Una final para quedarse
Morcillo, que juega con el balón, vuelve al once, lo mismo que el sonriente Pozo. / J.J.A.
El Almería busca ante el Girona una victoria que le permita seguir en la pelea por la permanencia. Los rojiblancos necesitan la victoria para que la preocupación sea menos y para ver más cerca el objetivo de lograr la permanencia, ante un rival con ocho semanas sin conocer la derrota
JUANJO AGUILERA | ALMERÍA 12 marzo 2016
Ganar para quedarse. La de hoy, en el Estadio de los Juegos Mediterráneos desde las seis de la tarde, es de esas afrentas cuya victoria supone la consecución de tres puntos de una gran importancia para el futuro. El Almería está en una situación en la que los puntos en casa, ni casi fuera, no pueden volar por lo que conlleva perderlos. Aunque son muchos los puntos que aún quedan por jugarse, lo cierto es que dejar de conseguirlos ahora aumentará las prisas para después. Y es que sabido es que con el paso de las jornadas las conquistas se encarecen.
El Almería no juega nada más que finales. La de hoy, además de una finalísima, es una cita que tiene carácter de demostrativa porque debe hacerlo, sin importar qué rival hay enfrente, si realmente quiere quedarse. Los rojiblancos lo han dicho, por activa y por pasiva, que el principal rival de la UD Almería es su propio comportamiento. Más allá de que el visitante sea un equipo incómodo, de los mejores visitantes de la categoría, que concede poco y aprovecha mucho la escasez de concesiones del rival, hoy toca victoria.
Jugando con la historia
El visitante llega que ni pintado, más allá de todo lo que luce después de una vuelta de competición. Se recordará que la UD Almería viajó a Montilivi, en la primera parte del campeonato, para sumar puntos con los que no permitir que los de Pablo Machín se escaparan en la clasificación y el empate de entonces impidió esa escapatoria. Nadie olvida que el cuadro gerundense tiene un hueco en la historia de la UD Almería, a la misma altura que lo 'consiguió' la Ponferradina unos años antes.
Pozo aparece en el once por cuarta vez en la presente temporada para dar sólo un punto de doce posibles
En Almería, y posiblemente en Girona también, todos fijan la vista a esa historia, la de hace sólo tres temporadas. Unos para olvidarla y otros precisamente por lo que significó, pues en la última visita del Girona al Estadio de los Juegos Mediterráneos el conjunto unionista festejó un ascenso que le permitió estar en la Liga de las Estrellas dos temporadas seguidas.
En cierto modo, lo de hoy es como un partido de play off, aunque bien es cierto que esa denominación no es la primera vez que suena. Con el paso de las jornadas, el equipo ha ido tomando en consideración esa importancia. La derrota del Lugo es el único lunar, en cuanto a puntos, de las últimas seis jornadas, en las que llegaron victorias ante Real Zaragoza y Albacete y empates con Osasuna, Alavés y Tenerife. De todas formas, son varias las lecturas, sobre todo de los empates que, como es lógico, siempre dejan otras referidas a la incapacidad para ir a por más de la solitaria conquista de sólo un tercio del botín que es casi como ganar un partido y perder dos.
En esa pelea, el conjunto de Néstor Gorosito ha perdido la batalla con los que 'comandan' el pelotón de los torpes, lo que aumenta la necesidad de sumar en las citas 'indirectas' para no fallar en las directas por el significado que tiene y que puede ser algo así como perder el tren de la permanencia.
Creciendo
El Almería, en esta fase de competición -desde que ganó aquel partido frente al Real Zaragoza-, ha crecido como queda dicho, incluso se podría decir que hasta en su fútbol, en base a una solidez defensiva que le ha llevado a mantener la portería a cero en tres de esos seis encuentros, aunque luego haya connotaciones que hablen de un paso atrás en al menos dos de esas tres igualadas conseguidas en este tramo de la competición.
La del pasado domingo en el Heliodoro Rodríguez López de Tenerife, más que un paso al frente, supuso dos paso atrás porque el equipo se alejó de la victoria cuando más próxima estaba para ver cómo los perseguidos ganaban metros para restar ansiedad y transmitirla a los de Néstor Gorosito. Pero ese empate que habla de media inglesa sólo se refrendará ganando hoy porque de no ser así más que un retroceso sería volver al pozo del que se pudo salir con el gol de José Ángel Pozo, en el descuento, frente al Albacete.
El Girona, que se queda sin Pons, Álamo y Eloi Amagat, lleva ocho jornadas sin perder, con cinco victorias
Precisamente, el malagueño será una de las novedades en el once que, de salida, juegue frente al Girona. El autor de dos goles que han dado seis puntos a la UD Almería jugará así su cuarto partido de inicio. Ninguno de los otros tres -ante Ponferradina, Huesca y Lugo- lo ganó la UD Almería, pero lo mismo es por ocupar una demarcación que no le favorecía a tenor del resultado. Hoy, tal y como probó el jueves Gorosito, puede dejarle como la punta más adelantada de un triángulo en el que aparecen a la par Lolo Reyes y José Ángel y el ex del City, que hoy se puede enfrentar a su compañero del anuncio de Cola-Cao que juega en calidad de cedido en el Girona, justo por detrás de los dos hombres de punta, Chuli y Quique González.
Parecido once
La entrada del malagueño supone la salida del jiennense Iván Sánchez de un once que será muy parecido al del pasado domingo en el Heliodoro Rodríguez López, con solamente un cambio en esa línea de cinco con la que se defenderá el conjunto de Gorosito, con una vocación más ofensiva que la mostrada en Tenerife, pese a que allí jugaron Michel Macedo y Sebastián Dubarbier, por las bandas, pero sin apenas mostrarse en ataque. Ambos escoltarán a Esteban Saveljich, que se ha posicionado como un hombre importante en el equipo -puede que el mejor jugador de la UD Almería en el Heliodoro Rodríguez López-, con Ximo Navarro y la aparición de Jorge Morcillo. El valenciano, que reaparece tras la lesión sufrida en El Sadar, parece contar más que Fran Vélez, que no desentonó por debajo en la actuación del pasado domingo.
Un rival complicado
Hoy, sí es cierto, no debe hacerse, es obligado no desentonar porque enfrente estará un equipo que acumula cinco victorias y tres empates de forma consecutiva, desde que perdiera frente al Alcorcón en su visita a Santo Domingo (1-0). Posteriormente, 13 goles marcados y sólo cuatro encajados, que sobre todo estos últimos hablan de la solidez mostrada por los de Pablo Machín, que además son el equipo menos goleado a domicilio, donde sólo ha perdido 4 partidos.
Sí es cierto que para la cita de hoy, el técnico del conjunto gerundense tiene serios aprietos en lo que se refiere a mantener la 'imagen' en la formación de los últimos partidos. No en vano, Machín no podrá contar con jugadores como Pere Pons o Javi Álamo, pero además la semana no ha sido completa para quienes pueden ser su sustituto. No en vano, Eloi Amagat, que no trabajó estos días por un golpe en el tobillo derecho y el nigeriano Chidiebere Nwakali, con una bursitis post-traumática en el codo derecho, consecuencia de un golpe en un entrenamiento, no entraron en la convocatoria y Rubén Alcaraz y Pol Llonch son las opciones para la cita de hoy, cno más posibilidades para el primero.
La buena noticia para Machín es, sin lugar a dudas, la vuelta de Mata, que estará disponible tras cumplir sanción la semana pasada.
El Girona de Pablo Machín llega en su mejor momento de la temporada, ya que acumula ocho jornadas consecutivas sin conocer la derrota y ha conseguido 18 de los últimos 24 puntos posibles. Esta dinámica le ha llevado de estar cerca del descenso y a luchar por la promoción de ascenso de la que ahora mismo a tan sólo a tres puntos.
Una final para quedarse
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