Duros tres primeros meses de 2015 con lesionados, sanciones, el inquietante 'caso Jakobsen' y el gafe casero
Pablo Laynez | Actualizado 29.03.2015 - 05:02
Antonio Ríos corre hacia el grupo de jugadores que socorre a Fran Vélez cuando se le salió el hombro.
Por suerte, sólo le quedan unos días a marzo. Y es que la Unión Deportiva Almería no ha ganado para disgustos en este primer trimestre de 2015 en el que deportivamente las cosas han ido regular tirando a mal, pero es que extradeportivamente todo ha sido para echarse a temblar.
Por tratar de buscar algo positivo, aunque parece difícil, lo cierto es que si la competición terminara ahora y se mirara la clasificación de la Liga de Fútbol Profesional, que no la de la Real Federación Española de Fútbol, el equipo estaría salvado. Ahora bien, los pésimos números en casa, la endeblez de una plantilla que nota como ninguna cada baja y lo extraño del caso Jakobsen provoca miedo hasta en el más optimista de los optimistas.
La llegada de JIM trajo bríos nuevos al comienzo del año, pero cada noticia que ha ido conociendo la plantilla ha sido como un golpe en la mandíbula para un boxeador. Después de las dos victorias consecutivas primero ante Celta y Málaga, y después frente a Getafe y Córdoba, el Almería tenía libre la pista de despegue. Pero éste es un equipo que no sabe vivir en la zona cómoda, que se relaja cuando hace las cosas bien y sólo espabila si se ve contra las cuerdas, con el enorme peligro que esto tiene. En ésas que surgió como una bomba el caso Jakobsen y quedó en entredicho la hermética política de fichajes de Alfonso García. El complot FIFA-RFEF le puede suponer al Almería el descenso por tres puntos que a los rojiblancos les cuesta dios y ayuda conseguir. Y todo por calderilla para el dineral que se mueve en el fútbol profesional.
Por si con el paso del tiempo se había pasado el picor del caso Jakobsen, apareció la denuncia a Thievy por parte de su exrepresentante. Aunque no era culpa del Almería, el Comité de Competición tomó una decisión que perjudicaba directamente al club, al sancionarlo con un mes sin poder jugar. Con la cautelar en la mano, pudo jugar pero no lo hizo en Bilbao por las incongruentes decisiones de las últimas semanas de JIM, y todavía no se sabe si tendrá que comenzar a cumplir su sanción frente al Levante o todavía no se ejecuta. El futbolista compareció ante los medios de comunicación una semana después, es decir, el viernes y dijo que ya había solucionado los problemas con su exrepresentante y que confía en que su abogado sea capaz de dejar en nada la denuncia.
Finalmente, las bajas. No son pocas, tres para jugar la final [como siguen denominándose de forma cansina cada uno de los partidos rojiblancos porque no hay manera de coger algo de aire] ante el Levante, pero con una plantilla tan corta, cada lesión o sanción es un mundo. En esta semana que acaba han caído Michel y Fran Vélez, Thomas tiene que cumplir ciclo. Virgencica...
Un trimestre que lo mejor es olvidar
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