Aleix, que vino para jugar con el filial, vive «un final de año muy bueno para mí»
JUANJO AGUILERA | IDEAL ALMERÍA
Aleix Vidal es la sensación del equipo almeriense. Si a principios de la presente temporada se hubiese dado su nombre como el jugador más destacado, seguro que muy pocos hubiesen acertado. Lo cierto es que el de Valls ha estado presente en los 18 partidos de Liga como titular, sólo superado en número de minutos por el cancerbero Esteban, que disputó íntegros los 18 encuentros. Por eso, se podría decir que al catalán la vida le va de perlas. «La verdad es que es un final de año muy bueno para mí», explicaba ayer.
Pero el polivalente extremo rojiblanco no para ahí. Desea más cosas. Otros paisanos como Albert Crusat o Bruno Saltor llegaron siendo de Segunda B y terminaron esa temporada ascendiendo. «Vine aquí para jugar en el filial, jugar en Segunda División y tener un ascenso pienso que ahora mismo no me podría pasar nada mejor», explicaba. Ahora, es consciente de que vienen meses de 'turbulencias' en los que habrá que ganar para no 'bajarse' del tren del ascenso.
Buenas vibraciones
La vuelta, tras la semana de vacaciones, ha supuesto sensaciones agradables. Ya dijo el jueves Paco Imbernón que la plantilla llegó en muy buen estado. «La verdad es que el equipo se ha portado bastante bien y, de hecho, se ve en los entrenos que parece que no hayamos tenido vacaciones», señalaba. Y es que, en el aspecto individual, el que concierne a Aleix, éste no es 'amigo' de mazapanes y turrones. «Aparte de que no soy de comer de esas cosas, pero si un año te comes un par de ellos tampoco pasará nada. Lo importante es ir a ver la familia, estar bien con ellos y lo demás es menos importante».
No teme por que esta semana de asueto afecta al ritmo de competición de un equipo que acaba 2011 con buena imagen. «Es lo que te digo. A pesar de la semana que hemos tenido de vacaciones, en los entrenos se ve que no haya habido descanso. Veremos cómo se refleja eso en los partidos, que esperemos que sigamos como en los últimos días del año», deseaba.
En este espacio de tiempo, las indicaciones hechas advertían que no había que pensar en el fútbol, pero el balón siempre está por ahí. «Hemos tenido momentos, pero siempre esas vacaciones se aprovechan para estar con la familia y olvidarte de estos temas, pero nunca olvidarlos del todo», comentaba. Añadía que «es difícil olvidarse porque en mi caso hablo cosas con mi padre e intentamos solucionar las cosas que no van tan bien, porque lo que está bien no hace falta rectificarlo, pero las que van mal siempre es bueno hablarlas y que queden todas claras».
Con su padre, ha aprovechado para pulir lo que no ha funcionado. Por ejemplo y se podría decir que lo único, la falta de acierto en los metros finales. «Son momentos del partido que son esos segundos que tienes que pensar en otras cosas y esperemos que todo funciones y vaya bien».
Un año de lujo
Son aspectos individuales que se 'arreglan' con los resultados. Éstos, a nivel colectivo y, sobre todo, individual, le dan motivos para estar contento. Vino para estar en el filial y ahora es el jugador de campo que más minutos ha estado con el primer equipo. «La verdad es que es un final de año muy bueno para mí. Esperemos que el próximo año, en cuanto a lo futbolístico, sea igual o mejor, si puede ser», reconocía.
2012 llega y la intención es seguir subiendo peldaños. El ascenso está en el horizonte. «Está claro que pensamos en el ascenso, pero aún queda mucho. Estos dos meses que vienen son muy importantes porque ya se verá definitivamente los que están por arriba y los que estarán por abajo. Hay que ir poco a poco, pero nunca dejar de pensar en el ascenso», señalaba.
En ese periodo del que habla el catalán hay muchas cosas que decidir. Por lo pronto, habrá enfrentamientos con equipos que están por debajo y, posteriormente y casi de 'sopetón', todos los de arriba. «Estos dos meses que vienen tenemos que seguir en la línea que estábamos antes de irnos de vacaciones y sacar los máximos puntos posibles. Tampoco quiere decir nada que juguemos contra los de arriba, que se ha visto que podemos enfrentarnos bien a todos», matizaba.
El ídolo pone los pies en el suelo. Acepta el apelativo como broma, pero sólo trata de ayudar, de poner su granito de arena. «Siempre es la broma y cuando quieren hacérmelo me lo dicen, pero no tanto como antes. Yo estoy contento con lo que aporto y ayudo a ellos», concluía.
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