domingo, 17 de febrero de 2013

El Almería B de Francisco aprende a sufrir y Antonio Gómez no reconoce a su Albacete

Ambos técnicos coinciden en el momento de un cambio

Vídeos: ambos entrenadores coinciden en que la jugada del penalti y expulsión condiciona el partido 
ALMERÍA360 | PACO ALONSO 



Satisfecho por la constancia de que se trata de un triunfo importante, el míster rojiblanco siguió con su discurso de hombre de club y de la trascendencia de haber hecho un grupo compacto, una piña de jugadores dispuestos a sacrificarse por el bien común. Ensalzó el gesto de Chumbi, que se le ofreció para jugar a pesar de haber regresado de Guadalajara a altas horas de la madrugada, pero también el trabajo colectivo de todos los demás para mantener el marcador favorable a raíz en principio del penalti y de la estrategia después. Se supo sufrir y eso para un filial es mucho decir.
En relación a esa jugada polémica de la pena máxima y la consiguiente expulsión, sí reconoció que vino a modificar todo, pero recordó que los rojiblancos lo vivieron en primera persona precisamente ante el Albacete en la primera vuelta del campeonato. Le deseó a su exequipo, el que le dio la oportunidad de jugar en Primera División, toda la suerte del mundo una vez que ha pasado el enfrentamiento con él, reconociendo una vez más que se trata de un partido especial para él. Son muchos reencuentros, porque simplemente guarda muchos amigos en ese vestuario y en esa ciudad, que tan bien lo acogió.



Como es normal después de encajar una derrota, el míster albaceteño se mostró contrariado en la sala de prensa del Mediterráneo. Comenzó comentando que el penalti y la expulsión condicionaron el resto del partido, y sobre la decisión arbitral dio que la tendría que ver, porque si bien pudo haber inexperiencia de Carlos, sí que le comentaros sus hombres que la posición era escorada y no merecedora de tarjeta roja. De todos modos, su discurso fue de elogio hacia el Almería B, al que definió como un equipo muy dinámico al que le desea la promoción principalmente por su entrenador.
En el lado de autocrítica, no le dolieron prendas en cargar contra los suyos por la desaparición de lo que es habitualmente el Albacete durante 20 minutos fatídicos. Cree que no fueron ellos mismos, y encima la capacidad de haber empatado con uno menos se vio anulada por no saber defender una jugada a balón parado. La mala suerte también cuenta, en referencia a la última jugada del choque que supuso un balón al palo para haber empatado, eso después de que sus hombres se esforzaran al máximo. En ese sentido, nada que reprocharles
El Almería B de Francisco aprende a sufrir y Antonio Gómez no reconoce a su Albacete

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