domingo, 30 de septiembre de 2012

Ganar en tiempos revueltos



La UD Almería, firme en el Estadio de los Juegos Mediterráneos, se mide a un Hércules sin respuestas y envuelto en muchas dificultades
JUANJO AGUILERA | IDEAL

Dice un proverbio ingles que «Un tropezón puede prevenir una caída». La UD, que ha sufrido tropiezos con algún buen resultado fuera de casa en la presente temporada, no quiere que esos tropezones en Barcelona, Sabadell o Ponferrada sean el aviso de una postrera caída. El conjunto rojiblanco, bien es cierto, anda en el Estadio de los Juegos Mediterráneos como un veterano ciclista con un triciclo, confiado y seguro de que el buen juego, con el viento de cola, garantiza triunfos. Tres van ya en otros tantos encuentros celebrados en casa en los que nadie ha sido capaz de ir a rebufo de los de Javi Gracia para tener opciones de meterse en el sprint a disputarle la victoria al final de la etapa.
Hoy, pese a todo, llega al Mediterráneo un veterano sprinter magullado de caídas inesperadas, de situaciones en las que líderes y gregarios se han peleado a cien metros de meta para dejar escapar la victoria de etapa. Lugo, Alcorcón, Elche o Villarreal se aprovecharon de esos despistes. Pero son sólo etapas con el viento en contra de una vuelta con muchos kilómetros y mucha montaña. Hoy, la UDquiere hacer la carrera a su gusto, como la ha hecho durante la mayoría de partidos de la Liga, sobre todo en su terreno, controlando para ‘puntuar’ en todos los hitos, pero sobre todo para ganar la carrera.
Sin novedades
Los mismos que el pasado fin de semana ‘tropezaron’ en El Toralín deberán evitar hoy ‘la caída’ en el Estadio de los Juegos Mediterráneos. Eso conlleva la alegría que supone tener entre los 18 a Marcelo Silva y el infortunio de no poder contar –por lo que dijo el viernes Javi Gracia– con Pellerano. La del argentino «es la ausencia de algo más que un jugador», por lo que da de compromiso y lo que impide con su juego para el equipo. Pero cuando se confeccionó la plantilla se hizo con los hombres justos para no tener problemas en caso de sanciones, lesiones o contratiempos. El de ahora hay que afrontarlo con lo que hay. Eso implica que frente al Hércules podrían repetir los mismos que la pasada semana empataban en El Toralín, aunque también puede producirse alguna novedad. Lo que está claro es que en defensa no surgirán cambios.
La intención, que duda cabe, es la de ganar el partido. Sin mirar de reojo al final, por si la vista distrae el objetivo. El del ascenso pasa primero por la permanencia y los puntos de esta cita la acercan ante un rival que, clasificación en mano, lucha de momento por el mismo objetivo, si bien es cierto que en cuanto mejoren las cosas será un duro ‘contrincante’ para el ‘segundo’, que en Segunda División no es otro que el ascenso a la Liga de las Estrellas.
Los rojiblancos tienen a favor lo del ‘río revuelto’ –no bajan demasiado claras las aguas por Alicante– y la solidez mostrada en casa, en la que los de Javi Gracia han ganado sus tres compromisos encajando sólo un gol, frente al Xerez, en el primer partido de la serie. Posteriormente, ni Real Madrid-Castilla ni Guadalajara, por supuesto, llegaron a inquietar en el global, si bien hubo fases, coincidentes en ambos compromisos, en las que los rivales pudieron adelantarse. Una vez conseguido el gol, los almerienses fueron dueños y señores de los partidos. Los rojiblancos han marcado en esa fase siete goles, los mismos que a domicilio. Si bien, el cuadro almeriense se muestra más sólido en el Mediterráneo que en sus desplazamientos. Y hay que hacer alusión a eso porque los de Javi Gracia han encajado nueve de esos diez goles, dejando ‘secuelas’ de una imagen que no llega a ser la propia para un equipo que está en la cabeza de la tabla. De todas formas, los cuatro puntos conquistados le permiten estar a tiro de piedra de quienes, a día de hoy, ascenderían a la Liga de las Estrellas.
Mantener esa imagen de los partidos de casa, es un objetivo a largo plazo, con puntos concretos cada fin de semana que se juega en casa. El handicap puede ser el terreno de juego, que no mejora y que puede impedir que ese fútbol de toque y control que ejerce la UD Almería se vea impedido por la irregularidad de la superficie en la que se dispute el encuentro, aunque el agua caída en los dos últimos días haya podido ‘mejorar’ la ‘enfermedad’ del césped.
La imagen
De todas formas, ése es un factor secundario. Lo importante es la imagen y ésta, a tenor de lo visto en los entrenamientos, no ofrece duda de la implicación de los jugadores con las ‘teorías’ de Gracia. Entrenamientos intensos en los que no ha dado pistas sobre un posible once, si bien la forma de actuar de los partidos en casa y de las mejores fases del juego fuera hacen pensar en pocos cambios, incluso con el equipo que jugó en El Toralín, la pasada semana. Tal vez la posible novedad sea la de ver en acción, juntos y desde el inicio, a Charles y Ulloa. Lo que sí parece claro es que hay plaza fija para diez y que la otra tiene a Charles y alguno más disputándosela.
Está claro que Gracia tiene un once tipo que funciona y que, por tanto, no está acogido a muchos cambios. Ya lo dijo el navarro hace semanas. Por eso, todo apunta a un equipo con Esteban bajo palos, con Adrián Gunino, Trujillo, Álvaro Mejía y Christian, en defensa.
Está claro que el rendimiento de jugadores como Verza y Casquero les convierten en seguros para la posición de mediocentros, que tendrán la ayuda de Soriano, en el enganche.
Las dudas están con los otros tres de arriba. La convocatoria permite mantener el once de la pasada semana, aunque ha habido, con respecto al partido de Ponferrada, ‘toques de atención’ que pueden observarse y que permiten pensar en algún cambio. Sería, de todas formas, mantener los tres de atrás pero con diferentes ‘fichas’. Ahí podría aparecer Charles por la izquierda y pasar a Aarón Ñíguez a la derecha, lo que provocaría la salida de Aleix Vidal del equipo. El de Valls no está cerca de ser el jugador eléctrico que explotó el pasado año. En el partido en tierras bercianas participó poco en la segunda parte, apenas diez minutos, tras los que fue cambiado.
Los problemas
Los rojiblancos reciben a un rival que ha perdido cinco partidos de los que tres fueron por la mínima y el último, frente al Barça B, fue el más claro pero en el que más tarde encajó los goles –entre el 72 y el 90–. Pero el Hércules es un rival con secuelas de su paso por Primera, con jugadores con calidad y potencial, que puede despertar en cualquier momento, pero que está inmerso en un inicio de campaña con demasiadas turbulencias para tener la cabeza sólo y exclusivamente en el fútbol, aprovechables para los rojiblancos.
Esas turbulencias hacen que Mandiá, destituido por el club y ‘aguantado’ por el administrador, imponga sus criterios de inicio de temporada y no cuente con Diego Rivas. De todas formas, las ausencias de Juanra, Sergio y Braulio –no por posición, sí por número de efectivos– podrían mantenerlo en un equipo con un patrón definido de principio. Sólo cambios ‘esporádicos’. Por obligación juega ahora Portillo y no lo hace Braulio, o por devoción, con Pere y no con Diego Rivas.
Ganar en tiempos revueltos - Unión Deportiva Almería S.A.D.

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