El entrenador vasco siempre tuvo a la afición como aliada
Tony Fernández [ La Voz de Almería ]
Garay con Salvador Echave y José María Maguregui. [ Archivo La Voz ]
Maxi junto a Maguregui, el mítico Juan Rojas y el masajista Cláudio [ Archivo ]

Equipo de lujo Pepe Morales, Miguel Cubillo, Paco González y Maguregui
Lo podemos contar porque lo hemos vivido. Nadie logró ganar en Almería la temporada del estreno en Primera División. Hasta Real Madrid y Barcelona se fueron felices con un empate. Ni tan siquiera el Rayo Vallecano que se fue al descanso ganando por cero a tres pudo hacer la gesta con los goles de Morena, ya que terminó igualando el Almería en una tarde de locura colectiva.
Todo controlado
El entrenador del Almería movía los hilos. Todo tenía que estar en su lugar. Cada uno en su papel y todos con el Almería. Al más puro estilo vasco se diseñó un plan para mantener al equipo en Primera, y este pasaba por no perder en casa. Así, los dirigentes sembraron afición. Los seguidores vivían los partidos en la grada y el equipo y cuerpo técnico hacía lo demás. Se vivieron tardes de fútbol inolvidables con Rolón y Murúa como estrellas de un Almería con: Martínez y Garay en la medular y Maxi reconvertido a lateral.
La envidia
Era el año que se acabó la televisión gratis y solo se daban reportajes muy breves en Estudio Estadio. Toda España miraba a Almería y preguntaba por sus secretos. Vinieron de Televisión Española y pudieron comprobar que no había trucos. Tenía el Franco Navarro el mejor césped de España. Las vallas impedían riesgo a árbitros y rivales; y todo respondía al calor de una afición.
Catalogaron al Franco Navarro como la Bombonera de España y Helenio Herrera, Miguel Muñoz, Bujadín Boskov, Schuster, Quini, el doctor Cabezas o el mítico Kempes salieron del terreno de juego alucinados del ambiente. El ideólogo fue Maguregui: matador de gigantes en tardes de locura.
Nadie ganó en Almería el año de Maguregui en Primera


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