domingo, 29 de abril de 2012

Grandes esperanzas

El Almería rompe la racha de nueve partidos sin ganar derrotando al líder en el primer triunfo de Vigo en el banquillo rojiblanco
PACO GREGORIO / DIARIO DE ALMERÍA

Esteban Vigo cree en su equipo y su equipo empieza a creer en él. El técnico malagueño mostraba en la previa del duelo ante el líder una confianza ciega en sus jugadores, hablaba de buenas sensaciones que luego se vislumbraron sobre el terreno de juego.

La trayectoria rojiblanca hasta la fecha tenía tintes dickensianos, alternando rachas buenas como la que lo mantuvo nueve jornadas sin perder con otras de orfandad de victorias que lo llevó a acumular el mismo registro de partidos sin ganar. El triunfo ante el Depor corta de raíz la sequía y da pie a la esperanza de afianzar la promoción de ascenso en la recta final del campeonato.

Y es que el Almería borró literalmente del campo al Deportivo de la Coruña durante los primeros 45 minutos pese a que Oltra no compatiera esta afirmación en su análisis del encuentro. Las llegadas por la banda derecha fueron continuas y, de no ser por lo bien que tiraba la zaga coruñesa el fuera de juego, habrían concluido con una brecha mayor en el marcador a favor de los locales antes de alcanzar el descanso.

Y es que en el primer acto volvió a verse un Almería que cree en sí mismo y busca con intención y mejor criterio la portería contraria. A los veinte minutos de juego los rojiblancos ya habían perforado de hecho la meta blanquiazul en dos ocasiones, ambas por mediación de un hiperactivo Jakobsen, pero anuladas las dos por Sureda Cuenca. La primera debido a una falta previa de Ulloa sobre Colotto y la segunda al encontrarse en posición de fuera de juego.

El partido discurría totalmente controlado por los unionistas cuando tras reclamar un posible penalti por manos de Colotto dentro del área, Bruno Gama le metió el miedo en el cuerpo a los seguidores al aprovechar un fallo en el despeje de Jakobsen para plantarse solo delante de Esteban, que le detuvo el disparo.

Del 0-1 se pasó al 1-0 casi sin solución de continuidad, como suele ocurrir en estas situaciones. Rafita se internó por la banda derecha apurando la línea de fondo y sacó un centro sobre la llegada de Ulloa, que le ganó la posición a Colotto y conectó un cabezazo que se le colaba entre las piernas a Aranzubia.

El argentino, en sequía desde el duelo ante el Xerez, lograba de este modo la redonda cifra de 25 dianas y se perpetúa al frente de la tabla de goleadores en la Liga Adelante.

El Depor, lento en las transiciones y excesivamente amilanado, tal vez relajado en exceso por la ventaja que mantiene en la cabeza de la clasificación, se marchó a vestuarios no sin que antes Colotto reclamase un penalti por agarrón de Jakobsen que el árbitro no concedió.

A la vuelta de vestuarios pronto pudo observarse lo que Esteban Vigo le había pedido a los suyos en la caseta: sangre fría en defensa y velocidad para aprovechar los contragolpes y darle la puntilla al contrario. Los primeros acercamientos se produjeron pronto y Juanma probó fortuna desde fuera del área con un disparo que se marchó desviado por poco.

El Depor seguía confiándolo todo a jugar con la defensa adelantada y Ulloa vio cómo se le anulaba el tercer tanto de la tarde a los unionistas al rematar en clara posición de fuera de juego.

Sin Guardado ni Riki, el potencial ofensivo deportivista se vio bastante mermado y ni Lassad, Bruno Gama o Salomao dieron con la tecla para desbordar al entramado defensivo rojiblanco, que únicamente se vio amenazado con un control con el pecho de Valerón dentro del área que Rafita estuvo atento a despejar adelantándose al remate del canario.

Los visitantes ganaron presencia en ataque con la entrada de Xisco por Bergantiños y en el minuto 65 la intervención de Bernardello evitó el gol, mientras que en el 69 fue Jakobsen el que sacó un remate peligroso de Colotto. En el minuto 73, la ocasión fue de Xisco, que había entrado por Salomao, pero Jakobsen de nuevo salvó.

El Almería estaba ya por entonces urdiendo su plan para desarbolar a los gallegos a la contra y Aleix iba a tener un papel estelar en el mismo. Una cabalgada del extremo tarraconense dejó a Ulloa solo ante Aranzubia y en posición franca para el remate, pero el meta riojano volvió a demostrar que el Mediterráneo se le da bien (todos recuerdorán el gol que hizo el curso pasado de cabeza) sacándole un doble remate consecutivo al pichichi.

Quien no desaprovechó esta vez su oportunidad fue Aarón, preferido de nuevo por Vigo antes que Ortiz Bernal. El ilicitano acompañó con paciencia otro gran contragolpe de Aleix Vidal, especialmente generoso en la asistencia ayer, que se la sirvió en bandeja a su compañero. Aarón falló a la primera, pero a la segunda envió el balón al fondo de la red y cerró el encuentro.

La mano de Vigo por fin empieza a notarse y la victoria carga de moral al equipo en el momento clave para afrontar la visita al Rico Pérez. Ya, al menos, no se ve todo cuesta arriba.

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