de lo que pasa en el campo. El orgullo duele más que los golpes, que los goles anulados. Es lo que más falta hace restañar. «A mí el orgullo me duele, pero no por lo que sucedió en Elche, sino porque llevas dos derrotas, tiene un partido ahora importante. Ésta es una competición bonita, estamos ahí arriba. Sí, el orgullo», afirmó. Esta sensación, reparada, permite otras cosas. «Yo quiero demostrar que estoy bien, que tener dos derrotas consecutivas, que no tener fortuna con ciertos aspectos, no me van a minar la moral, sino al contrario. Me va a servir para este viernes, delante de mi gente, ganar, irme de vacaciones contento. Yo creo que tenemos que pensar que merece la pena un último esfuerzo, que jugamos en nuestra casa. Hay muchos alicientes para pensar en lo positivo más que en lo negativo, que lo único que quita es moral, energía y no te da nada. El Elche ya se acabó. Cuando pitó el árbitro sabíamos que teníamos 34 puntos, que el Elche nos sacaba ocho e intentaremos que esta semana el Elche nos saque alguno menos», explicó.
Esteban es franco en sus palabras y sobre todo muy claro. Muchos pensarán que el Elche, por su forma de jugar, no es un rival mejor que la UD Almería. Sin embargo, el avilesino tiene algo que rebate cualquier tesis en contra. «Tiene ocho puntos más. Al final, no suben los mejores, sino los que en momentos determinados han estado más acertados, con más fortuna. Nosotros estamos a ocho puntos del Elche. Para mí no hay esa diferencia en plantilla ni en lo futbolístico, pero la clasificación dice eso y el 9 de junio lo que va a mandar es lo que diga la clasificación. No van a mandar ni las sensaciones ni los merecimientos, mandan los resultados», advirtió tajantemente.
El antídoto
Por eso no se escuda en el pasado, solo en el presente y en lo único que puede hacer olvidar el tropiezo del domingo. Ganar o ganar. «Es la mejor manera de acabar el año. Al final parece que hay un punto y aparte en la competición, venimos de dos derrotas. Ganar te garantiza la tercera plaza y 37 puntos. A bote pronto suena bien. Por lo tanto, vamos a aprovechar eso porque de otra forma perderíamos la tercera plaza y serían tres derrotas consecutivas y no entra en mi mente irme así de vacaciones de Navidad», señalaba.
Pero ganar no va a ser algo fácil de conseguir. Enfrente se pertrecha un equipo con un estilo de fútbol al que resulta complicado poner en aprietos. Es el sello Bordalás, un estilo como el del Elche. «Similar, muy parecido, porque además las plantillas, estructuralmente, son muy parecidas. Mucho balón parado, que lo aprovechan, y contras rápidas. Vamos a ver si corregimos los posibles errores que cometimos el día de Elche y que tengamos más fortuna que el domingo pasado», deseó.
Además, aunque hay impresiones recientes, el Alcorcón de mañana no es el mismo que el que jugó en Copa. Es probable que no se parezca en nada. «Nada. Es muy similar al día del Murcia. Son dos competiciones que para empezar el once inicial del Alcorcón no se va a parecer casi nada, a no ser por alguna ausencia obligada que tienen dos, al que sacó aquí, ni la intensidad que han puesto. Ellos pensaban como pienso yo ahora. Último partido, oportunidad de ponerse terceros, juegan contra los terceros y van a ser agresivos. Sabemos cómo son los equipos de Bordalás, el Alcorcón tenía unas señas de identidad bastante importantes el año pasado y este año más picante con la intensidad que le mete Bordarlás, que no les va permitir el mismo relax», consideró.
Lo que suceda reportará un balance que a día de hoy es positivo. «No es lo mismo irte tercero con una victoria que irte cuarto con tres derrotas. El balance no es el mismo, sinceramente. No es malo, pero las sensaciones no son buenas. La mejor manera es cortarlo y venirte con todas las ilusiones y una clasificación envidiable, siendo tercero, para meterte arriba con cualquier error del primero o del segundo», analizó.
Pese a todo, se respira tranquilidad en el plantilla. No hay motivos para la zozobra. De hecho, en la comida del martes con el presidente, éste no pidió nada distinto a lo esperado. «Pedir lo de siempre y su cara era la misma. Agradeció el esfuerzo que estamos haciendo y desearnos lo mejor, porque al final en estos momentos son los días de la salud. Y que superemos cualquier tipo de adversidad, porque ahora son malos resultados, todas esas adversidades que las superemos», comentó.
Gran corazón
Los últimos días no han sido buenos. Muchos se centraron en la agresión a Etxeita, sin caer en las dos anteriores que sufrió él. Pero su corazón sigue siendo grande cuando habla de solidaridad. No entiende de fechas y sí de días e ir a un hospital no distrae. «Estos actos sociales no los haría solo en Navidad. Yo los haría si no semanal casi. Por qué no vamos a ir al hospital a ver a niños enfermos. Necesitan el mismo cariño en Navidad. Parece que vamos, nos hacemos cuatro fotos y ya hemos cumplido el año. Yo lo haría más a menudo. Al final, yo en mi casa hago mi vida. Yo voy al hospital a ver a mis amigos. Eso no te cansa, no te distrae, ni te tiene que servir como disculpa», concluyó.
UD Almería: Dolor en lo intangible - Unión Deportiva Almería S.A.D.

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