Contrataciones como los de Piatti (7 millones), Pellerano (4 millones), Negredo (3 millones) o Diego Alves (2,5 millones), tendrán que salir desde la propia casa rojiblanca
J. F. | IDEAL ALMERÍA
Si alguien piensa que por ascender a la Liga BBVA, en caso de producirse, volverán los tiempos en los que al Almería llegaban fichajes millonarios (al menos en su traspaso), se puede ir quitando esa idea de la cabeza. Alfonso García fue claro al afirmar que ya no llegarán a la entidad rojiblanca jugadores por lo que haya que pagar un traspaso cifrado en millones de euros. Contrataciones como los de Pablo Piatti (7 millones), Hernán Darío Pellerano (4 millones), Álvaro Negredo (3 millones) o Diego Alves (2,5 millones), por poner unos ejemplos, tendrán que salir desde la propia casa rojiblanca.
Casi se podría decir que la frase la pasa a pasiva el máximo dirigente rojiblanco. Más que hablar de contrataciones habla de subir a jugadores que se formen en las categorías inferiores del propio club. En un trabajo de años, pero clave en la crisis actual que hay instalada en la sociedad mundial y de la que no escapa el fútbol. «Se acabó la época de firmar futbolistas de fuera. Hubo un momento que las entradas se ponían caras y sacábamos dinero porque se compraban. Hubo un tiempo que los abonos eran altos. Eso hizo que el equipo adquiriera futbolistas. A medida de que haya menos asistencia, que las entradas sean más baratas, que se hagan menos abonos, que la publicidad ha pasado de 5 millones en el primer año en Primera a los 300.000 euros actuales, pues conforme pase esto lo único que nos queda son las bases. De no tener estas bases yo -proseguía Alfonso García- sería muy pesimista para los próximos años».
Además, aventuraba que en los «próximos dos-tres años habrá en la primera plantilla entre 10 y 12 jugadores formados por nosotros. La cantera es el futuro», sentenció el dueño de la UD Almería al que la estancia de 18 jugadores de fuera de la capital les está costando «100.000 euros anuales».
El 'aprendiz' sigue con su formación
J.J.A./J. F. | IDEAL ALMERÍA
Joaquín Fernández está siendo una de las sensaciones de la temporada en la UD Almería. No ha tenido que jugar ni un partido con el primer equipo. No le ha hecho falta al de Huércal de Almería. Con unos entrenamientos al lado de los mayores se ha llevado las miradas. Como ocurrió el pasado domingo en el anexo del Estadio de los Juegos Mediterráneos. Es el primer jugador formado en la cantera de la entidad rojiblanca que ha jugado un partido oficial con las inferiores de la selección española. Ahora, mimado por el club dado su potencial, sabe que tiene que dar pasos. Poco a poco. Aunque decir esto para un jugador de 16 años que va varios escalones por encima de su edad parece esquivar la realidad.
Sabe que cuando lo llaman para ejercitarse con los mayores es un premio. Otro más a su intensa corta carrera deportiva. No se le sube a la cabeza. Ya tiene personas en su entorno para recordarle que esto es «trabajo, trabajo y trabajo» como él mismo reconoce. Así que mientras su mente está en volver a la selección desde su equipo en categoría juvenil, cualquier entreno a las órdenes, ahora, de Esteban Vigo es como un master en su crecimiento.
Joaquín Fernández califica de «positivo» el estar con los grandes. «He venido varias veces y bien, siempre es bueno estar con tu primer equipo de tu club e ir conociendo a los jugadores; siempre es positivo estar aquí», señalaba. Esta vez hubo una diferencia en relación a otras ocasiones. El entrenador ya no era Lucas Alcaraz y sí Esteban Vigo. Sobre la manera de trabajar del malagueño opinaba que le había «gustado mucho el entrenamiento, muy activos todos, y la verdad es que ahí están los resultados; ha comenzado más o menos bien y es muy buen entrenador, si no, no habría conseguido lo que ha conseguido»
Aunque esté viviendo un sueño, es consciente de que las llamadas del primer equipo no pasarán de meros entrenamientos. No piensa en jugar con los grandes. «No, no creo, la verdad es que soy todavía muy joven, vamos a formarnos entrenando y estar en tu categoría y trabajar duro para ver si dentro de unos añitos podemos estar aquí», decía ilusionado.
Salto grande
Si ya le parece un salto grande el jugar con juveniles siendo cadete, no hace falta ni decir lo que piensa si se le pregunta por la diferencia entre lo que ha vivido este año y ejercitarse con profesionales. «Sí, la verdad es que se nota mucho la intensidad que tienen ellos, la aguantas con tu edad bien pero la verdad es que aquí sufres; la intensidad se nota mucho, pero bueno, trabajar y trabajar y trabajar muy duro y a ver si podemos llegar», insistía una y otra vez.
De esta campaña podrá decir que ha viajado por Europa con la selección. Eso sí, no será un buen guía turístico de Georgia, país en el que se celebró la competición internacional en la que participó. «La verdad es que no, que no os aconsejo que vayáis allí a visitarlo porque la verdad que muy bonito no es, pero bueno, tampoco iba allí de turismo, iba a jugar un campeonato y la ciudad es lo que menos me interesaba».
Fue como un aperitivo de lo que le espera dentro de un año. Ahora ha sido un 'aprendiz'. «Claro que sí, muy positiva porque fui con la selección superior a la mía y la verdad es que para el año que viene espero estar también allí y es mucha experiencia ya». La llamada de este año ni la esperaba por la edad. «Sí, la verdad es que sí; yo la convocatoria no me la esperaba para nada y cuando me la confirmaron ni me lo creí y bien, la verdad es que ha sido una experiencia inolvidable, siempre debutar oficialmente con la selección española es único y la verdad es que sí, muy agradecido a los seleccionadores como a la selección por confiar en mi y muy positivo todo».
Se queda con el colectivo, pero en el plano individual quedará que el partido que jugó fue el único que ganó España. «Es casualidad. Los dos partidos anteriores también habíamos jugado muy bien y la pelota no quiso entrar», sentenciaba para no darme 'más' importancia.
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