Escrito por César Vargas · SportAlmería
Al igual que ocurriera la temporada pasada, Francisco ha demostrado ser un entrenador que se adapta a las características de su rival. Hay técnicos fieles a su estilo que no cambian un ápice su manera de jugar, sea cual sea el oponente que haya enfrente. Paco Jémez, con la filosofía de toque, o Caparrós, con un juego más conservador pero bastante eficaz, son ejemplos de entrenadores fieles a su identidad, ya sean favoritos para ganar el encuentro o muy inferiores a su oponente.
Ante enemigos de menor entidad como Espanyol, Córdoba o Getafe, en los que el equipo debía dar un paso adelante, Francisco optó por un doble pivote con Soriano de enganche. Ese 4-2-3-1 se ha transformado en los dos últimos partidos en un 4-3-3 de corte totalmente defensivo. Real Sociedad y Atlético de Madrid cuentan con jugadores de otro nivel, por lo que el técnico almeriense se ha decantado por reforzar de manera notable la línea de atrás buscando mayor solidez. Esto, como casi todo, tiene pros y contras.
Con este trivote el equipo se siente mucho más seguro atrás. Es cierto que en Anoeta no impidió que los locales tuviesen varias ocasiones claras de gol, pero ante el Atlético sí fue más eficaz. También son destacables las coberturas que una y otra vez ejercían Zongo y Wellington –sobre todo el brasileño- a los laterales. El trabajo defensivo del equipo fue encomiable y, no en vano, los colchoneros solo pudieron batir a los locales en una jugada de estrategia.
Sin embargo, con el 4-3-3 el equipo pierde mucha presencia arriba. No eran pocas las veces que Hemed buscaba asociarse y se encontraba solo, cual islote en mitad de un océano de piernas madrileñas. El jugar con un trivote debe servir para que uno de los centrocampistas se descuelgue con suma libertad para hacer las tareas ofensivas. El problema es que ni Azeez, ni Verza, son centrocampistas de corte puramente creativo. Fue el nigeriano el que más veces se desenganchó de esa línea de tres para acompañar a Hemed, pero sus limitaciones con el balón en los pies quedaron palpables.
Este el mayor problema del trivote que alinea Francisco. La temporada pasada, con Corona como hombre libre, la cosa adquiría otra dimensión. En esta, por unas cosas u otras, el talaverano, único centrocampista creativo del equipo, se mantiene al margen, por lo que su función en esa línea de tres no se ejerce como se debería. De momento, este sistema le ha dado a los andaluces una de cal y otra de arena. Riazor aguarda en el horizonte. Veremos por qué once se decanta el técnico almeriense.
Defensa reforzada, ataque cojo
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