PACO GREGORIO / DIARIO DE ALMERÍA
Mientras Luis Zubeldía 'el Breve' se lame las heridas de su fichaje frustrado por la UD Almería recibiendo el ofrecimiento del Nacional de Montevideo para sentarse en su banquillo, Alfonso García medita mucho a quién sentar en el rojiblanco para evitar otro fiasco. El club no quiere prisas, pero tampoco puede haber pausa con la pretemporada a la vuelta de la esquina.
Hasta media docena de nombres han saltado a la palestra mediática desde que se conociera el dictamen del Comité Nacional de Entrenadores: Bordalás, Alcaraz, Pizzi, Abel Resino, Boquerón Esteban e incluso Martín Lasarte se han postulado de una u otra forma para dirigir al cuadro unionista, pero como en todo lo que atañe al club, es Alfonso García quien tiene la última palabra.
El presidente acumula varias malas experiencias con los entrenadores y suele desconfiar de varios perfiles, sobre todo de quienes pretenden imponerle jugadores porque, ya se sabe, quien hace y deshace es él y nadie más que él.
Por eso se antoja variopinta la lista de futuribles, donde tienen cabida desde preparadores de corte ultradefensivo como Alcaraz a otros más atacantes como Esteban Vigo pasando por inexpertos en la Liga Adelante como el hispano-argentino Pizzi (no evidentemente en su etapa como jugador) u otros que conocen la categoría bastante, tal es el caso de Bordalás, Abel y Lasarte al frente de Elche, Valladolid y Real Sociedad, respectivamente.
En estos casos Alfonso García suele sorprender sacándose un conejo de la chistera y eso es lo que podría suceder nuevamente, que finalmente llegue el 'tapado' de turno a ocupar la vacante dejada por Olabe primero y Zubeldía después.
Un puzzle roto que el máximo mandatario debe recomponer cuanto antes para no terminar de hipotecar el precioso margen que le dio el saberse de Segunda antes que nadie. Apunten un dato, joven o viejo, al final vendrá el más barato de todos.
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