· En caso negativo, el central argentino no podría vestir de rojiblanco hasta enero en el mejor de los casos
PACO GREGORIO / DIARIO DE ALMERÍA
Barreto y su duplicidad contractual, la reclamación del Numancia por Juan Carlos Moreno, la servilleta de Goitom, el millón de euros al Cádiz por la plusvalía de Chico, el inválido carnet de entrenador de Zubeldía, la espantada de Bernardello y, ahora, el 'caso Pellerano'. Porque la noticia es que hay mar de fondo y el Almería amenaza con volver a convertirse en La casa de tócame Roque.
La Comisión Disciplinaria de la FIFA debe decidir entre hoy y mañana acerca de la inhabilitación de Hernán Pellerano por un defecto de forma en su transacción de regreso desde las filas del Newell's, donde jugó a préstamo.
El club está volcado en solventar el problema a través de la Federación Española tanto como en su día no percibió la que se le avecinaba. Y es que el propio futbolista, principal daminificado al fin y al cabo, confirmaba ayer las peores sospechas: "Si no ocurre habrá que buscar una alternativa, aunque seguimos confiando en que la Federación va a trabajar en ello y pueda solucionarlo. Si no, hasta enero no podría jugar y tres meses y medio sin jugar más el mes que llevo es complicado. Ojalá se resuelva, en mi cabeza y en la del club está eso, pero siempre hay que tener una segunda opción".
Pellerano, que entrena a diario sin saber si podrá estar ante el Hércules y ya se perdió el duelo contra la Ponferradina, piensa incluso en volver a salir cedido: "Podría seguir entrenando tres meses y medio acá sin jugar o buscar una cesión en un país o un equipo en el que pueda fichar para no estar parado ese tiempo, que creo es lo mejor tanto para mí como para el club para intentar volver a jugar en enero y estar bien físicamente, que es lo fundamental".
Con todo, lo peor del caso es que, visto lo visto, el jugador se declara pesimista al respecto: "Ya van dos semanas y se ha complicado un poco el tema. Lo sabía la semana pasada, pero no soy optimista porque cuando no puedes jugar un partido se hace complicado. Está en manos del club y la Federación, yo lo único que puedo hacer es entrenar y en mi cabeza está jugar contra el Hércules".
Implicado en la consecución del ascenso, motivo que lo llevó a continuar, un no de la FIFA supondría un mazazo para Pellerano, que confiesa andar alicaído: "El ánimo es de indecisión porque cuando uno no sabe si va a seguir o no en el club, como cuando me fui por el tema de la lesión, parece que estás entrenando al 100% pero no es así. Se ve que estoy en una nube porque en mi cabeza no entra que hasta enero no pueda jugar, aunque en el fútbol todo puede pasar y una equivocación te puede costar cara". El central matizaba que, una vez cometido el error, ya sea del club o la Federación, la clave es encontrar la solución. ¿Llegará hoy?
Hay 'caso Pellerano'
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