22/02/2016, 7:01:Tony Fernández
Su visita al vestuario es una declaración de intenciones para jugadores y afición
Alfonso García ha vuelto para rescatar la Liga Profesional. Carlos Miralles.
Lo vuelvo a repetir: yo solo creo en Alfonso García. Más que en Goro y más que en los jugadores. Bajar al vestuario la pasada semana llevó al equipo al triunfo en Vitoria aunque en la clasificación solo sumaron un punto. Por el árbitro.
Alfonso es especial para todo. Es de los míos, más raro que un perro verde, pero tratándose de Almería lo que nos pidas. Dice la Biblia que “Una palabra tuya bastará para sanarme” y sin ser médico ni profeta ha curado muchas tensiones en el vestuario, de golpe.
Y además aplicó aquello de: “caer en la tentación”. Bueno seamos claros y dejemos de interpretar la Biblia. Que les ha prometido a sus muchachos un premio de permanencia y punto. Es solo un supesto pero queda lindo.
Le pueden llamar prima pero ni Alfonso ni los jugadores lo van a sacar del Templo del Vestuario. Buen paso y mejor aún el viajar con el equipo a Vitoria. Para que vean los jugadores que no están solos en la pelea y cuentan con su presidente. Goro tiene al lado al gran jefe.
Es verdad que Alfonso es muy raro (como algunos dicen) pero no lo cambio por otro. Raro era Blanes con su Almería Ceefe y mira donde lo llevó. Cada uno es como es y en el fondo al presidente no le mueve otra intención que salvar la Liga Profesional. Salvar el fútbol de Almería y punto.
Me gusta verle implicado y me quito el sombrero ante sus palabras (con las tripas negras) tras la derrota ante el Lugo cuando dijo aquello de: “mientras quede un hilo de vida tenemos que estar a muerte con el Almería”.
La temporada no se arreglará. No vamos a subir a Primera, pero más vale pájaro en mano que ciento volando. Si bajas igual no vuelves ni con la plantilla del Bayern. Y si te quedas al año próximo estos mismos jugadores nos pueden dar una alegría. Y si además se llevan una prima no seré yo quien proteste.
Lo reconozco, del equipo siempre temo una ‘cagada’ pero de Alfonso nunca. Él sabe lo que lleva entre manos y como somos los dos muy raros nos entendemos bien.
Gracias presidente por bajar (al vestuario) y viajar.
Alfonso vuelve a caer en la tentación y pone todo
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