Rodri: "Estos tres goles ya no me los quitan"

Rodrigo Rios Lozano

Rodri: "Estos tres goles ya no me los quitan" 
TXABI FERRERO • ALMERÍA

El Almería es una pequeña factoría de goleadores. Álvaro Negredo abrió el camino con 19 goles, nueve menos que David Villa en el duelo de artilleros nacionales de la 2008-09. Leo Ulloa y Charles, los dos últimos Pichichis de Segunda, le tomaron el testigo al delantero vallecano. Y Rodri sigue esa estela y sus tres goles le sitúan al frente del Pichichi de forma compartida con el delantero del Atlético Diego Costa.

“Estos tres delanteros se lo han ganado, pero su paso por el Almería es una cuestión que siempre motiva”, declaró ayer a MARCA Rodri, que matiza: “Yo no he venido a suplir ni a hacer olvidar a nadie -en alusión a Charles- sino a ayudar con mi trabajo y goles”.

Lleva el ‘10’ a la espalda, pero es el ‘9’ del Almería. Nació en Soria [“mi madre es de allí”], pero se crió en la localidad sevillana de Dos Hermanas. Y su triple acierto frente a Villarreal y Getafe no le hace perder la perspectiva y sigue con los pies en el suelo. “Aún es pronto y lo importante es cómo acabemos”, declaró ayer. “Pero estos tres goles ya no me los va a quitar nadie”, subraya con cierta ironía.

A sus 23 años, cumplidos en junio, Rodri ha firmado dos goles con la pierna derecha y otro con la izquierda y los tres, dentro del área, han llegado en movimientos de desmarque. “Es una de mis facetas, pero tengo más”, espeta. “Cuánto más movilidad tenga un delantero más difícil es marcarlo”, comentó a este periódico.

“El estilo de juego del equipo es ofensivo y atrevido, y eso siempre favorece a los delanteros”, admite. El soriano y el gaditano Suso, con sus dos asistencias de gol, han creado una sociedad de garantías. “Él da pases y yo intento convertirlos”, señala.

Rodri es un delantero maduro. Su hoja de servicios presenta goles también con la sub 21, Barça B, Zaragoza, en Primera, Sheffield Wednesday, pero la historia del Sevilla le recuerda como el autor del gol al Almería en el último minuto de la última jornada 2010-11, que clasificó al equipo de Nervión para disputar la Champions League superando en una cerrada pugna al Mallorca.

El destino ha querido que, tan sólo dos años después, el portero Esteban Andrés Suárez, al que hizo encajar aquel valioso gol, sea uno de sus compañeros de equipo y la afición del Estadio de los Juegos Mediterráneos la que jalea su brega y puntería.
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