P. G. | ALMERÍA 15.04.2016
Kalu Uche bebe agua en un receso.
A estas alturas muchos son los aficionados rojiblancos que siguen preguntándose qué le ocurre a Kalu Uche para seguir missing, apático y sin aportarle nada al equipo. La respuesta es que hoy por hoy el nigeriano no es físicamente ni la sombra de lo que fue, algo que quedó palpable ayer en todo su dramatismo cuando apenas podía encarar a rivales juveniles.
El atacante formó en el tercero de los equipos que Gorosito dispuso sobre el campo anexo para medirse a los chavales de la cantera y en apenas veinte minutos ya tenía los plomos fundidos. Una acción en la que recibía un balón dentro del área para ser expulsado de la misma por la presión de un defensor en edad juvenil hizo evidente lo que es un secreto a voces.
A duras penas Uche se quitaba el balón de encima descargando para un compañero y pidiendo tranquilidad para que no se la devolvieran de inmediato, haciendo evidentes gestos de cansancio, parándose a tomar resuello e inclinando la cintura para apoyar las manos sobre las rodillas.
Quienes presenciaron in situ la sesión preparatoria no daban crédito a lo que veían sus ojos, a la vez que confirmaban las razones por las que Gorosito lo ha dejado incluso fuera de varias convocatorias.
Uche llegó como el fichaje estrella del mercado invernal, un capricho del presidente, que hizo un esfuerzo económico considerable para traerlo del fútbol indicio, donde se nota que la preparación física no fue la idónea a tenor de su estado.
El argentino Ramírez vino en una situación similar, pero su esfuerzo diario haciendo trabajo extra en los entrenamientos le permitió equipararse a sus compañeros. Uche, por el contrario, tuvo problemas familiares que le hicieron desplazarse hasta su país y cortar la progresión física que ahora lastra su rendimiento.
Kalu Uche está 'asfixiado'
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