Esteban: "Cuando vine a firmar tuve que poner el nombre de la ciudad en el GPS"

Catorce temporadas como profesional le contemplan en la élite del fútbol español. Atlético de Madrid, Sevilla, Celta y ahora Almería. 429 partidos, 550 goles encajados y ni una sola falta en un entrenamiento
PABLO LAYNEZ / DIARIO DE ALMERÍA

-Llegó en el verano de 2008 supuestamente para un año y está cumpiendo su cuarta campaña.

-Cuando vine, en mi fuero interno no era para un año, sino para más tiempo, pero sabía que el club quería conocerme. Al final de la carrera, uno hace un balance y creo que venir a Almería fue todo un acierto.

-Todo cuesta en esta vida, pero la portería hoy es suya.

-Sí, si te ciñes sólo al domingo porque es cuando te juzga la gente. Pero cuando durante la semana entrenas a gusto, en unas condiciones óptimas, con buenos campos, eres feliz. Si después juegas el domingo, eres un poco más feliz; si no, también estás contento. En los tres años en Primera hubo cosas muy buenas y si el entrenador decidió que jugase el otro portero, asumirlo y punto.

-¿Cómo es la Almería que le ha acogido?

-No conocía nada. La primera vez que viene Almería viajé de madrugada y tuve que poner el nombre de la ciudad en el GPS. Me apetecía salir de Vigo, donde había sido una temporada tormentosa en el aspecto deportivo y económico. Era una oportunidad de reciclarse, empezar de cero y me acogieron sensacional. Y no sólo a mí porque yo arrastro una familia. Si ellos están contentos, yo mucho más.

-¿El fútbol actual es empresa o romanticismo?

-Son las dos cosas. El grado de romanticismo decrece cuando crece el empresarial. Hace quince o veinte año, era más romanticismo; ahora es más empresarial. Esto va paralelo a cómo va la vida. Así vemos las leyes concursales, equipos que no pagan... Se ha perdido ese cariño por tener que fichar sí o sí. Tengo diez y me gasto veinte para estar ahí, pero cuando te equivocas y no estás en Primera, vienen las catástrofes.

-¿Es el fútbol que usted se imaginaba cuando era canterano?

-Es muy distinto verlo como espectador a por dentro. Cuando vas a un club donde el vestuario es sano y cariñoso, como me pasó aquí, en Sevilla con Pablo Alfaro, Javi Navarro y compañía, es el fútbol que imaginas, idóneo. Cuando hay leyes concursales y otros problemas, no es tan bonito.

-Oviedo, Logroñés, Compostela, Salamanca... qué pena.

-Yo he visto al Oviedo en directo y por eso el año pasado decía que tenemos que valorar lo que tenemíamos en Primera. Ahora lo reitero porque tenemos que valorar incluso la Segunda. Oviedo demanda volver a la élite con diez mil socios, el Compos no tiene ni fútbol profesional, Logroño apurado para no bajar... ¡Lo que daría esa gente por estar donde el Almería, pagaría incluso por ello!

-Un carballón de pro como usted nunca se ha enfrentado al Oviedo. ¿Qué cree que sentiría?

-Sinceramente, no me gustaría. Desde que me fui del Oviedo no he vuelto a pisar el Tartiere. Cuando me fui me hice una promesa de que la próxima vez que pise ese césped será como jugador del Oviedo. La circunstancia es que no hemos coincidido ni en Copa ni en Liga, porque lamentablemente han estado en Segunda B y Tercera. No sé qué se sentiría. Es mi casa, gracias a ese club soy futbolista, vivo de esto. Sí me gustaría que mi último partido como profesional fuese en el Oviedo.

-Usted en Segunda y el Zaragoza en Primera. ¡Qué rabia!

-Pero no sólo el Zaragoza. Con nosotros en Segunda están compitiendo equipos que deben tres y cuatro meses a los futbolistas y van arriba. En Primera hay conjuntos que se han acogido a la ley concursal y dejan contratos sin pagar. Rabia, impotencia, pero también orgullo. Podríamos ir a cualquiera de esos sitios y decir: "Estoy en Segunda, pero soy honrado". La culpa es de quien les permite seguir compitiendo. Pienso que si en Primera tiene que haber equipos como Almería, Alcorcón o Getafe, equipos que no tienen la plantilla que les gustaría, pero que van al día, haría que los demás cumplieran.

-¿Duele bajar a Segunda y reducirse el sueldo a la mitad?

-Es realista, más que doloroso. O eso para que el club haga todo lo posible y más para que te paguen, o no bajártelo y recibir cantidades ínfimas como me contó algún futbolista del Zaragoza. En la vida en general, no puedes ni elegir trabajo. Nosotros lo tenemos en Segunda y cobramos. Es lo justo y lo normal. Si hay que apretarse el cinturón, nadie protesta.

-¿Por qué no más internacionalidades con España?

-El año que fui a la Selección, el equipo encaja muchos goles y termina descendiendo. Pero más que por qué no más, qué suerte por haber ido. Todo el mundo me dice que qué mala suerte por no haber debutado. Ni mucho menos, qué suerte por haber estado en ese grupo, haber ido cinco veces para ayudar a mi país a ir al Mundial de Corea. Puedo contarlo porque lo viví, la mayoría de futbolistas nunca han ido.

-Según los guiñoles franceses, me imagino que se dopa.

-En mi vida me he tomado nada. Me cuesta tomarme una aspirina, creo más en lo natural. De todas maneras, el fútbol no es un deporte sólo de físico, sino de técnica, intuición, habilidad... España ahora está en la cabeza de todos los deportes y esto genera corrientes de opinión favorables y desfavorables. Son gestos más de envidia que de otra cosa.

-El secreto para no haberse perdido nunca un entrenamiento.

-Hay muchos factores. Primero la salud que te responda, pero cuando tienes un resfriado, apretar un poco los dientes. Luego está también el componente suerte, el descanso y la buena alimentación. Creo en la gasolina para que el cuerpo funcione.

-Qatar, Emiratos Árabes... ¿Llama la atención los petrodólares?

-No mucho. Me llama más Inglaterra, un país de habla inglesa. De ahí podría sacar otra cultura futbolística, un idioma... Pero nunca me ha surgido la posibilidad y en España somos unos privilegiados por cómo se vive y por el fútbol. Todo el mundo demanda vivir.

-¿Hace daño el estilo del Barcelona a los equipos humildes?

-Entre bromas, hace mucho daño porque juega muy bien. Pero para nada. Es un orgullo ver a un equipo español levantando títulos, que el himo de España suene en Europa... Antes ibas a Eurocopas y te ganaban, ahora vas a un Mundial y les ganas. Los equipos modestos tenemos otras armas y lo ideal es saber aplicarlas. El Almería tiene que jugar como lo hacen Esteban, Soriano, Corona...
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