viernes, 28 de febrero de 2014

Negredo, el jugador más valioso de la historia del club

Negredo, el jugador más valioso de la historia de la UD Almería
Escrito por  Sebastián Guirao · Sportalmeria


Se puede escribir en todos los idiomas o usando cualquier alfabeto, incluido el tailandés, tan de moda en la actualidad unionista. Se puede balbucear, susurrar o gritar. Con acento vallecano, almeriense, sevillano o de la city of Manchester. El tono y el modo tampoco importan. Nada de esto influye en la corta y concisa definición de esta histórica figura rojiblanca: el mejor. Disfruten de este genio colosal.

Nombre: Álvaro Negredo Sánchez.
Lugar de nacimiento: Madrid.
Fecha de nacimiento: 20 de agosto de 1985.
Demarcación: delantero centro.
Temporadas en la UDA:
2007-2009: Primera División.

COMO JORDAN O GASOL. Él no lo recordará, yo evidentemente sí: era una madrugada de Feria de aquel verano de 2007, yo estaba en una caseta cuando los mandamases aún no habían herido de muerte a nuestra gran fiesta, vi a Negredo (cuando no lo conocía nadie) y le dije gritándole al oído: “Que tengas suerte, porque tu suerte será la nuestra”. Lo que vino después ya lo conocen.

Sánchez por parte de madre y Negredo por parte paterna, Álvaro, después de vivir su único descenso, como si de un draft de la NBA se tratara, decidió venir a Almería a pesar de tener ofertas de equipos asentados como Osasuna, Mallorca o Depor. No era en aquel momento un fuera de serie, no era el número uno del draft, pero la UDA apostó mucho por él y acabó convirtiéndose en el mejor jugador de la historia de la franquicia, al igual que Jordan con los Bulls y Pau Gasol con los Grizzlies –ambos, número tres (y no el uno) de sus respectivos drafts–.


EL ESTANDARTE DE EMERY. Sorprendieron al panorama futbolístico español más o menos a la misma vez. El míster vasco dispuso durante la inolvidable temporada del debut en Primera de un regalo divino en forma de un delantero centro que empezó, siendo protagonista desde el principio, a derrochar goles, asistencias, testarazos y un sinfín de cualidades en una lista que parecía no terminarse nunca.

El killer madrileño no se rendía ante nadie, más bien las aficiones se rendían ante él, y dio pie a numerosas escenas y datos importantes que ya están en los escritos almeriensistas, como por ejemplo, ser el primero en anotar un gol en Primera en la vida de la UDA.


Durante su primera campaña en Almería, el 9 de Vallecas perdió cualquier nervio típico de un debutante en la categoría y embelesó a su parroquia con un desparpajo inconmensurable y un abanico majestuoso de goles, disparos, remates de cabeza, pases y acciones de una calidad de la más alta gama del deporte rey.

El atacante demostró infinidad de joyas, pero de un crack cuya fijación es el arco rival, lo que más permanece en la memoria son los goles. Variados y sabrosos como los buenos quesos y los añejos vinos. Sensacionales golazos como la vaselina contra Osasuna, el famosísimo lanzamiento de falta con la ayuda de Corona o el toque de espuela en la arrasadora victoria en casa del eurocampeón Sevilla.


LA PESADILLA HUMANA. “Pesadilla” porque era un perfecto agotador de la mens y el corpo de los defensas. Y “humana” porque a Negredo siempre le ha caracterizado su sencillez y su humildad, y para muestra, la dedicación del decisivo gol contra el Málaga en la 08-09 a los amigos y familiares de Francisco Balbín, el policía local que falleció días antes, por el cual la peña de fondo sur lleva su nombre siempre consigo.

Silenciando estadios atravesó la mencionada campaña 08-09 el actual internacional español y uno de los mejores delanteros centro del mundo, si no el mejor. La referencia del equipo era total e indiscutiblemente el faro de Negredo. Y no solo por su voracidad y su hambre goleadora, sino también por su incombustible repertorio de controles de balón, sus fintas y su fortaleza dentro y fuera del área. ¿Goles de bella factura? Sí, bastantes. Pero lo que hacía por el resto del equipo es digno de alabar igualmente. Tenía sensacionales compañeros y asistentes, qué duda cabe, y eso influyó en que sus brillantes jugadas y su mar de asistencias completadas dieran el fruto deseado.


La afición alcazabina guarda como un tesoro los grandes testarazos, los geniales remates y las apoteósicas dianas realizadas por el omnipotente goleador. Y por ello es de obligado cumplimiento recordar algunos tantos mágicos de su segundo año en rojiblanco, en cuyo podio se podría colocar la picadita en San Mamés, la fabulosa vaselina al primer toque en la remontada contra el Valladolid y, por supuesto, el summum de Álvaro en Almería: el delirio del partido en frente del Villarreal de Pellegrini.

EL ESPECTÁCULO. Llegó a salir aplaudido de algún estadio, metía miedo a las gradas contrarias, fue un glorioso futbolista con la elástica indálica (y sigue siéndolo aún más en el Manchester City), regaló una espectacular riada de pases y goles constantes y, tras dos años, su espectáculo se marchó para dejar un récord que no sabemos cuándo se batirá: ser el jugador más valioso de la historia del club.

Negredo, el jugador más valioso de la historia del club

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