Gran partido de Lolo Reyes
10/01/2016 Miguel del Pino

El once del Almería. José Luis López.
1. Julián Cuesta (2)
Salvador. Nada pudo hacer en el gol encajado. Seguro en las salidas. Metió dos manos importantes en el tramo final. Impreciso con el pie.
2. Iago Díaz (2)
Motivado. El extremo convertido en lateral por Carrillo estuvo muy atento en defensa anulando a Prudencio.
3. Morcillo (4)
Supermán. Impecable en defensa, preciso en las ayudas y goleador. Marcó rematando de cabeza el lanzamiento de una falta su segundo tanto .
4. Ximo (2)
Seguro. Las bajas en la línea de contención le hicieron jugar de central. Anuló a Ion Vélez.
5. Dubarbier (4)
Espectacular. Completó una de sus mejores actuaciones como rojiblanco pese a estar condicionado por una injusta amonestación. Sacó del partido a la estrella local.
6. Lolo Reyes (4)
Poderoso. Supo gestionar perfectamente los tiempos, tuvo llegada y además aportó su dosis de trabajo que tanto necesita el equipo a la hora de presionar.
7. Zongo (1)
Batallador. Realizó un notable trabajo para el colectivo. Cuando pisa el área se le congelan las ideas.
8. Soriano (3)
Recuperado. En sus dos últimas actuaciones ha dejado claro que ha vuelto el ‘joven’ capitán a su mejor nivel.
9. José Ángel (2)
Esforzado. Cumplió a la perfección el trabajo de contención que le encomendó el técnico.
10. Iván Sánchez (2)
Intimidador. Con sus desbordes desestabiliza.
11. Quique (1)
Peleón. Lo intentó pero tuvo pocas opciones el pasado sábado en el campo de Anduva ante el Mirandés de Terrazas.
El uno a uno del Almería
EL ACTA DE VIVANCOS.
Por fin funciona la brújula
La UDA se plantó en Anduva con orden, anticipación y sobre todo con agresividad, la que en Segunda permite crear más ocasiones de peligro en la meta contraria.
RAMÓN GÓMEZ VIVANCOS-GARCÍA | 10.01.2016
QUÉ pérdida de tiempo. Se pudo comprobar a las claras que el camino correcto es el elegido e iniciado en Anduva. Competir con visos de superioridad ante un conjunto que encarna toda la malicia de la Segunda A y parte de la B, en su caja de cerillas, es como recriminarse ante un espejo la torpeza exhibida antaño por la forma de afrontar esta categoría tan tosca, que permite a un equipo como el Mirandés rozar la zona de promoción en pleno ecuador de la competición.
Los locales sabían lo que hacer, es sencillo: presionar, proteger y lanzar dardos envenenados a sus delanteros. Es evidente que eso no da para ascender, pero sí la ejecución calcada de ese precepto, junto a una pizca de calidad. Estamos en la selva y no ha lugar a confianzas mientras se avanza.
La UDA se plantó con orden, anticipación y sobre todo con agresividad. Ésta última es la que en Segunda permite crear más oportunidades de peligro ante la meta contraria. De hecho, es de los choques en los que más faltas se han cometido. Buen dato. Además, si Dubarbier completa uno de los mejores partidos de su vida como lateral, miel sobre hojuelas.
Quien no termina de funcionar es Julián. No es que todo lo haga mal (solo faltaba eso), pero en encuentros como el de ayer su participación era clave. Fue un partido para ganar por un detalle, el mismo que en el plano negativo volvió a tener el cancerbero granadino. Hasta el instante de encajar el tanto en propia puerta la UDA apenas pasó apuros, lo que concede más importancia a una jugada en la que Julián debió arrollar a Soriano en busca de un esférico que ya estaba en su zona intocable. Sin un portero sobrio, que se olvide Gorosito de promociones y escaladas épicas. Si el gol hubiese llegado en otra situación, mala suerte, pero con la altura de Julián, que ocurra lo que aconteció, tiene delito futbolístico.
La prueba forzada de José Ángel parece que convenció a Gorosito, que ciertamente se muestra muy sincero y acertado en sus ruedas de prensa post partido. No quiere decir nada, porque luego hay que plasmarlo en el campo, pero al menos va ahondando con tino en las carencias de un conjunto que comienza a saber a lo que juega.
El que podría espabilar es Jonathan, que parece estar con la cabeza en otro sitio. Está lento y desacertado, pero lo que me llamó la atención fue su salida a la hora de dejar su puesto a Puertas. Quedaba mucho partido y había que buscar la victoria, sin embargo el burkinés abandonó el terreno de juego con lentitud y parsimonia, como si no le importase lo que sus compañeros pudieran lograr. El mes de enero será clave. Va a poner a cada uno en su sitio, empezando por el mismo equipo y terminando por la propia plantilla, que por fuerza va a variar su fisonomía.
La llegada de Kalu Uche me causó sorpresa y alegría a la vez. Sorpresa porque no me lo esperaba, y alegría por el nigeriano que, si quiere, marcará las diferencias entre tanta mediocridad. No es solo el gol, es su visión de juego. Bienvenido de nuevo al jugador con más talento que pisó de rojiblanco el tapete del Mediterráneo.
Por fin funciona la brújula
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