Juan Lozano [ La Voz de Almería ]
El fútbol no es obra de un milagro en Los Gallardos, pero poco le falta para ello. Tiene el club levantino un campo gracias a la donación de un emigrante que hizo las Américas y su presidente (en paro) ha logrado multiplicar la cantera a base de pedir dinero para la entidad a las empresas y amigos.
La historia de Los Gallardos no se puede escribir sin la aportación desinteresada que hizo un buen día el hijo del señor, Castaño, por orden de su padre, “nos cedía unos terrenos para hacer un campo de fútbol y le pusimos el apellido y Junior por se hijo”. Todo lo demás vino rodado gracias al esfuerzo de un valiente llamado Francisco Torres que “trabajo por desgracia donde tantos españoles hoy en día pero espero que todo cambie”. Parado y con familia a su cargo dentro y fuera del campo ya que dos de sus hijos son titulares en el primer equipo: Francisco y Jonathan. Ellos son hijos primero y futbolistas después. No cobran ya que “solo pagamos la gasolina a los que vienen de fuera para que al menos no tengan gastos”. Este presidente ha dejado huella en nuestro fútbol y todos hablan maravillas de él ya que “el fútbol está para hacer amigos y en Los Gallardos se puede venir a jugar y disfrutar”.
El último valiente
El fútbol en la provincia de Almería tiene a muchos grandes valientes y entre ellos se encuentra el presidente de Los Gallardos, un hombre dedicado en cuerpo y alma a dar todo a su club y “cada día tenemos más equipos, un presupuesto muy reducido y muchas ilusiones ya que los que estamos en esto nos gusta mucho”. No es fácil encontrar en el fútbol hombres como Francisco Torres entregados y poniendo hasta lo que no tiene gracias a “los amigos a los que pido y pido para que sigamos adelante con el club. El fútbol es muy bonito y nosotros en Los Gallardos queremos que aquellos que nos visiten disfruten de las instalaciones y pasen por el ambigú, que decís vosotros, para nosotros el chiringuito que nos ayuda mucho”.
Los futbolistas llegan a Los Gallardos y se quedan para tiempo, allí encuentran “una familia con ganas de crecer y siempre trabajando por ellos. Jugar y divertirse por encima de todo”. No hay dudas, el señor Castaño puso en buenas manos sus terrenos.
Incombustible Mara
Una muestra de lo que decimos la pone Mara, jugador de Turre, veterano ilustre, que sigue en Los Gallardos porque “vine a jugar hace unos años y me tratan de maravilla. Aquí disfruto y mientras el cuerpo aguante pueden contar conmigo”. Mara es otro de los pilares de un club con Torres al frente y un Castaño al fondo.
Un valiente y un emigrante le dan vida a la cantera de Los Gallardos
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