REDACCIÓN | DIARIO DE ALMERÍA
El Almería arranca un punto en Los Pajaritos pese a las bajas y encadena el segundo empate consecutivo, con cuatro partidos ya sin encajar gol. Casquero envía un balón al travesaño en el 61'.
Cuando parecía que el equipo estaba adquiriendo por fin una identidad propia tras el triunfo en el Nuevo Colombino y el buen papel copero ante el Celta, los dos últimos empates cosechados frente a Mirandés y Numancia vuelven a sembrar dudas en el horizonte, no por la posición en la clasificación, que sigue siendo buena, sino porque no se atisbe un patrón de juego definido.
La igualada ante el Mirandés se hizo ayer mala con un empate en Los Pajaritos al que no se le pueden poner excesivas pegas teniendo en cuenta las bajas con las que viajaba el conjunto rojiblanco a Soria (Charles, Soriano, Corona, Pelle y Christian, cinco que han sido titulares), pero que tal vez con algo más de empuje bien podría haber sido una victoria.
La incógnita de quién sería el mediapunta la despejó Gracia decantándose por Carlos Calvo en esa labor, dando entrada a Aarón en la banda izquierda y relegando a Jonathan al banquillo pese a ser el jugador que mejor perfil daba para dicho puesto.
El experimento no terminó de funcionar, pues el madrileño careció de la profundidad y el pase necesario para jugar como enganche entre las bandas y Leo Ulloa. Y es que el Almería estuvo tan espeso en ataque como brillante en la faceta defensiva, donde ya acumula cuatro jornadas sin encajar un gol.
Al equipo no le hacen goles, pero también le cuesta marcarlos cada vez más y forzar a Ulloa no fue el remedio en Los Pajaritos, si bien el argentino se fajó con la zaga numantina e hizo una gran labor jugando de espaldas en los saques en largo de Esteban.
En el lado soriano tampoco estuvieron excesivamente inspirados en el aspecto ofensivo, buscando por lo común los centímetros de Juanjo, bien vigilado por Mejía y Trujillo, una pareja que conforme avanzan las jornadas se compenetra mejor.
La primera mitad contó con acercamientos al área por ambas partes, pero todos ellos carentes del peligro necesario como para calificarlos de ocasión de gol. Por el conjunto soriano anotar un disparo de Juanjo desde fuera del área en el primer minuto que Esteban despejaba a córner, un pase de la muerte de Julio Álvarez abortado por el pie con el meta asturiano y un cabezazo de Juanjo que obligó de nuevo a Esteban a meter la manopla para desviar a saque de esquina.
No mucho mejores fueron las oportunidades almerienses. Abrió el fuego al cuarto de hora Carlos Calvo con un buen pase en profundidad al que el meta Herrerín, atento, llegó antes por poco que Aleix Vidal. Luego Rafita, muy activo en las subidas por su banda, apuró la línea de fondo para ponérsela atrás a Verza, cuyo disparo detuvo abajo el arquero local. El último acercamiento en la primera mitad tuvo como protagonista a Raúl García, que disparaba obligando a Herrerín a meter una buena mano abajo.
El partido demandaba algún revulsivo durante el descanso para reactivar la segunda mitad tras un soporífero primer acto, pero solo Pablo Machín movía ficha a la vuelta de vestuarios dando entrada a una de sus últimas incorporaciones, Antonio Tomás, por un Nagore al que ya le va pesando la edad.
Gracia, por contra, optaba por una actitud más conservadora manteniendo el mismo once sobre el campo pese a contar con gente eléctrica en el banquillo como Jonathan, que bien podría haber cambiado el panorama del encuentro.
El juego en el centro del campo, sin un dominador claro aunque bastante controlado por parte del Numancia, predominó durante los compases iniciales del segundo acto, sin que ninguno de los contendientes se decidiera abiertamente a ir a por el partido, temiendo exponer demasiado y pensando ya en amarrar un punto por encima de perder los tres.
En ese estado de narcolpesia en el que había entrado el encuentro, con la gente refugiándose del frío en las gélidas gradas de Los Pajaritos, un chispazo de Javi Casquero estuvo cerca de haber cambiado el guión.
Discurría el minuto 61 cuando Aarón aprovechó su velocidad para montar una buena contra marchándose por el costado izquierdo. Al ver que la zaga local le cerraba el paso, recula y observa la llegada de Casquero al borde del área, por lo que le asiste y el madrileño arma la pierna para soltar uno de sus conocidos casquerazos, que terminaba siendo repelido por el larguero.
Fue la mejor y la única ocasión real de gol durante todo el encuentro. Animados por esa acción, el Almería apretó algo más el acelerador y una nueva subida de Rafita por su banda sirvió para dejar un buen pase atrás, donde Aarón pudo engatillarla bien, pero un rival desviaba la trayectoria del balón.
Viendo la tímida reacción de los unionistas, Machín recurrió de nuevo al banquillo para dar entrada a Cedric, que poco después de pisar el césped iba a tener la mejor ocasión para los sorianos en toda la segunda mitad. Fue tras desbordar a Rafita por su banda y sacar un disparo que Esteban lograba repeler.
A falta de cinco minutos para la conclusión Gracia se acordó de Jonathan aunque antes había dado entrada a Abel, ya con tiempo para muy poco. El empate final, sin ser malo, deja frío a un Almería que tras mejorar notablemente sus prestaciones defensivas ve cómo empieza a perder la pólvora a la hora de definir.
Ni marcan ni les marcan (0-0)
La buena letra también es importante
· Aunque Elche y Girona ganaron, el Almería sumó un muy trabajado punto que le mantiene como el principal perseguidor · Cuatro partidos consecutivos dejando la meta a cero, el mejor análisis posible
PABLO LAYNEZ / DIARIO DE ALMERÍA / ACTUALIZADO 19.11.2012
La buena letra también es importante
Numancia y Almería empatan sin goles

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