PABLO LAYNEZ | DIARIO DE ALMERÍA
El Villarreal de Marcelino se ha convertido en uno de los peores enemigos del Almería. Por no decir el peor. No sólo se encargó la temporada pasada de quitarle el ascenso en la primera intentona, sino que esta campaña ha marcado dos malas tendencias para el equipo de Francisco.
En la vuelta a la máxima categoría, fueron los amarillos los que midieron a los rojiblancos. Un duro examen también para el nuevo míster almeriense. El comienzo del Almería fue prometedor y hasta el minuto 80 fue mucho mejor que el Villarreal. Sin embargo, fue llegar la recta final y remontar un 2-1 con Pereira como gran protagonista para llevarse los puntos gracias a un definitivo 2-3. Fue la primera jornada de la primera vuelta, un mazazo duro que iba a afectar psicológicamente de cara a los siguientes partidos en los que la historia se iba a repetir, pese al buen juego almeriense.
En Getafe ocurrió algo similar: partido aparentemente controlado por los almerienses por 1-2 y penalti a excasos minutos del final del partido que supuso el 2-2 y otros dos puntos que se escaparon. Elche y Sevilla también le birlaron una valiosa recompensa al Almería en jornadas posteriores: los ilicitanos aprovecharon el total nerviosismo de un conjunto al que los fantasmas del descuento le impedían tener tranquilidad para empatar (2-2) en la última jugada del partido en fuera de juego, mientras que los sevillanos supieron sacar petróleo tanto de esta psicosis como de los errores defensivos de la defensa de Francisco. Christian regaló el primer tanto, mientras que la pasividad de Dubarbier para cerrar un centro permitió el cabezazo del 2-1.
Estos son algunos de los ejemplos más claros de todo lo que el Almería dejó escapar en los minutos finales en la primera vuelta. Seis valiosísimos puntos que ahora le permitirían a los rojiblancos estar cómodamente en mitad de la tabla. De hecho, se realizaron muchas informaciones al respecto durante las jornadas iniciales del campeonato, en las que los rojiblancos podían haberse aupado hasta puestos europeos si los partidos hubiesen durado 80 minutos.
A raíz del partido del Valencia, en donde Francisco apostó por guardar un poco más la ropa y no ir como un mihura a por su rival, los jugadores fueron ganando en tranquilidad. El Almería fue leyendo mejor los partidos y jugando con el tempo de los mismo. Osasuna, Valladolid o Betis acabaron los encuentros volcados sobre la meta de Esteban y no fueron capaces de empatar. Es cierto que el asturiano lleva una campaña colosal y en esos partidos evitó varios goles cantados, pero las ocasiones llegaron por aciertos de los rivales y no por nervios o imprecisiones rojiblancas. Parecía que la crisis de los últimos minutos que abrió el Villarreal era agua pasda. Y lo era, hasta que se ha abierto un nuevo agujero en que vuelve a hondar el conjunto amarillo.
La contundente victoria por 3-0 ante el Granada hacía presagiar que los rojiblancos podían comenzar a tope el año, para conseguir puntos que tan necesarios serán al final. Sin embargo, la salida del equipo en San Mamés fue mala, sin tensión, sin carácter, con muchas lagunas defensivas. A los 10 minutos de partido, el Athletic Club ya había sentenciado el partido. Goleada en contra para acabar la primera vuelta y la segunda comienza en El Madrigal. Durante toda la semana, los componentes de la plantilla pedían concentración y mucha disciplina en esos momentos iniciales, en los que cualquier equipo local sale en tromba. Minuto 1, Uche casi marca; minuto 2, Uche hace el primero.
¿Psicosis ahora a los comienzos de partido? El encuentro de este domingo ante el Getafe, que puede permitir a los rojiblancos poner una importante distancia de por medio con el descenso, es una buena ocasión para demostrar que el fútbol tiene estos caprichos. La concentración, la atención inicial y el sacrificio son las mejores armas que puede tener el Almería para plantar cara a los equipos de mayor potencial.
Cambio de minutos
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