martes, 20 de agosto de 2013

La primera, en toda la frente

El Almería juega y gusta, pero regala los puntos a un Villarreal que no se creía ni el empate. Ofensivamente poderoso, tembló en los minutos finales
PABLO LAYNEZ | DIARIO DE ALMERÍA


Undiano Mallenco pide calma a los jugadores

Con un sonido ambiente a sevillanas y un delicioso olor a algodón de azucar, el Almería quiso dar la primera alegría de la temporada a sus aficionados, para que se marcharan con una sonrisa de oreja a oreja y con los tres puntos en el bolsillo al recinto ferial. Pocas caras nuevas, quizás demasiadas pocas, para lograr el ambicioso objetivo de la salvación en una categoría donde las concesiones se castigan con derrotas. La espina dorsal del conjunto de Francisco es prácticamente la misma que tenía Gracia. De hecho, ni Nelson ni Torsi, los penúltimos fichajes porque tienen que venir como mínimo dos más, pudieron vestirse de corto para recibir al Villarreal.

En un once en el que había hasta siete debutantes en Primera (Rafita, Dubarbier, Trujillo, Verza, Tébar, Vidal y Suso), las principales novedades eran Dubarbier en el lateral izquierdo, Tébar como acompañante de Verza en el doble pivote y Soriano, cuya veteranía se antoja fundamental, por detrás de Rodri. Pelle y Trujillo, como en la recta final en Segunda, comandaron la defensa; Aleix y Suso debían aportar velocidad y desborde por las bandas; Esteban, que cada vez que se acerca a su portería antes de comenzar los partidos nota el tremendo cariño de la afición, era la última pieza de un engranaje que esperaba estar bien engrasado para lograr los tres primeros puntos de la temporada. A la salvación hay que acercarse con pasos cortos, pero seguros.

Con criticas y pitidos desde la grada a las intempestivas horas ["Horarios y televisiones de Primera" se leía en una pancarta] arrancó un choque en el que el Villarreal, al contrario que en pretemporada, salió a presionar arriba. Los nervios por el debut en la máxima categoría no podían notarse porque si algo tiene el equipo de Marcelino es mordiente y pegada arriba.

Pese a que el estilo inicial de juego de los amarillos sorprendió, los de Francisco fueron fieles a la filosofía que quieren y trataron de rasear el balón y ser verticales, sobre todo por banda. Suso se metió mucho por el centro para aprovechar los espacios que crea Soriano, los laterales iban muy arriba y a Rodri no se le puede negar trabajo y entrega. Poco a poco, la posesión fue local y los intentos de contra, visitantes. Hasta el minuto 23, cuando a Aleix solo le faltó un buen control para hacer el primero, hubo más ¡uys! que peligro real. Rápida combinación entre Soriano y Suso, balón largo hacia la carrera del tarraconense y Gaspar le impide un remate certero. Acto seguido, en una falta lateral, Verza saca en corto y rápido hacia el propio Aleix, pero desde la misma posición en la que le marcó el año pasado al Girona el 1-0, ayer no estuvo tan acertado y Asenjo le quitó la miel de los labios.

Estaba haciendo lo correcto el Almería, a los puntos iba ganando con creces. El Villarreal poco a poco fue reculando, metiéndose en su terreno de juego y tratando de buscar bien la potencia de Dos Santos, bien el juego de espaldas de Uche. Hasta el momento, la defensa cumplía con su deber sin demasiados apuros. A los 39 minutos, una de esas jugadas que salen a la perfección, la ejecutó el equipo a las mil maravillas. Suso, una versión mejorada de Falque, mete un pase entre líneas a Rafita, el balear llega hasta línea de fondo y se la cede a Rodri paracargarse de un plumazo las dudas sobre su instinto goleador. El sevillano se adelantó a todos y adelantó a su equipo en el momento preciso. Qué importante y merecido era el gol.

Lejos de quere mostrar algo más, el Villarreal comenzó la segunda mitad con la misma intención. Si importante era mantener la intensidad, más aún lo era no regalar balones. El juego estaba gustando a la parroquia, las palmas se oían por doquier. Faltaba un gol más para que la fiesta no se estropease. Pero en una pérdida, en un balón que Pelle tuvo que reventar y prefirió rasear, Aquino sacó un centro que chocó en Dubarbier y descolocó a Esteban. Era la única manera en la que podía empatar el Villarreal, con un regalo local y mucha chorra. Todo cambiaba a falta de veinte minutos.

El empate le pesó unos segundos a los de Francisco, hasta que de nuevo Rodri cazó un balón en el área centrado por Rafita y fusiló por alto a Asenjo. El Almería parecía que había hecho lo más difícil, pero terminó haciéndose el harakiri. Con todo a su favor dejó demasiados e incomprensibles metros a la espalda de su defensa y primero Dos Santos y después Jonhatan Pereira iban a ejecutar a los rojiblancos. Ver para creer. El Villarreal no había hecho absolutamente nada para llevarse no ya los tres puntos, sino un empate, y la victoria acabó en su saco. Esto es Primera, cualquier error cuesta muy caro.
La primera, en toda la frente

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