JUANJO AGUILERA jjaguilera@ideal.es | IDEAL ALMERÍA
El capitán almeriense Jose Ortiz Bernal se despidió ayer de la UD Almería tras quince años de militancia en el equipo almeriense que son casi una eternidad, aunque él no lo piense así. Al menos, en su discurso de despedida, pronunciado un día antes de que expirara su último contrato con la UD, dejó bien claro que «nadie es eterno, sólo son eternos el club y la afición», señalaba.
La despedida la hizo acompañado por José Juan Bonillo, consejero delegado de la entidad, y Juan José Alonso, concejal de Deportes, y rodeado de los suyos, familiares y representantes de la afición, aliada cada domingo para que el nombre de Ortiz Bernal convirtiera el estadio en un clamor cada vez que salía a calentar. No habló de reproches, aunque seguramente los tenga, no valoró que no fuese el presidente quien le 'despidiera', pero sí valoró como una gran experiencia su estancia en un club cuyos cimientos llevan su nombre. «Si no está aquí tendrá razones de fuerza mayor y no pasa nada. Estoy rodeado de miembros de la directiva que son importantes para mí. Todos son importantes y no pasa nada. Con Alfonso hemos tenido siempre una buena relación y si no está él está Pepe Bonillo que para mí es más que suficiente», advertía. El consejero delegado de la UD habló de tristeza y orgullo al tener que calificar la jornada. «Hoy -por ayer- es un día de tristeza y a la misma vez de orgullo para todos nosotros. De tristeza porque una persona, un futbolista, un deportista, un amigo que ha estado quince años en este club va a dejar de estarlo de forma activa, como deportista, y un orgullo también por esa misma circunstancia. Y es que un almeriense durante quince años ha estado en un equipo como el Almería, ha estado cuatro años en Primera División con el Almería y todo el tiempo que he estado en este club Jose Ortiz ha estado a nuestro lado y echando una mano importante siempre al club, tanto deportiva como personal y humanamente».
Gracias
Ortiz Bernal se marchó ayer de la entidad almeriense dando las gracias, recíprocas de parte de los presentes, que no dudaron en aplaudir la intervención del jugador con más historia del fútbol almeriense, si hay que ceñirse a la consecución de logros con los colores rojiblancos. Inigualables cuatro años de militancia en Primera División, semifinalista de Copa y, aunque con detractores que un día le tacharon de jugador de un nivel futbolístico inferior a Preferente, ha hecho historia y casi magia para convertir a algunos de esos 'críticos' en casi 'costaleros' que portaron su figura.
Repasó su trayectoria y basó su 'discurso' en el agradecimiento, con mirada especial hacia su familia. «A todos ellos y a los que ya no están con nosotros, y sobre todo mi madre, la luz que nos guía cada uno de nuestros días. Habéis sido mi estímulo y me habéis dado fuerza para seguir luchando día a día. Gracias a todos por ayudarme a seguir adelante y sobre todo en los malos momentos apoyando y respetando mis decisiones. Sin vosotros nada de esto sería posible», comentaba.
El almeriense, en su despedida, destacó la figura de Juan Rojas, cuya camiseta con el 7 portó el día del ascenso a Primera. «Desde aquí y a lo mejor no es el momento, pido a las autoridades a las que les corresponda que tenga el homenaje que se merece y que tanto persiguen los familiares y amigos de este genial futbolista y sobre todo gran persona. Desde aquí va mi homenaje y nunca te olvidaremos», comentó.
Jose Ortiz Bernal ha escrito su historia en la UD Almería, de la que se va recordando una frase de Paco Flores. «La decía antes de acabar sus charlas previas antes de los partidos. Decía que sólo ánimo y sin reproches, cabeza alta y conciencia tranquila. Me voy agradecido, sin ningún tipo de reproche y con la cabeza alta y la conciencia tranquila».
El futuro
El ya exjugador de la UD Almería no desveló su futuro, ni tan siquiera a lo que se dedicará cuando acabe su carrera futbolística. Dejó claro que quiere seguir jugando, que se ve con opciones para hacerlo. «Mi pensamiento es seguir jugando. Me he encontrado bien durante el año, entrenando. En los últimos partidos me encontré bien y quiero seguir jugando. El club ha dejado las puertas abiertas, cosa que agradezco y en esas estamos. Estamos esperando confección de plantillas y si viene alguna oferta...», comentaba el almeriense.
De momento, son cosas en manos de su representante. «Es él el que se encarga de eso y me imagino que habrá tenido contactos, pero todavía no hay nada firme», apuntaba.
Con el momento que atraviesa el fútbol no se pone listón a la hora de jugar, incluso valoró la posibilidad de hacerlo en un equipo de Segunda División B. «No lo sé. Todo dependerá de cómo se desarrollen los acontecimientos en estos días y estas semanas. Vamos a ver cómo se desarrolla todo, pero por ahora no hay que descartar nada», dijo.
No ve en el horizonte el partido homenaje ni el cargo en el que estaría en la UD cuando acabe su trabajo. «Esto es nuevo para mí, pero entiendo que en un partido homenaje me encantaría estar en el césped y recibir el cariño de la afición. De hecho, si encuentro equipo no es lógico hacerlo mientras esté en activo. Me gustaría, si se produce, que fuera una vez que me retire. Ya se hablaría y se vería el cómo, el cuándo y con quién, porque el dónde se sabe», señalaba.
Es un pensamiento similar al que expresa cuando se le pregunta por la posibilidad de estar en un banquillo o en un área determinada dentro del club. «Ahora mismo no lo sé. Es pronto. Me acabo de sacar el segundo nivel del título de entrenador, me encanta la cantera, trabajar con los niños, con el futuro, y en un futuro todo se verá. Ahora mismo es pronto para saber si en una parcela u otra. Me estoy espiando como jugador del Almería, quiero seguir jugando durante al menos un año o dos, me encuentro con fuerzas y con muchas ganas. Pensar en qué parcela o área no sé. En un principio no me veo entrenando, pero eso lo tiene que dar la trayectoria, que empiece trabajando con los chavales y vaya poco a poco haciéndose un nombre en ese mundo, que es muy difícil, pero sí digo que me gustaría seguir jugando, cosa que a lo mejor sale o no equipo para poder seguir haciendo lo que más me gusta, que es ser futbolista», manifestaba.
Una vida de rojiblanco
Llegó a la UD Almería cuando apenas era un niño y se va con casi 35 años -los cumplirá el 4 de agosto- y más de 300 partidos con una camiseta que deja muchos recuerdos. El más importante, sin lugar a dudas, el ascenso a Primera División, porque significa mucho más que el simple salto de categoría. «Ese ascenso marcó mucho, no sólo a mí, sino a todos los que estamos aquí y a los almerienses. Fue algo histórico, después de tantos años en Primera División, algo único y que a lo mejor se vuelve a repetir. Ojalá que así sea y el Almería vuelva pronto a Primera, pero como aquel ascenso, será importante también, pero aquel fue algo muy grande y en mi carrera deportiva ha sido un día muy grande junto con otros».
De hecho, hacía alusión a lo que supuso la llegada de Paco Flores. Cuando lo hizo, el descenso sobrevolaba el Estadio de los Juegos Mediterráneos y la presencia del técnico catalán dio un giro al fútbol profesional en Almería. «Paco Flores llegó al Almería en una época en la que estábamos casi descendidos y siempre he dicho que a partir de Paco Flores hay un antes y un después en el Almería, también para mí. En ese sentido, pasé de estar en la grada a jugar todos los partidos y ha sido el entrenador que más confianza me ha dado en mi carrera deportiva. Para mí, no sólo Paco Flores, sino que con la llegada de él se formó una base, algunos están todavía, y ha sido la base de tantos años y tantos éxitos en el Almería», reconocía.
Son muchos los recuerdos de 15 años de trayectoria en el club de su ciudad. Y tres quinquenios dan para mucho, sobre todo para hablar de recuerdos imborrables. «Estaba pensando en mi familia, en toda mi etapa en el Almería, en Juan Rojas y en toda la afición en general. Ha sido un cariño enorme hacia mí», se sinceraba.
Y es que, sin lugar a dudas, Ortiz Bernal es al Almería casi como el escudo. No se puede entender sin el almeriense en su estructura. Único jugador que ha conseguido el salto que supone jugar en todas las categorías, desde la Primera Regional a la Primera División. Aún así, le quedan cosas por cumplir, sueños que no ha realizado, pero también otros que sí ha cumplido. «Lógicamente, uno se pone metas, se pone objetivos. Estar siempre estancado no es bueno. Siempre es bueno mejorar, ponerse objetivos ambiciosos y, lógicamente, en el Almería qué duda cabe que me hubiera gustado. Llegar a una semifinal de la Copa del Rey fue algo histórico, faltó ese pequeño paso para llegar a la final, y llevar el nombre de Almería por competiciones europeas. Hubiera sido algo histórico para Almería y algo bonito. Siempre se trata de tener objetivos ambiciosos y yo siempre los he tenido», confirmaba.
Un emblema
Su marcha es, seguramente, un hasta luego porque Ortiz Bernal deja de jugar, pero su nombre, su imagen será perenne, porque los recuerdos no se borran. Ni los recuerdos ni lo que ha 'dejado escrito'. Bonillo, que acompañó al zapillense en este amargo trago, no dudó en asegurar que Ortiz seguirá paseándose con el Almería. Su imagen en el autobús seguirá siendo el emblema. «De momento, mientras Jose no diga otra cosa... Aunque no pertenezca a la UD en la faceta deportiva, el Almería sí que quiere contar con su presencia al nivel que él y cuando él quiera. Si él no dice lo contrario, el autobús seguirá llevando a Jose Ortiz», explicaba.
El almeriense, que bromeó con acciones legales, no dudó tampoco en tender la mano. «Como siempre, para mí es un orgullo estar ahí. Por mí no hay ningún problema».
Y si no lo hay, aquella celebración del gol pasará a la eternidad.
Ortiz Bernal: «Nadie es eterno, sólo son eternos el club y la afición» :: IDEAL
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