05/02/17. Manolo Serrano | Diario UDA
El tanto en propia meta de Vélez, nada más comenzar el choque, permitió al Rayo vencer un partido muy importante entre rivales directos.
La UD Almería llegaba a Vallecas a un punto de la salvación, los mismos que le separaban del Rayo, y con la enésima oportunidad de reivindicarse fuera de casa para poder así salir del descenso. Soriano recuperaba a Nano para esta cita como única novedad en el once que venciera al Oviedo.
No pudo comenzar peor el partido para el Almería, tras una falta peligrosa para el Rayo sin consecuencias y un disparo de Pozo desde la frontal a las manos del portero, Aguirre ganaba la banda, centraba por la izquierda y Vélez en su intento por despejar, introducía el balón en su portería. Era el minuto cinco y el encuentro se ponía muy cuesta arriba para los de Soriano.
Nada cambió con el tanto inicial del Rayo, el partido era lento y la velocidad solo la ponía la banda izquierda del ataque local, con Aguirre y Alex Moreno como jugadores más entonados, precisamente éste último, en el minuto 9, se internaba en el área y apunto estaba de hacer el segundo en un disparo que salió por encima del larguero por escasos centímetros.
Cumplido el primer cuarto de hora el Almería se hacía con la posesión del esférico como en casi todos los partidos a domicilio, pero también como siempre, sin ninguna profundidad ni sensación de peligro. Los visitantes apenas inquietaban la portería de Gazzaniga, que veía el paso de los minutos sin contar ninguna intervención de mérito.
Ya en el minuto 41, Pozo, el jugador de largo con más criterio del Almería, encontró a Nano entre los defensas para que éste pusiera de primeras un buen centro al segundo palo que Álamo no acertó a controlar cuando estaba solo y de cara a portería. Fue la mejor oportunidad de los de Soriano pero ni tan siquiera se llegó a rematar a portería.
En el 43 el Rayo puso la réplica con un disparo de Comesaña ante Casto que el guardameta desbarató muy atento, saliendo a taponar el remate y restándole ángulo de tiro cuando tenía todo a favor para hacer el segundo en un encuentro malísimo por ambos bandos pero que merced al tanto inicial del Rayo, controlaron los locales en cuanto al manejo de los tiempos del partido.
El Rayo quiso ceder la posesión de balón a un Almería estéril de centro del campo en adelante, sobre todo ante la nula creación de su medular, en la que Borja y Vélez jugaban muy retrasados y cuando conectaban con Pozo lo hacían con demasiados metros por delante, dejando todo el peso ofensivo al malagueño y con una nula ayuda a éste en ataque.
Tras la reanudación Álamo dejaba su puesto a Fidel pero el Almería salía sin ninguna intensidad y el Rayo le comía terreno, llegando con facilidad al área de Casto, aunque por fortuna sus disparos se iban siempre bastante desviados.
En el minuto 60 Fidel caía dentro del área y propiciaba el penalti que le daba la opción de empatar el choque, sin embargo él mismo jugador fallaría la pena máxima que rechazó Gazzaniga para seguir con la desgracia del equipo lejos del Mediterráneo.
Embarba en el 68 remataba alto un balón muerto dentro del área. En el 69 Puertas salía del campo para que entrara Juanjo, buscando alternativas en ataque y mayor capacidad aérea. Mejoraba momentáneamente la imagen del Almería en esta segunda mitad y comenzaba a buscar la portería contraria. En el 74 Yoga entraba por Vélez agotando Soriano los cambios.
A un cuarto de hora para el final la UDA lograba hilvanar su mejor jugada del partido, cuando Yoga conectaba con Pozo, éste ponía un balón por encima de la defensa que llegaba a Fidel, quien ponía un centro chut despejado en última instancia por un defensa cuando Quique esperaba solo para empujar el esférico al fondo de la red.
El encuentro se rompía, desapareciendo el centro del campo y dando lugar a peligrosas contras del Rayo que quería sentenciar el partido, mientras que el Almería prácticamente desaparecía en el tramo final del partido. Finalmente el resultado no se movió, el Rayo toma aire a costa de un Almería que sigue tocando fondo cuando juega a domicilio, donde no marca ni de penalti y concede para mayor desgracia, un gol en propia puerta que valió tres puntos.
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