UD ALMERÍA | El Acta de Vivancos
Rubi rectificó en su día y todo cambió, aún así el técnico catalán quiso ante el Albacete echarle un pulso a la lógica y el equilibrio se deshizo como un azucarillo en el Carlos Belmonte
Maximiano facilita la labor al rival cuando se le encara en solitario, algo que para el autor del artículo es de 1º de EGB futbolística / UDA
Ramón Gómez Vivancos-García
26 de enero 2025
Almería/Rubi rectificó en su día y todo cambió. Aun así, el técnico catalán ha querido ante el Albacete echarle un pulso a la lógica y, como no podía ser de otra manera, lo ha perdido. El equilibrio que se había encontrado antaño se deshizo como un azucarillo en el Carlos Belmonte. Y como una cosa es consecuencia de la otra, se sacó a relucir lo peor de Lopy y de gran parte del once inicial, del cual se cayó ese centrocampista diestro que estaba siendo sido clave para desconcertar a los contrarios y que otorgaba cierta simetría.
A veces esa tarea la cumplía Pozo y otras Arnau, haciendo la doble y trascendental función de ayudar al centro del campo y de desbordar en transiciones ofensivas por esa zona. Si además, con dicha ausencia liberas el área de influencia del mejor jugador de largo de tu adversario, el suicidio futbolístico de libro se mascaba. Y así fue. De hecho, aparte del empuje inicial de la segunda mitad, la entrada de Arnau como podía haber sido la de Pozo, estranguló al contrario, que al final tuvo la misma suerte de conservar la victoria, como la que tuvo el Almería de irse al descanso con sólo un tanto encajado.
En este caso, no percibí en las declaraciones de Rubi en la rueda de prensa posterior al choque un mea culpa sobre lo expuesto. No sólo no se defendió a Morcillo como se debía, sino que aparte de renunciar al látigo ofensivo de la banda derecha también se renunció al de la banda izquierda cuando por sorpresa suele irrumpir Bruno Langa. En resumidas cuentas, una serie de despropósitos que convirtieron a tu rival en un conjunto más fuerte de lo que es y que minimiza tu propio potencial sobremanera.
Ni siquiera teniendo a Luis Suárez sobre el terreno de juego, se puede solucionar el desbarajuste que imitaba al que nos llevó a estar en puestos de descenso durante las primeras jornadas de la presente campaña. Luego vienen las apreciaciones individuales, como la del primer gol del Albacete. De nuevo Maximiano facilitando la labor al rival cuando se le encara en solitario. Supongo que los preparadores de porteros le habrán insistido al meta luso que hay que achicar espacios en un uno contra uno. Es de primero de EGB futbolístico.
Lo digo porque Morcillo tuvo las mismas facilidades que Ontiveros el día del empate ante el Cádiz en el UD Almería Stadium. Si te viene un contrario cara a cara, lo menos que puede hacer un portero es tapar lo mejor que pueda las vías por donde el oponente intenta colocar el esférico, y no quedarse dentro de su área chica pegado a la portería. Morcillo se dio cuenta y disparó a placer, porque tenía poco margen de fallo con tantos metros concedidos de portería franca.
La nota positiva la puso al final Marezi, que dio la impresión de seguir con la misma confianza del partido de Copa ante el Sevilla. Sin embargo, esto no es óbice para que piense que este plantel necesita otro delantero más, sobre todo tras la lesión de Rachad. Lo de traer también a un central y a un centrocampista en sustitución de Baba, lo doy por hecho. No creo yo que tanta visita de patrocinadores y proyectos clave para el futuro de este club, que ya son casi una realidad, puedan pender de un hilo si no se termina de ascender a la máxima categoría.
La única nota positiva del empate sin goles y sin Suárez ante el Huesca y la derrota en Albacete justo antes de la finalización del mercado de invierno, es que puedan servir de acicate para echar el resto en dicho mercado. La todavía óptima situación en la tabla y el propio futuro del proyecto diseñado para competir en Primera, así lo exige.
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