domingo, 26 de abril de 2015
Partido de la leche
Como si fueran eliminatorias, los rojiblancos tienen que sacar como sea los tres puntos para no decir adiós a sus opciones de salvación. Habrá un gran ambiente gracias a la iniciativa solidaria 'leche a cambio de entradas'
Pablo Laynez | Diario de Almería
A estas alturas de la temporada y después de dos años jugando finales como a los futbolistas les gusta decir, parece difícil encontrar un nuevo adjetivo para titular la previa que hoy van a leer. Es un partido con la misma necesidad que frente al Granada, pero con dos jornadas menos por delante para tratar de sumar esos 40 puntos, más o menos, que pueden dar la salvación al equipo de Sergi Barjuán. Definitivo, vital, crucial, fundamental, clave... son tantos los calificativos de estas campañas de sufrimiento que ya el catálogo del diccionario de la RAE se quedó corto hace algunas jornadas.
Quizás el titular que han podido leer sea el más indicado para lo que se va a vivir esta tarde en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, un recinto en el que se envejece a marchas forzadas por tanto sufrimiento. Partido de la leche. De la leche porque no son sólo tres puntos los que están en juego, sino toda una temporada; de la leche porque gracias a una iniciativa solidaria llevada a cabo por el conjunto rojiblanco, aficionados deseosos de ir a animar han hecho felices a muchos niños necesitados que por cuestiones económicas comienzan cada día sin poder llevarse a la boca el más mínimo aporte vitamínico. 9.000 litros recogidos, 1.500 asientos más que se llenarán en el Mediterráneo y sólo falta una premisa: tres puntos que permitan al Almería sumar los 31 y afrontar con ciertas garantías el sprint por la salvación en Primera.
Para lograrlo, hay que pasar una nueva eliminatoria. Más que la competición doméstica, las últimas jornadas para el Almería son como la Copa del Rey, partidos que superar sí o sí para estar en la siguiente ronda de juego por la permanencia. Si hace dos semanas se pasó una muy importante frente al Granada, ahora llega el momento de hacer lo propio con un Éibar que posiblemente no sea consciente del follón en el que se puede meter si a las 18:45 el resultado es el que quiere toda Almería. Los vascos hicieron una primera vuelta inolvidable, envidiable, pero se dejaron llevar por los piropos cuando todavía no habían logrado su objetivo y ahora están pagando de golpe todas las novatadas de cualquier debutante. Después de dos ascensos consecutivos y de 19 partidos como revelación del campeonato, a los eibarreses les tiembla el pulso cuando se han sentido acuciados por las prisas de la parte baja de la tabla. Acostumbrados a ganar, no tienen esas tablas del Almería para mantener la cabeza fría y dejar la ansiedad aparcada.
Ésa es la principal baza con la que tiene que jugar el equipo de Sergi Barjuán. Los rojiblancos tienen claro que el Éibar se va a encerrar porque ahora mismo les quema el balón, y la mejor manera de hacer tambalear la muralla eibarresa es ejercer una presión muy alta, asfixiar a los de Garitano y no darles la oportunidad montar contras o sentirse cómodos sobre el terreno de juego. Aunque el Almería no lo ha hecho prácticamente en ningún partido esta temporada y sí que se pudo atisbar tímidamente la noche del Granada, es tarde para morder, para ir más fuerte que su rival y para dejar claro quién va a ir a por los puntos desde el pitido inicial.
Salvo las bajas obligadas que tiene Sergi, poco va a variar su idea inicial. El catalán apostará por tener el balón y buscar las rupturas de Thievy, la calidad entre líneas de Espinosa, el ingenio de Corona o el descaro de Silva, siempre que vaya acompañado de buenos centros, algo que ha brillado por su ausencia. No va a ser nada fácil ni posiblemente bonito de ver para el espectador. Pero es uno de esos partidos en los que es obligatorio tirar de tópicos y de justificar plenamente la obtención de los tres puntos. La confianza es total en la plantilla, una vez recuperado el amor propio con Sergi, y se ha hablado incluso de no renunciar al golaverage si las cosas van bien. Suena a utopía después de aquel doloroso 5-2 de la ida que le costó el puesto a Francisco, pero el Mediterráneo estaría radiante de alegría si se logra la victoria en el 95' de penalti injusto.
Partido de la leche
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