PACO GREGORIO / DIARIO DE ALMERÍA
A la UD Almería le restan subir dos escalones para completar el objetivo de retornar a Primera apenas dos años después de su descenso y el primero de ellos lo encara esta tarde con la visita del Girona, cuarto clasificado a un punto de los unionistas. Un empate le sirve a los de Gracia en su intención de plantarse en El Madrigal la última jornada para jugársela a cara o cruz, pero el técnico navarro ha anunciado que buscarán los tres puntos.
Cualquiera de los dos resultados es válido, pero hay que esquivar por todos los medios la derrota, pues en ese caso los rojiblancos dejarían de depender de sí mismos en Villarreal a la espera de lo que hiciera precisamente su rival de esta tarde en el Mediterráneo. El Girona llegó ayer tarde a Almería en un vuelo chárter fletado por el modesto club, síntoma evidente de que llegados a este punto de la temporada y con el play off asegurado, no renuncian a nada.
Rubi, técnico gerundense reconoce que el Almería "es uno de los mejores equipos, con diferencia, de la Liga, y con un gran ataque", si bien intentará imponer su juego "siendo verticales, mirando quitarles el balón para sacarlos de su juego habitual y ponerlos nerviosos".
El preparador catalán se ha traído hasta Almería a los 25 jugadores que integran el plantel, si bien son bajas seguras Garmendia, Benja, Ion Vélez y Migue. El resto están disponibles, salvo las dudas hasta última hora por su estado físico de Jandro y Toni Moral. Con estas premisas, probablemente repita el once que derrotó al Barça B con la entrada de David García por Juncá.
Tampoco tiene prevista ninguna variación a priori en su alineación tipo de las últimas jornadas Javi Gracia, que si acaso irá dándole más minutos poco a poco al recuperado Jonathan, que entra en la lista junto a Chumbi del filial. Esteban estará bajo palos para mantener por segundo partido su portería a cero, con Gunino, Christian, Trujillo y Pellerano en la línea de zagueros.
Verza y Corona son fijos en el centro del campo, con Soriano en la mediapunta y tanto Aleix como Falque ejerciendo de puñales por bandas para servir balones al jugador más inspirado de la categoría, el pichichi hispano-brasileño Charles.
Algo más de un mes ha trasncurrido de la depresión tras la derrota en Murcia a la euforia contenida por la posibilidad de ascenso directo, circunstancia ahora posible gracias al punto de inflexión que supuso la victoria ante el Racing, con remontada incluida, y el haber encadenado por primera vez en todo el curso cuatro triunfos consecutivos, marca que quiere elevarse a cinco frente al Girona, al que ya se le derrotó en la ida (0-1).
Aquel encuentro, disputado el día de Reyes, fue otro de los puntos de cambio en la trayectoria de los almerienses, que habían pasado unas amargas vacaciones navideñas tras caer en casa ante el Alcorcón. En un partido muy igualado que llegó con empate a cero a la recta final, un cabezazo de Chumbi sirvió para lograr tres puntos que hoy se desvelan determinantes.
Pero no solo habrá espectáculo sobre el terreno de juego. La afición local se ha movilizado a lo largo de la semana para intentar darle color al encuentro. La primera medida fue pedir por las redes sociales que los vecinos de la capital engalanen sus balconadas con banderas rojiblancas, pero la iniciativa no queda ahí. Hoy mismo todos los seguidores están citados en los aparcamientos de Preferencia para compartir comida y recaudar fondos con la idea de hacer un desplazamiento masivo a Villarreal. Además, a las cuatro de la tarde un nutrido grupo de seguidores esperará la llegada del autobús rojiblanco para mostrarle su ánimo a los jugadores. Ayer, con motivo del último entrenamiento de la semana, ya un buen puñado de aficionados se acercó a la sesión preparatoria para alentar a los futbolistas.
Todo apoyo es válido en pro de un objetivo común como el retorno a Primera, de ahí que los mensajes en las últimas horas que emanan del vestuario van en el sentido de que equipo y afición sean una piña para intentar que el ambiente juegue en favor de los locales.
La consigna por parte de Gracia es clara, olvidarse del partido en Villarreal y centrarse al 100% durante 90 minutos en sacar adelante la confrontación ante el Girona para poder visitar El Madrigal dependiendo de sí mismos. Ya solo falta que el balón eche a rodar y a eso de las ocho de la tarde se certifique la posibilidad de vivir una última jornada de auténtico infarto.
Una piña en busca de subir a Primera
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