lunes, 27 de febrero de 2012

Incomparecencia tras el descanso

Aleix Vidal acortaba distancias en el marcador en el tramo final del encuentro

Tras un digno primer tiempo al que se marcha con ventaja de 1-2 gracias a los goles de Ulloa y Juanma, el Almería se desinfla en el segundo ante el empuje olívico
El exrojiblanco Bermejo, con dos tantos de cabeza, los finiquita

Seamos justos sin cargar tintas. El Almería hizo una digna primera mitad, propia de un serio aspirante a Primera en el feudo de otro meritorio, pero cejó sus funciones en la segunda. Simple y llanamente incompareció, se dejó avasallar ante un Celta llevado en volandas por la frenética afición olívica, poco dispuesta a dejar pasar nuevamente el tren del ascenso como ocurriera el curso pasado.

Es una lástima. Lo es porque el Almería conocía al dedillo los puntos débiles y fuertes del cuadro celtiña y supo explotarlos durante el primer acto, pero echó todo el esfuerzo por tierra con la torrija, la pájara incomprensible, de un segundo periodo en el que los pupilos de Alcaraz no comparecieron sobre el terreno de juego.

El toma y daca inicial, una oda al fútbol ofensivo, dio muestras de lo que son capaces uno y otro plantel. El Celta, hipermotivado por la gran respuesta de su público, salió arrollador. Tanto es así que a los cinco minutos de juego Esteban, silbado por la que fue su afición, tuvo que emplearse a fondo para sacar de la escuadra un cabezazo del chileno Orellana, un incordio absoluto al tener libertad de movimientos por toda la parcela ofensiva.

La respuesta almeriense no pudo ser más eficaz. Verza no dio opción a formar barrera en una falta lateral para enviar el balón al corazón del área en busca de los centímetros de Ulloa, cuyo escorzo de cabeza alojaba el esférico en el ángulo de la meta de Sergio para adelantar a los rojiblancos.

Con más empuje que calidad, el Celta igualaría en la acción siguiente gracias a un disparo de Orellana que, tras rebotar en un zaguero unionista, caía a los pies de De Lucas, quien únicamente tuvo que empuar a la red.

Al cuarto de hora de juego todo estaba como al inicio, con la diferencia de que Pino Zamorano ya había disculpado la amarilla en sendas ocasiones al central Túñez, particularmente expeditivo con Ulloa, y que el Celta empezaba a desperezarse al contragolpe.

Las gaviotas revoloteaban el cielo vigués cuando Juanma Ortiz, convidado de piedra a todos los festejos, aparecía de entre la nada para empalmar a la red un despeje del central venezolano, poniendo por delante a su equipo y sumando el cuarto tanto consecutivo desde su regreso.

Concentrados y metidos de lleno en el partido, los de Alcaraz fueron capaces de aguantar la ventaja en el marcador hasta el descanso, circunstancia que se antojaba clave para poder sentenciar a la contra tras la reanudación.

Nada más lejos de la realidad. El equipo se fue inopinadamente del partido tras el descanso, sesteó y dejó que poco a poco el Celta le comiese el terreno. La banda sonora del Equipo A que sonó en la megafonía al descanso pareció aplatanar a los visitantes y desperezar a los locales.

Tanto es así que Bermejo, un ex unionista, iba a poner las tablas en el marcador con un cabezazo a la salida de un córner aprovechando el despiste generalizado de la zaga rojiblanca. La cosa no iba a quedarse ahí, pues en cinco minutos de margen el Almería echaba por tierra el trabajo de los 45 minutos anteriores. El recién ingresado Joan Tomás, llegando desde segunda línea, culminaba una asistencia del lateral zurdo Lago ante la pasividad de Rafita para elevar el 3-2.

En pleno vendaval celeste ante un acomplejado Almería, la testa de Bermejo volvió a erigirse por encima del resto para rematar un saque de falta, dejando otra vez en evidencia a los centrales almerienses. Ironías del destino, el ariete que formó parte del Almería que ascendió con Emery, ejecutaba ahora al de Alcaraz.

Sólo con el agua al cuello supo tocar a rebato el técnico granadino y Aleix, cruzando el balón lejos del alcance de Sergio, lograba un tanto que al menos permite conservar el average particular de lado andaluz. Luego, con todo perdido, vino lo peor.

Con Verza fuera de juego al ver la quinta amarilla, Pino Zamorano castigaba a Ulloa con una discutible segunda cartulina. Ninguno estará ante el Elche.Nada es en vano si se aprende la lección...
Incomparecencia tras el descanso

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