lunes, 25 de agosto de 2014
El maleficio del Juegos Mediterráneos
En seis temporadas en Primera División, el debut en casa no reportó nunca una victoria
JUANJO AGUILERA | IDEAL ALMERÍA
Se suele decir que, con el paso del tiempo, las costumbres se hacen leyes y, aunque no esté reglamentada, para la UD Almería hay ya una ley que dura seis temporadas, las seis que los rojiblancos militan en Primera División, y que ya parece como un maleficio. Son seis años anclados en la miseria del resultado, más allá de los merecimientos que en el caso del partido inaugural de la temporada 2014/15 los tuvo, para haber cambiado el sino del primer partido como local de la temporada. Sin embargo, no fue así y la victoria sigue enquistada. Los rojiblancos, por otra parte, siempre guardan un ‘grato’ recuerdo de esa primera cita cuando es lejos del Estadio de los Juegos Mediterráneos, convertido, a este paso, en un lugar poco dado a agradecer el esfuerzo a los ‘unionistas’.
Aún cuando falta por disputarse el parido del próximo viernes en el Alfonso Pérez de Getafe, los números son mejores fuera de casa que atesorando la condición de anfitrión. En los cinco anteriores ‘debuts’ lejos del Juegos Mediterráneos, la UD Almería solo ha perdido un encuentro como visitante –en El Molinón en la temporada 2009/10–, pero ganó los correspondientes a las dos primeras temporadas y empató en sus dos últimos compromisos como equipo de Primera División.
Como local, cuatro empates y dos derrotas. Claro que si se compara con lo que sucedió el pasado año, que debe ser la referencia, atendiendo a presupuesto y calidad de plantilla, ahora se está ‘mejor’ que entonces. El pasado año se lamentaron los últimos diez minutos, en los que se esfumaron la victoria y el empate, y en esta ocasión solo se lamenta el último, que solo impidió no sumar dos puntos más. De todas formas, el empate tiene sabor al mazazo, puede que el mismo que el sufrido el año pasado ante un Villarreal que hoy lo vemos jugando la Europa League.
Última entrega
La del encuentro que comenzó el sábado para acabar en la madrugada del domingo ha sido la última entrega de los desafortunados debuts, por el resultado, de la UD Almería en Primera División cuando se trata de actuar como equipo local. El Almería nunca ha conseguido la victoria en el primer compromiso en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, por más que lo mereciera.
Las dos primeras temporadas fue por culpa del Valencia. El primer año, tras la ‘traca’ en Riazor, deparó el primer tropiezo frente al Valencia. El cuadro de Quique Sánchez Flores se llevó el partido en la segunda parte. Morientes marcó en el 46, empató Álvaro Negredo en el 62 y Moretti, en el 79, hizo el gol que daría los tres puntos al equipo che.
Un año después se produjo el primero de los cuatro empates sumados en casa en el debut, aunque en la Liga se debutó con una ‘misa’ en La Catedral. El Valencia, ya de Emery, siempre fue a remolque. Piatti marcó en el 11, empató Alexis en el 35 y Negredo llevó a la UDAlmería a mandar en el descanso. David Villa, en el 69, puso las definitivas tablas.
En la 2009/10, la Liga arrancó en casa, pero con un partido soporífero. El Almería dirigido por Hugo Sánchez no hizo méritos para nada frente al Real Valladolid, que se llevó un punto sin tampoco merecerlo.
En la 2010/11, con Lillo como técnico, tras debutar frente al Osasuna de Fernando Soriano, jugó en casa un lunes frente a la Real Sociedad. El equipo donostiarra se adelantó dos veces. Tamudo puso el 0-1, en el minuto 8, pero Piatti, en el 21, entabló el envite. Sutil, en el 33, sembró el pánico que duró hasta el último minuto. Leo Ulloa, en el 90, desató la locura idéntica a la que sintió ayer de madrugada el conjunto de Sergio González.
El último golpe en casa, antes del que propinaron los pericos, lo firmó el Villarreal la temporada pasada. Curiosidades el margen como que era el primer partido de Liga, como ayer, e inauguraba la feria, también como ayer. El Almería se adelantó en el marcador –otra coincidencia– por medio de Rodri, que había estado toda la pretemporada sin ver puerta. Era el minuto 39, pero Dubarbier, en propia puerta, puso las tablas, en el 69. Rodri salió al rescate para que la UDmandara en el marcador, a partir del 74. Sin embargo, no supo matar el partido y Giovanni dos Santos, en el 83, y Jonathan Pereira, en el 87, pusieron a equipo y afición la misma cara de tonto con la que salieron del estadio todos en la madrugada del domingo. Por fortuna, la cita ante el Espanyol dejó un punto en casa. Menos da una piedra. El que no se consuela es porque no quiere, pero la historia... ¡ay la historia! Qué caprichosa.
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