Manzano le gana un balón de cabeza al unionero Aller
La expulsión de Manolín, con 2-0 en el marcador, desquicia a los murcianos
PLR / LA UNIÓN | DIARIO DE ALMERÍA
Francisco tuvo que ponerse en sus trece para no volverse con el rabo entre las piernas de La Unión. Los rojiblancos, cuando peor lo tenían, espabilaron y supieron levantar un match-ball que les hubiese complicado mucho la vida de cara a la segunda vuelta. Sin embargo, la reprimenda del técnico almeriense surgió efecto y permitió que la lógica imperase: el filial impuso su calidad y paso por encima de un rival débil, sin calidad y que se hunde más.
Parte de la culpa de la remontada la tuvo también la expulsión de Manolín. El murciano había sido un quebradero de cabeza para los rojiblancos y el autor de los dos tantos locales. La defensa, que al final no fue tan de circunstancias porque Lillo pudo actuar en el lateral derecho, hizo aguas pasada la media hora y permitió que La Unión soñase con los tres puntos gracias al 2-0 con el se marcharon ambos equipos a los vestuarios.
Ahí Francisco elevó el tono de voz y corrigió su fallo inicial: sacó al campo a Abel e Iriarte, dos jugadores cuya calidad es determinante en los partidos. Y poco a poco el filial comenzó a jugar. No es que lo estuviese haciendo mal durante la primera parte, pero estaba mostrando una faceta endeble impropia de un equipo de Segunda División B. En diez minutos, doce para ser más exactos, los rojiblancos pasaron encima de los unioneros como un torbellino.
Jonathan, Cristóbal, Azeez, algo más activo en los últimos partidos, y Pallarés firmaron los cuatro goles que le dan al Almería B cierta tranquilidad. Cierta porque no es normal que un equipo se ponga las pilas después de haber tirado cuarenta y cinco minutos por la borda y menos ante uno de los conjuntos más flojos de la categoría. A ver el domingo que viene qué ocurre en Melilla.
La reprimenda del descanso espabila al filial
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