La grada disfruta con el estilo atrevido y alegre que quiere Francisco
Empate justo después de un remate al palo de Óscar Díaz
Kiu sigue teniendo minutos y creciendo; 'Torsi' se estrena
PABLO LAYNEZ | DIARIO DE ALMERÍA
El Almería hizo su presentación antes del partido (Web UDA)
Un sencillo acto sirvió para presentar a la plantilla, la actual porque no hay que descartar alguna llegada todavía, con la que el Almería tratará de mantenerse en la máxima categoría del fútbol español. Con una entrada de espectadores no demasiado amplia, comprensible en estas épocas del año, los aplausos formaron parte del protocolo cuando fueron saltando los futbolistas al césped del Mediterráneo, en buen estado pese a aquella invasión tras el ascenso ante el Girona.
Pero a la salida de Francisco, los decibelios aumentaron ostensiblemente. No fueron los típicos aplausos que se dan casi por la inercia de imitar al vecino, sino que las palmas de las manos de más de uno se enrojecieron para que Francisco las escuchara. Es cierto que el Almería no ha fichado grandes estrellas, pero la apuesta por gente de la tierra y de la cantera gusta en la grada.
Para el estreno ante el Granada, una buena piedra de toque porque lo mismo hay que jugarse en las últimas jornadas media vida ante el conjunto nazarí, el técnico almeriense puso un once que deja bien a las claras la filosofía con la que se va a estrenar en su fulgurante llegada a la máxima categoría. Es curioso, Francisco jugó su último partido como rojiblanco ante el Vecindario en Segunda. Seis años después, sin haber pisado la Primera con la camisola almeriense, se estrenará ante el Villarreal en el banquillo como técnico del primer equipo en la máxima categoría. El destino y sus caprichos.
Ayer estaba un Primera enfrente y el estilo de juego fue el mismo del resto de partidos veraniegos: una apuesta por el raseo rápido del balón, por un centro del campo que busque siempre las subidas de los laterales, por unos atacantes rápidos y habilidosos, que vivan del primer toque y el remate cerca del área. El once de presentará algunas variantes frente al Villarreal, pero el bloque parece claro. La seguridad de Trujillo y Pelle, junto a la velocidad y verticalidad de Dubarbier en el lateral izquierdo, gustan y mucho al técnico. Aleix y Suso, de momento, están predestinados a vivir en banda, aunque el gaditano suele meterse hacia el centro, lo que facilita la subida del excordobesista. A Rubén se le vio mucho más entonado que el año pasado, ofreciéndose mucho y haciendo daño entre líneas, tal como un Rodri que jugó bien de espaldas y facilitó las salidas desde atrás de Verza y Tébar.
Esa verticalidad made in Francisco sorprendió a un Granada ordenado, que se ha gastado un pastizal en fichar veteranía y calidad. La primera llegada de Aleix por la derecha acabó en la izquierda tras una combinación entre Rubén y Rodri, pero el disparo de Dubarbier no fue acertado. Minutos después, el propio asturiano recibió de Suso y su pase de la muerte no fue bien remachado por Verza. Ofensivamente al equipo se le veía con las ideas claras y defensivamente poco a poco fue creciendo. Enfrente tenían a Riki, un perro viejo, un futbolista difícil de cubrir por su envergadura y calidad. Aunque sufrieron los centrales, las ayudas fueron constantes y la seguridad de Esteban, el mejor tope. Con falta de remate por parte almeriense se llegó al descanso.
La segunda mitad arrancó sin cambios, pero a los ocho minutos de la reanudación entró Soriano y lo hizo con gol. Además, en una acción clásica del maño. Saque de esquina al primer palo y su remate acaba en las mallas. A falta de pan, ya se sabe. Si a los arietes les está faltando maldad, ahí están los de siempre. Y si primero lo hizo el 23, después le tocó el turno al 1. Esteban voló, demostrando que está para Primera o para donde lo requieran, para detener una falta fenomenalmente sacada por Piti. El Granada dio un paso al frente, lo que vino de perlas para cómo se iba a desenvolver el Almería buscando las contras. Para ello, nada mejor que la velocidad de Kiu. Francisco sabe que tiene en el coreano un diamante al que pulir y lo está haciendo con cabeza y sin prisas.
Los cambios de Alcaraz metieron a sus jugadores en el campo almeriense. Los rojiblancos defendieron con mucha presión en el centro del campo y lejos de su área. No se metieron atrás, la defensa estaba adelantada y, pese a los riesgos, el balón seguía saliendo raso, con sentido. Con la cercanía del final, Francisco apostó por agotar sus cambios y le dio entrada al segundo de los canteranos que han estado a sus órdenes y a los dos últimos en llegar. Azeez se puso junto a Corona para ir adaptándose al ritmo de Primera. Músculo no le falta, pero el nigeriano debe acostumbrarse a la exigencia y la seguridad que se necesita esta categoría. Al final, y después de una gran jugada de Kiu, hasta coreado en la grada, que acabó con un remate al palo de Óscar Díaz, el Granada empató con un trallazo de Benítez. No pasada nada, hay que quedarse con las sensaciones y el crecimiento del equipo
La apuesta va calando

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