FRANCISCO G. LUQUE | ALMERÍA 22.12.2015
Rivera durante su último duelo como entrenador del Almería B.
Si la noche antes fue Joan Carrillo, ya extécnico del primer equipo, el que pasó por la guillotina de la directiva de la Unión Deportiva Almería, ayer por la mañana se hizo oficial la destitución de Miguel Rivera como entrenador del filial rojiblanco, algo que se veía venir desde hace semanas por la mala situación del equipo en el Grupo IV de la Segunda División. La derrota en casa del colista, el Real Betis B, por 3-1, fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de Alfonso García tras ver que el Almería B encadenaba su décima jornada sin saber lo que es ganar y que caía hasta la última posición de la tabla clasificatoria.
El malagueño, que en su estancia en la disciplina rojiblanca se hizo cargo en dos ocasiones del primer equipo de forma provisional, deja al equipo a cinco puntos del puesto de promoción por la permanencia y a seis la zona de salvación directa falta de disputarse aún la última jornada de la primera vuelta, que se jugará el próximo fin de semana del 3 de enero, tras el parón navideño. Un parón en el que la dirección deportiva tendrá que ponerse manos a la obra para intentar hacer todo lo posible para reforzar al segundo equipo rojiblanco y evitar el descenso. Por lo menos por deméritos propios, porque cabe recordar que el descenso del primer equipo arrastraría al filial automáticamente a Tercera División. Para empezar, el primer paso del club es buscar un sustituto para Rivera, aunque al parecer Alfonsín y Pepe Morales ya estarían en la recámara desde hace días. Dos hombres de la casa que se postulan como candidatos para hacerse cargo de un filial que estará de vacaciones hasta el día 28 de diciembre, por lo que esta semana, el futuro nuevo técnico, no tendría contacto directo alguno con sus jugadores. La entidad aún no ha confirmado nada al respecto del sucesor de Rivera, aunque es probable que lo anuncia en los próximos días en los que, además, empezará a mirar en el mercado invernal para buscar unos refuerzos necesarios para un Almería B con mucha juventud pero poca experiencia.
La 'guillotina' llega al filial
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Miguel Rivera antes de comenzar el partido en Girona con el primer equipo el 11 de octubre, que empató (Foto: JL Matarín)
La mala dinámica del club, en lo que a resultados se refiere en ambos equipos, ha llevado a la destitución de Miguel Rivera como entrenador del segundo equipo de la UD Almería. Así, lo hacía oficial este mediodía en su página web para comunicar el fin de la vinculación entre el entrenador y el conjunto rojiblanco. Todo llega como consecuencia de la caída del filial hasta la última plaza del grupo IV de la Segunda División B tras perder ante el Betis B por 3-1 y por sumar diez jornadas sin saber lo que es ganar un partido.
Miguel Rivera llegó a la capital almeriense en la temporada 2013-2014 para coger a un equipo que se encontraba como él lo deja en este instante: en puestos de descenso. Suyo fue el logró de la permanencia en esa misma temporada, pero principalmente destacado fue su papel la pasada campaña, la 2014-2015, en la que consiguió colocar al Almería B entre los conjuntos que buscaban un hueco en la Liga Adelante. Eso sí, el verdugo fue el Guadalajara, aunque el ascenso era imposible como consecuencia del descenso del primer equipo a Segunda División.
Al margen de la realización deportiva, el entrenador ha destacado por ser un ejemplo de “hombre de club” al haber ocupado el banquillo de la primera plantilla tras los ceses de Francisco, en primer lugar, lo que le llevó a debutar en Primera ante el Real Madrid, así como para hacerse cargo del hueco dejado por Sergi Barjuan, esta misma temporada. Del mismo modo, Miguel Rivera mostró su trabajo para que hasta cinco jugadores, hasta entonces canteranos, abrieran la puerta del primer equipo, como fue el caso de Antonio Puertas, Míchel Zabaco, Antonio Marín, José Ángel e Iván Sánchez.
Sin embargo, esta temporada la situación ha sido diferente al tener que recomponer a una plantilla que perdía a sus referentes para estar en la primera disciplina, en los casos ya nombrados, o para poner rumbo a Barcelona, caso de Dani Romera. Sin sus goleadores de pasado curso, precisamente el gol ha ido condenando en cada partido a sus pupilos hasta que, tras perder ayer, el Betis B fue el encargado de mandar a los rojiblancos hasta la última plaza.
Por este motivo, la UD Almería ha olvidado todo el trabajo y ha cesado a Miguel Rivera como entrenador de su filial, pero antes de hacerlo el club ha querido “agradecer públicamente la labor y la profesionalidad del técnico malagueños durante su etapa en la entidad rojiblanca”, asimismo lamenta tener que “tomar esta decisión para intentar que el filial pueda reaccionar en la competición”.
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