martes, 21 de octubre de 2014

Esquemas para todos los gustos


Esquemas para todos los gustos. Más puntos para el 4-3-3 y mejores estadísticas para el 4-4-2 en cuatro choques cada uno
JORDI FOLQUÉ | IDEAL ALMERÍA

Juanma Lillo, ex entrenador de la UDA, decía en una de sus más famosas frases que un esquema «deja de serlo en cuanto comienza el partido y los jugadores se mueven». No le falta razón al tolosarra. Aunque, a su vez, también los hay que piensan que cuanto menos se modifique el esquema es señal de que un equipo tiene ya una seña de identidad y sabe a lo que juega. No le falta razón a los que piensan así. Pero, en este último caso, mal lo llevarían con Francisco. El técnico del conjunto almeriense ha repartido a partes iguales dos planteamientos. Al menos, de inicio. Otra cosa bien distintas es la forma en la que termine un determinado encuentro. Siempre dependiendo de las necesidades para aguantar lo que se tiene o para querer conquistar algo más. De todo ha habido.

En tan solo ocho partidos, el preparador almeriense ha dispuesto en cuatro jornadas un 4-4-2. Un esquema que muchos dicen ofensivo y que, para sus detractores, supone una pérdida en el centro del campo y, por tanto, mayor posibilidad de que el rival haga ocasiones de peligro al marco defendido, en todos los minutos, por Rubén. En el otro cuarteto de encuentros disputados, el rojiblanco ha diseñado un esquema 4-3-3 en el que ha querido reforzar el centro del campo. Haciendo 'desaparecer' la figura del mediapunta (Fernando Soriano) para darle mayor empaque en la zona de creación-destrucción (principalmente lo último) y que los rivales no tuvieran en realidad la superioridad que se les podría suponer de antemano.

Con los números en la mano en cuanto a puntos, está claro que el que más rédito le ha dado a Francisco ha sido el 4-3-3. Las dos únicas victorias conseguidas hasta la fecha han sido con este planteamiento. En dos salidas muy distintas y que acabaron con triunfo para los almerienses. Aunque, a su vez, también se han producido dos de las tres derrotas que lleva la UDA con este esquema de inicio (Atlético de Madrid y Villarreal). Cierto es, aseguran sus defensores, que han sido los dos encuentros ante los equipos con mayor caché de todos los que se han medido y con un mayor potencial futbolístico.

Esta frase final se les vuelve en contra al comprobar los números que se desarrollan durante un partido. El no quedarse solamente con el marcador final. Comprobar lo que ha ido sucediendo en todos los minutos disputados. Con el esquema más defensivo, el Almería ha sufrido los partidos en los que más ha tenido que intervenir Rubén. Vamos, en los que más porcentaje ha existido para que la UDA perdiera el choque. Se puede pensar, de manera correcta, que el Atlético de Madrid ha sido el que más claro dominio tuvo con los almerienses. Pero, en el lado negativo, nos encontramos que fue la Real Sociedad el equipo que más veces puso a prueba al cancerbero gallego. A él y a sus palos. Hasta tres remates de los 22 que provocaron dieron en las diversas maderas. La cifra superior a la veintena es la que más ha tenido que soportar la UDA en un encuentro. Un partido que terminó con triunfo almeriense por 1-2.

Anoeta es el mejor ejemplo de las dos corrientes. Los que consideran que el 'trivote' debería estar en cada partido lo argumentan en el triunfo en un campo (y una ciudad) en la que nunca ganó en la Liga BBVA un equipo almeriense. Por su parte, los detractores creen que lo de San Sebastián fue la clara demostración de que la fortuna estuvo del lado de la UDA y que un choque como ese no se repetirá dando el mismo resultado final.

Se agarran, los que prefieren tener más presencia ofensiva, en que el Almería pierde opciones de ataque. Un equipo con un claro déficit en cuanto a gol, se le quita un jugador más con llegada. Todo lo marca si Francisco apuesta de inicio por Fernando Soriano o si lo deja en el banquillo. El maño marcó el 1-0 ante el Espanyol. El primer gol de la temporada. Una jugada de Édgar por la banda izquierda. Dos de los jugadores con presencia en el área contraria. Sin Soriano, o sin el mediapunta, al Almería le queda el recurso de las bandas. Por el centro, pese a que Thomas y Azeez están muy adelantados, no existe mucha creación.

En Villarreal, con los tres pivotes, el Almería tuvo más posesión que el equipo de Marcelino. No le importó a los amarillos. Sabían que la circulación era sin peligro. Tapadas las bandas, ni Wellington ni Édgar (algo más el canario) pudieron superar a la zaga levantina. Todo el peligro llegó desde fuera del área. Los tres remates que fueron a portería no tuvieron su inicio dentro del área. Remates lejanos que obligaron a grandes intervenciones de Sergio Asenjo, aunque viendo el lanzamiento con tiempo suficiente.

Se cumple, como ocurrió en Villarreal, que con un esquema más defensivo al Almería le generan más peligro. Ya sea en jugada o a balón parado. Los rojiblancos conceden más saques de esquina cuando tienen el trivote. Por su parte, cuando salen a por el partido, también viendo que los rivales han sido de inferior nivel (mirar la clasificación de la Liga BBVA), los de Francisco han estado más cerca de la victoria con los números globales que cuando, curiosidades del fútbol, las han conseguido en Anoeta y Riazor.

Un Almería distinto
Ocho jornadas que han dado para ver a un Almería distinto. Con dos caras iniciales muy bien diferenciadas. Siempre pensando en el rival. En la forma de poder sacar rédito a lo que se tiene dentro de una plantilla más compacta que la de la temporada anterior. Hace un año, el inicio del campeonato no había variación. Francisco reconoció en Cope Almería que lo más seguro «es que no supiera aprovechar todos los recursos que tenía». Algo que está intentando corregir este ejercicio. Con esquemas distintos. No importándole dejar fuera de la convocatoria a Thievy y Jonathan, tras regresar de jugar con sus selecciones. Dando opciones a los que creen que el 4-4-2 es el mejor esquema para el actual Almería. Dando opciones a los que creen que el 4-3-3 es el mejor esquema para el actual Almería. Siempre de inicio. Porque a lo largo de los partidos logra transformar y terminar con el otro. Tiempo para que cada uno defienda sus ideas. O, como decía Groucho Marx, «en caso de que no le gusten mis principios, tengo otros».
Esquemas para todos los gustos

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