El día a día rojiblanco es una balsa de aceite, todo lo contrario a La Coruña y Granada
Soriano cree que tienen la ocasión ideal para dar el paso más importante
PABLO LAYNEZ | Diario de Almería
Hubo una jugada en el entrenamiento de ayer del Almería que refleja a la perfección que el vestuario ha recuperado la sonrisa y la fe. Casado trataba de regatear a Espinosa, el lateral hace un quiebro para el lado, se desestabiliza y cae al suelo; el mediocentro, que se había comido el regate, también se fue al césped de culo. Los dos en el suelo... y risas por una jugada prácticamente cómica.
Hace algunas semanas, con JIM todavía en el banquillo y con un equipo que había perdido el norte, se produjeron varios rifirrafes en los entrenamientos. Con un poco de psicología, mano izquierda y dos buenos resultados, todo ha cambiado en el anexo del Mediterráneo. Sergi ha lavado la cara del Almería, que afronta con dos puntos de ventaja sobre el descenso y con la moral recuperada, la lucha final, las cuatro jornadas más importantes del campeonato liguero, las mismas en las que fraguó el milagro hace una temporada con Francisco.
Si ayer en el campo de entrenamiento del cuarto por la cola se escuchaba el piar de los pájaros, en La Coruña y Granada había rayos y truenos. Por un lado los aficionados radicales y por otra la directiva han perdido la paciencia con la situación de sus respectivos equipos. Quizás la situación más compleja e incluso peligrosa se vivió el jueves en el campo de Abegondo, donde entrena normalmente el Deportivo de La Coruña. Un grupo de Riazor Blues sabotearon el entrenamiento deportivista para jugar ellos una pachanga, criticando de esta manera la actitud que según ellos tuvieron los futbolistas en el Martínez Valero de Elche. La Guardia Civil tuvo que intervenir para echar del recinto a los aficionados, que increparon a varios futbolistas y hasta se encararon con ellos. Un susto gordo, un infierno para la plantilla que afronta el vital partido ante el Villarreal cargado de inseguridad.
En Granada la situación no fue tan esperpéntica, aunque la salvación del conjunto nazarí pasa por la misma ayuda divina que el año pasado recibió el Almería. Después de desaprovechar otro partido en casa frente al Espanyol, el equipo de la Alhambra está a seis puntos de la salvación con doce por jugarse y con el Atlético de Madrid en el horizonte. En busca de una reacción inmediata, Pina cesó a Abel en la mañana de ayer, fichó a Sandoval y lanzó un mensaje que cuesta creer: "Es imposible que el Granada baje". Aunque sería complicado, el descenso puede hacerse matemático en el primer partido del nuevo entrenador si pierden en Getafe, equipo que no está salvado todavía, y Almería y Éibar ganan. Lo cierto es que todo lo que no sea ganar en el Alfonso Pérez dejaría a los granadinos sólo a falta del golpe de gracia.
Este nerviosismo de los equipos que quieren evitar ser el acompañante del Córdoba, contrasta con la confianza que se ha instalado en Almería, que también podría mirar hacia un Éibar asustado, pero cuyo beningno calendario hace prever que terminará salvándose. Pese a que los de Sergi tienen varios huesos duros en estos últimos cuatro partidos, prefieren sacar adelante sus puntos y no fiarse de Granada y Deportivo que, como indicaba Soriano, son ahora más peligrosos porque se están jugando el todo por el todo: "Nosotros no miramos a los rivales directos, porque pueden hacer lo mismo que hicimos nosotros el año pasado. No hacemos cuentas, pensamos sólo en ganar este lunes al Celta".
Los que sí miran a las matemáticas saben que la tranquilidad casi absoluta pasaría por no fallar frente al cuadro olívico. "Hay que afrontarlo como si fuera el último y a partir de ahí las cosas irán mejor. Sabemos que luego habrá más partidos y que si se falla hay margen de intentar corregirlo, pero nosotros no queremos dejar escapar esta oportunidad. Estamos hablando de que quedan cuatro jornadas, las diferencias son mínimas y es un partido en nuestro campo", asegura el maño, con opciones de volver a la convocatoria, que por contra advierte del potencial celeste: "Está en un momento dulce, tiene cuatro o cinco jugadores que se les ve con esa chispa que en su momento le faltaba y un rival que a pocos equipos les gustaría tener en frente. Se ve que está crecido porque siempre se le ve que es capaz de desarrollar su filosofía de fútbol". En este caso jugar el lunes puede ser beneficioso porque hasta el empate puede ser beneficioso.
Tranquilidad nerviosismo VS
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