Mestalla no era un campo para pensar en traerse los tres puntos pero sí pudo conseguirse un empate. El Almería dio una imagen de equipo combativo, sacrificado en cada línea y con la capacidad de golpear a la contra cuando el rival lo permite.
Sin embargo, de sensaciones no se vive y algunos errores puntuales en el marcaje tiraron por tierra el duro trabajo realizado ante el Valencia. José Ignacio Martínez dispuso un equipo valiente, incisivo por bandas con Edgar y Wellington y con la capacidad de remate que puede aportar el israelí Hemed, que está viviendo los mejores registros goleadores desde su llegada a España.
Rendidos a Hemed (porque no hay más alternativas con Thievy en la Copa de África), el Almería puso contra las cuerdas a todo un Valencia y a punto estuvo de irse con ventaja en el marcador al descanso, un primer tiempo efectivo y ordenado que no tuvo su réplica en la segunda mitad. El vértigo de Mestalla pasó factura y el conjunto rojiblanco se encerró demasiado en torno a su área, renunciando al contraataque que tanto había asustado al Valencia.
Los de Nuno controlaron la pelota, las bandas y el mediocampo ante la imposibilidad de Thomas y Verza para detener el juego interior valencianista. El técnico del Almería decidió esconderse aún más en su área dando entrada a un central, Dos Santos, y retirando del campo a Wellington y su velocidad para estirar las líneas replegadas. El desenlace fue el gol de Negredo y marcharse de Valencia con sabor agridulce.
Si el Almería disputa todos los partidos con la garra y la eficacia arriba demostrada en Mestalla debe obtener la permanencia sin grandes apuros, pero no debe olvidarse de plantar cara durante todo el encuentro aunque el resultado obtenido ya parezca suficiente…
El análisis rojiblanco de Diego Plaza de un Almería con buena imagen pero sin puntos
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