Otra genialidad del malagueño en su nuevo rol de 'trescuartista' origina el gol del triunfo local materializado por Quique. El Almería saca petróleo ante un rival que dominó el partido pero no estuvo acertado en la definición
| ACTUALIZADO 13.03.2016
Quique remata de cabeza ante la presencia de un defensor rival y la atenta mirada del meta Becerra.
Una vez más se cumplió el refrán de que el fútbol te devuelve todo lo que antes te ha quitado. Porque si alguien mereció mejor suerte ayer a tenor de lo expuesto sobre el terreno de juego ese fue el Girona, tan dominador del encuentro como poco acertado en la suerte suprema del gol.
No es que el cuadro catalán le pintase la cara al almeriense, tampoco fue eso, pero sí que las tuvo de todos los colores para al menos haber logrado la igualada, si bien esta vez la moneda cayó de cara como tantas otras mostró la cruz.
Y la cara de esa moneda tuvo nombre propio: José Ángel Pozo. Otra genialidad del malagueño sirvió para sacar petróleo a las pocas aproximaciones con auténtico peligro del Almería al área rival en todo el encuentro. Acababa de rebasarse el cuarto de hora cuando Pozo recibió escorado en banda, burló a su marcador con una facilidad pasmosa y la puso en el segundo palo, donde Morcillo prolongó de cabeza para que Quique González remachara de testa en boca de gol.
Acción para enmarcar la del malagueño, al que ha habido que esperar hasta la jornada 29para verlo en una posición donde verdaderamente puede aportar cosas interesantes y no desgastarse en batallas absurdas, mérito este indiscutible de Gorosito, quien durante la semana le encomendó la tarea de conectar la media con la delantera y el pequeño genio interpretó la partitura a las mil maravillas.
Antes de esa acción liberadora, por el hecho de no tener que alcanzar el descanso con la duda de si retocar el dibujo para ser o no más atrevidos, al Girona le anularon un gol por clara posición ilegal de Lekic en su remate de cabeza. Fue un preludio de lo que iba a acontecer a lo largo de los 90 minutos, ya que el gigantón serbio se erigió en la boya sobre la que pivotaban todos los ataques gerundenses.
Los minutos posteriores al tanto de Quique, logrado justo después de la lesión de Aday, fueron los mejores del Almería, que tuvo la oportunidad de poner tierra de por medio en el marcador con un contragolpe conducido a la perfección por Chuli y Dubarbier, con la mala fortuna de que Pozo no midiera cinco centímetros más para haber alcanzado el balón servido por el argentino.
El Girona, no obstante, supo recomponerse con solvencia, demostrando ser un equipo bien trabajado por la mano de Pablo Machín, con una gran labor de Granell en el centro del campo, autor de un zurdazo peligroso a los 24 minutos de juego que requirió la intervención de Casto.
Antes del descanso Lekic avisó de nuevo aprovechando sus centímetros de que la segunda mitad no iba a resultar un camino de rosas. De hecho el Almería no tuvo rubor alguno en dar un paso atrás para concederle mayor protagonismo con balón si cabe al rival con la intención de 'matarlo' en algún contragolpe.
Al poco de la reanudación Dubarbier y Quique tuvieron la puntilla en sus botas, pero el primero no acertó a rematar y el segundo no llegó con ventaja ante el meta Becerra. El potencial ofensivo unionista en el segundo acto se redujo prácticamente a esa acción tempranera, ya que ninguna de los contraataques salieron como estaban planeados.
Muy al contrario, el Girona poco a poco fue ganando metros y plantándose en el área de Casto con juego interior, exterior y a balón parado, acciones en las que los locales sufrieron más de la cuenta. A los 60 minutos una falta lateral era cabeceada por Lekic al larguero en el aviso más serio hasta ese instante, pero solo cinco minutos después Granell obligaba a la estirada de Casto con un potente disparo desde veinte metros.
El Almería empezaba a verse en serios aprietos y para colmo Dubarbier solicitaba el cambio por lesión, entrando Fran Vélez en su lugar para tapar la banda cuando todos imaginaban que Gorosito metería a Morcillo aprovechando su perfil zurdo.
No hubo que lamentar nada, pero eso no significa que el Girona no las tuviera en la recta final. Cristian Herrera casi se cobra una cruel venganza en un cabezazo en el 83' con gran reacción de Casto, que en el 89' fallaba en el despeje y casi costaba un disgusto. Sumar como sea, ese es el camino.
UD Almería: Casto; Michel Macedo, Saveljich, Ximo Navarro, Jorge Morcillo, Sebastián Dubarbier (Fran Vélez, m. 66); Lolo Reyes, Pozo (Juan Ramírez, m. 79), José Ángel; Chuli (Antonio Puertas, m. 66) y Quique González.
Girona CF: Isaac Becerra; Aday (Sebas, m. 15), Kiko Olivas, Pedro Alcalá, Lejeune, Clerc (Jairo, m. 73); Borja García, Rubén Alcaraz, Álex Granell; Cristian Herrera (Mata, m. 86) y Lekic.
Árbitro: De la Fuente Ramos (Comité Castellano-Leonés). Amonestó a Ximo Navarro (m. 55), de la UD Almería, y a Aday (m. 27, en el banquillo), Pedro Alcalá (m. 43), Rubén Alcaraz (m. 86) y Mata (m. 91), del Girona FC.
Gol: 1-0, m. 16: Quique González.
Incidencias: Partido correspondiente a la vigésimo novena jornada de la Liga Adelante disputado en el Estadio de los Juegos Mediterráneos ante 7.251 espectadores. Antes del inicio del partido se rindió homenaje al consejero Jesús Verdejo Vivas en reconocimiento a su dilatada trayectoria en la entidad rojiblanca y a sus grandes valores humanos. Se le entregó una placa y una camiseta firmada por los integrantes de la primera plantilla de manos de Fernando Soriano.
Gorosito encuentra el sitio para Pozo
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