Ulloa y Goitom, que suman 22 goles entre los dos, 'calientan' para Montilivi
La UD Almería se encomienda a sus delanteros para superar adversidades en la cita ante el Girona
JUANJO AGUILERA jjaguilera@ideal.es
El gol siempre es la mejor receta para olvidar adversidades. La UD Almería se encuentra hoy con un montoncito de ellas. A los rojiblancos les llega un partido, hoy, en el que son muchas las cosas en contra y sólo un par de ellas a favor, que se sepa. De lo primero, problemas de efectivos. Lo de Dani Bautista hace unas semanas se ha 'enquistado' y es una baja que, por asumida, no deja de ser importante. La semana, sin embargo, ha dejado más contratiempos en el camino como el esguince de Michael Jakobsen -que al final entró y que seguramente jugará infiltrado- o la sobrecarga de Fernando Soriano, que definitivamente se quedó en Almería. Por si fuera poco, la obligación del Girona, el rival de hoy, para empezar una escalada que tiene mucho que ver con lo que haga en casa, que dicen es donde se logran las permanencias, por más que los puntos tengan idéntico valor si los logras como local o si lo haces como visitante, hace de Montilivi un lugar 'inseguro' para las pretensiones de victoria de cualquier visitante, de la UD Almería, en este caso. El conjunto rojiblanco sólo tiene a favor la vuelta de Hernán Bernardello, que sin embargo no está para jugar de salida por el ritmo de competición perdido por la lesión, y el gol, amén de que Michael Jakobsen está y esa es una noticia que significa que 'llueve' menos, pero que todavía llueve -que nadie lo olvide-. Éste cierra bocas, amansa 'fieras', enfría infiernos. Y si de algo tiene de sobra -aunque el gol siempre se echa en falta cuando no lo tienes- la UD Almería es gol, porque el gol, si se hace en mayor número que el rival, alegra a los tristes y, más que nada, da puntos.
La UD lleva, por el gol, ocho jornadas seguidas sin perder y hasta veinte, en lo que va de campeonato, sumando y eso, aunque los de abajo de la Liga, por ejemplo, tachen de demasiado, las victorias nunca sobran y los empates, cuando la victoria no llega, tampoco.
Hoy toca vencer porque, aunque jueguen once contra once, el Girona no debe ser rival por muchas adversidades que se concentren, porque ha ganado tan pocos partidos como encuentros ha perdido la UD, porque ha perdido tantos como casi los que ha ganado la UD, porque, como ocurre con la lotería, quien juega por necesidad pierde por obligación y, en este caso, el que más necesita ahora es el Girona. La UD también necesita, pero ha demostrado, en 23 jornadas celebradas, que tiene 'pase pernocta' para dormir en casa -los puestos altos de la clasificación-, posee receta de tratamiento, porque tiene gol. Y, por si fuera poco, el 'órdago' del máximo accionista del equipo gerundense puede tener efectos secundarios.
El recuerdo
La cita, además, tiene el aliciente del recuerdo como incentivo para ganar. Está bien que la Liga se compone, en Segunda División A, de 42 jornadas y hasta puede que cuatro partidos más para tratar de jugar en Primera División, pero por dos puntos o, incluso, por uno se puede perder una plaza de honor y hasta un ascenso. Si no venganza, sí hay intención de devolverle la 'moneda' a un Girona que, en la primera jornada de la UD Almería en casa, allá por el mes de septiembre, le enseñó a la UD que el camino de retorno o, incluso, competir en Segunda División A no iba a ser un camino de rosas, sino más bien un camino con muchas espinas. Girona, Valladolid, Las Palmas, Villarreal o Alcoyano fueron, habitantes con experiencia, que le mostraron a los almerienses ese camino empedrado.
Hoy, asentado ya en la categoría de plata del fútbol español, el cuadro rojiblanco ha purgado sus imprudencias con creces. La victoria ante el Nástic, en el Nou Estadi, o la lograda la semana pasada frente al Córdoba, en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, se consiguieron de una forma y ante equipos con cierto 'pedigree' en la categoría, por más que a los primeros no le estén saliendo las cosas y su camino es más de perdición que de salvación. Pero ambos se lograron con goles de jugadores que pueden y deben ser tan importantes como los que están llamados a hacerlos. Leo Ulloa, por su olfato, y Goitom, por el fútbol que propone, tienen las espaldas cubiertas porque la importancia del gol está en el tanto en sí, no en quien le pone la firma y el gol cuantas más firmas tenga más valor adquirirá por algo tan simple como la no necesidad de depender de nadie.
En cuando a quiénes jugarán, el refranero advierte que 'no hay mal que por bien no venga'. Hace una semana, antes de jugar frente al Córdoba, se le preguntaba a Lucas Alcaraz por la posibilidad de alinear a Juanma Ortiz. La respuesta fue contundente: «¿A quién quito?». La no convocatoria de Soriano y la presencia de Jakobsen aclaran el panorama, también 'despejado' por la participación de Rafita, que no pudo estar frente al Córdoba por estar sancionado.
La situación supondrá ver un partido distinto al de la pasada semana -ningún partido se parece con otro-, diferente porque habrá cambios que, si no sustanciales en cuanto a nombres, sí lo serán en cuanto a prestaciones. Parece más que claro que Juanma Ortiz va a entrar en el equipo y que, por su banda, Rafita, que le ha ganado la 'carrera' a Michel, puede guardarle la espalda al alicantino. Y eso, casi por efecto dominó, provoca dos cambios más, la vuelta de Aleix Vidal a banda izquierda y el desplazamiento de Henok Goitom a una posición en la que ya dijo, días pasados, sentirse más cómodo, ubicado por detrás de Leo Ulloa, el pichichi de la competición.
Lo sabido
El resto del once es el de siempre, con Esteban bajo palos; Carlos García y Santi Acasiete, como pareja de centrales; Jakobsen, en el lateral izquierdo, y Verza y Corona como los encargados de estar en la 'sala de máquinas' de un equipo sólido, que ahora, a diferencia del arranque de la competición, exprime sus opciones hasta el final y los partidos ante Nástic y Córdoba son un claro ejemplo, que permiten que la racha del equipo almeriense sea mejor, porque esas dos victorias han supuesto la suma de cuatro puntos que llegaron cuando sólo lo esperaban quienes creyeron, firmemente, que el partido no expira hasta que el árbitro no pita. Aleix Vidal y Juanma Ortiz pusieron la firma, pero los otros que estaban con ellos sujetaron el bolígrafo.
Lo cierto es que la UD Almería está donde está por la solidez que atesora. El tropiezo en Riazor es el último sinsabor de un equipo que, desde entonces, encaja un gol por casi cada dos que marca y eso, como en más de una ocasión ha recordado Esteban -el meta rojiblanco-, es una garantía de éxito.
En horas bajas
Los rojiblancos, además, tienen a favor el hecho de enfrentarse a un Girona con problemas, con más obstáculos que los meramente deportivos. No debe ser de buen gusto encontrarse al que paga desanimado porque esto 'inyecta' incertidumbre y cuando las cosas están como están, este tipo de inyecciones no son un antídoto, sino un virus que puede provocar un 'fallo multiorgánico' y con la receta en manos del rival, como es el caso.
El Girona se juega mucho y este hecho puede favorecerle a quien menos presión tiene y aunque la UD también tenga sus obligaciones, no es lo mismo luchar por ascender que por quedarse. El partido de hoy, para el Girona es, tal y como lo demuestran las iniciativas del cuadro gerundense para llenar el campo, el último. No celebra alegrías desde hace seis jornadas si por alegría se entiende la victoria. La última la sumó frente al Nástic de Tarragona y en las últimas cinco un gol y un punto. Poco oxígeno para un 'enfermo con insuficiencia respiratoria'. Eso sí, el equipo gerundense es de los que en casa mantiene cierta regularidad, con sólo tres derrotas en once partidos. Pero como aviso valga que sus otros dos triunfos los logró ante Barça B y Córdoba. Además, equipos de los de arriba como el propio Córdoba o Valladolid no consiguieron ganar. Ese mérito sí lo consiguieron Elche, en el arranque, Cartagena y RC Celta de Vigo.
Josu Uribe, para la cita de hoy, tiene problemas, aunque al final también, como a la UD Almería, le salen las cuentas. Así, Marcos Tébar, que andaba tocado y que podía quedarse fuera, entra y estará entre los que inicien un partido que sí se lo pierde el lateral Jose Martínez, que no estuvo en Elche por sanción y que ahora es baja por lesión. De todas formas, el técnico asturiano pondrá en liza un equipo que sólo mostrará la variante de la entrada de Albert Dorca por Óscar Díaz y la de Jandro por Ballini, en relación con el que supuso su última comparecencia en Liga, la pasada semana en el Martínez Valero de Elche.
Obstáculos para unos y para otros, y obligaciones para ambos. De todas formas, también es verdad que el fútbol, como juego que es, no consiste en tener las mejores cartas, sino en jugar bien las que uno tiene. La UD Almería no lleva mala mano.
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