sábado, 24 de agosto de 2013
Cinco puntos se marchan en cinco días
El Almería tiene capacidad de reacción, pero vuelve a perder puntos en el tramo final. El Coliseum estuvo desangelado
REDACCIÓN | DIARIO DE ALMERÍA
El Almería regresó dos años después de su descenso al Coliseum Alfonso Pérez, donde se refrendó que, a diferencia de otras temporadas, en esta tiene su propio estilo. Se puede ganar, empatar o perder, pero los rojiblancos quieren ser fiel a las ideas de su técnico: rasear el balón, mimarlo y dar el mínimo de pelotazos posible. Tener el esférico es una buena manera para defender y para atacar. Arriba, un Almería muy eléctrico y vertical. Con mucha pólvora. Eso sí, volvió a dejarse puntos en los compases finales.
Mismo once.
Francisco confió en los mismos que actuaron ante el Villarreal el pasado lunes. El técnico almeriense optó por no hacer rotaciones a pesar de las pocas horas de descanso que ha tenido su equipo entre la primera jornada y la segunda. Una de las dudas era quién ocuparía el lateral zurdo, que parece ser, de momento, propiedad de Sebastián Dubarbier.
Poco público.
La intención de las diferentes cabezas pensantes que mandan en el fútbol español es vender la Liga hacia el mercado asiático, aunque a veces (o siempre) se le olvida el de casa. Ayer se comprobó el estropicio de los diferentes horarios, con la poca afluencia de público en el Coliseum Alfonso Pérez, que vistió unas gradas prácticamente desarregladas. Eso sí, un valiente grupo de seguidores unionistas no quiso perderse el encuentro, recorriéndose media España para ver a los suyos.
Capacidad de reacción.
A la UDA no le dio tiempo celebrar su primer tanto. Rodri abrió la lata a la media hora de juego, aunque no pasó ni dos minutos cuando Lafita puso el 1-1. El azulino se adelantó a Marcos Tébar y remachó hacia dentro de las mallas. Eso sí, tal y como hicieron el pasado sábado, los unionistas supieron reaccionar y cinco minutos después, volvían adelantarse en el electrónico.
Runrún.
La hinchada local está mosqueada con los suyos. La salida de jugadores como Barrada ha sentado mal a la afición azulina. Se escuchó el runrún en el graderío, sobre todo, cuando el Almería se puso por delante.
Soriano.
El centrocampista maño nunca muere. Uno de los capitanes del equipo aparece siempre, en el partido y la categoría que sea. Ayer transformó el segundo tanto unionista en un partido de auténtica garra.
Finales para olvidar.
Tal y como ocurriese ante el Villarreal, a los rojiblancos le sobraron los últimos minutos. En una desafortunada jugada, Rafita arrolló a Lafita y Diego Castro no perdonó. El atacante tuvo que repetir su lanzamiento, ya que se metieron jugadores en el área. El segundo disparo también lo anotó, después de que el balón rebotase en Esteban. Ya van dos partidos y ya van cinco puntos que se marchan a la basura. Cinco puntos en cinco partidos.
Cinco puntos se marchan en cinco días
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