· El de General Roca no marcaba desde la llegada al banquillo de Vigo
PACO GREGORIO / DIARIO DE ALMERÍA
Leo Ulloa aventaja en una decena de goles a sus principales perseguidores en la carrera por el pichichi, el céltico Iago Aspas y el pucelano Javi Guerra, ambos con quince dianas por las veinticinco del argentino, pero el de General Roca no veía puerta desde que lo hiciera ante el Xerez, curiosamente coincidiendo con la llegada al banquillo de Esteban Vigo.
Su tanto ante el Deportivo de la Coruña le vale por tanto para recuperar el olfato perdido, mantener al equipo en el play off de ascenso y volver a reivindicarse, esta vez con el malagueño en el banquillo.
El gesto de rabia en su posterior celebración delataba las ganas que tenía el Ciclón en volver a perforar la portería rival, si bien al término del encuentro quiso poner el foco en el buen trabajo defensivo desarrollado por el plantel tras las críticas recibidas por el despiste en Cartagena: "Creo que el equipo estuvo muy sólido y la defensa bien, además de ganar mantuvimos la portería a cero, que era importantísimo".
El conjunto rojiblanco le tiene el golaverage ganado o igualado a todos sus adversarios de la zona alta de la tabla (Deportivo, Valladolid, Celta y Córdoba) a falta de medirse el próximo sábado con el Hércules y de recibir en el Mediterráneo al Alcorcón.
En el Rico Pérez espera Ulloa que el equipo confirme la mejoría experimentada ante los coruñeses: "A partir de ahora esperamos levantarnos y que contra el Hércules hagamos lo mismo, estando serios atrás y llegar adelante marcando para prolongar la racha buena, ya que hemos cortado la mala".
Es Ulloa un '9' completo como pocos en la categoría de plata: sabe fabricarse los goles tanto como culminarlos, con el añadido de su infatigable trabajo en labores defensivas, tarea que lo desgasta a veces más de lo necesario, tal y como pudo verse en el duelo ante el Deportivo.
El ariete solicitó el cambio al banquillo al encontrarse agotado físicamente: "Estoy contento y alegre por poder convertir, terminé bastante extenuado, pero contento por la labor del equipo al ganar y estar espectacular en defensa. Se me subieron los isquios del esfuerzo y el cansancio, pero no es nada grave".
A su felicidad se sumó la de su compañero Aarón Ñíguez, autor del segundo tanto, que festejó señalando al escudo: "Me siento muy a gusto y los compañeros se han alegrado por mí. Eso es gratificante porque me llevo bien con ellos y estoy muy a gusto en Almería. Lo que más quiero es devolver ese cariño y ese recibimiento del principio. Es un trabajo diario y espero que lleguen más goles".
El ilicitano admitía que el cambio de banquillo le beneficia: "Con la entrada del nuevo míster me siento con más confianza y me da mucha moral este gol, hay que seguir trabajando para que el equipo al final consiga su meta".
Ulloa vuelve por sus fueros
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