SD HUESCA | UD ALMERÍA · El trivote, otra farsa que nada soluciona
El equipo tampoco se sostiene con tres hombres en la medular por su falta de carácter y orgullo, y por sus grotescos fallos defensivos
PABLO LAYNEZ | ACTUALIZADO 02.10.2016 - 05:02
Después del bochorno de Murcia, el Almería confió toda su suerte al trivote. Pensaba Soriano que reforzando el centro del campo, la defensa iba a solucionar las enormes carencias que lleva dos años mostrando por todos los campos de Segunda División. Pero se olvidó de que si algo caracteriza a este equipo en lo que va de campaña es su falta de carácter y orgullo, tal y como fueron reconociendo los diferentes protagonistas antes de subirse al autocar.
El primer paso es ése, hacer autocrítica y saber que el mal está dentro. Sin embargo, para nada sirve subirse al autocar, ponerse la música y aquí no ha pasado nada, las palabras no pueden estar vacías de contenido después de lo que ha pasado. Según se mire, van pocas jornadas o no. Es cierto que de esta temporada no se ha consumido todavía ni el primer tercio, pero es que son ya tres años dando palos de ciego, sin estilo y apelando sólo al discurso de "no es pronto para ponerse nervioso". El año pasado la broma tuvo poca gracia, pero éste las cosas van peor todavía. Ni club ni jugadores aprenden de los errores y el Almería sigue siendo un auténtico circo en el que en vez de divertir, da pena.
De la nueva debacle de ayer no se puede culpar al centro del campo. Ni tampoco a la defensa en particular. Este equipo tiene un cáncer que nadie logra estirpar y que comenzó su metástasis ya en la primera jornada ante el Cádiz. No por juntar a tres jugadores de similares funciones en el centro del campo, los rojiblancos van a ser un conjunto hecho y derecho. El Huesca encontró con pasmosa facilidad huecos en la retaguardia rojiblanca, sobre todo por su flanco izquierdo, y nadie supo controlar esa hemorragia. En el segundo disparo oscense, llegó el primer gol; en el tercero, el segundo. Mientras, la defensa no se enteraba de lo que iba la película, la medular se veía superada de cabo a rabo y la delantera hacía una guerra imposible por su cuenta.
Tan sólo un par de buenos pases de José Ángel entre líneas se pueden salvar del juego del equipo. El primero a Puertas, el segundo a Diamanka. Una vez que el Huesca se apretó los machos, el Almería se disolvió como siempre. Parece más fácil ganar un partido que pedirle a la afición que no pierda los nervios (otra vez) visto lo visto.
El trivote, otra farsa que nada soluciona
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